Un Senado paralizado y el acompañamiento de los incondicionales, el detrás de escena del mensaje de Cristina Kirchner
La vicepresidenta salió a saludar a sus seguidores a un balcón que da a la calle Yrigoyen; hubo un clima especial en el Palacio Legislativo mientras hizo su discurso de defensa
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Como en las épocas doradas de los “patios militantes” de la Casa Rosada, Cristina Kirchner se dio un baño de popularidad y salió a uno de los balcones de Senado para saludar y recibir el apoyo de los poco menos de mil militantes que se agolparon sobre la calle Hipólito Yrigoyen para seguir de cerca a la vicepresidenta mientras ejercía su “derecho de defensa” en la causa Vialidad, por la que está acusada de comandar una asociación ilícita y defraudar al Estado.
Cantar la Marcha Peronista a coro con los militantes ofició como un bálsamo para Cristina Kirchner, que fue mutando el rostro duro y tenso con el que terminó su alegato de defensa ante las cámaras por uno más relajado mientras acompañaba el ritmo del cántico de sus seguidores agitando su mano derecha.
Terminó totalmente relajada, saltando con una sonrisa a flor de labios y mientras con sus manos hacía el gesto de los dedos en V.
El bullicio de la calle contrastaba con los pasillos casi desiertos de un Senado en el que la actividad oficial se vio alterada por la puesta en escena montada por Cristina Kirchner. Tanto, que todas las comisiones que estaban convocadas para el día de la fecha fueron suspendidas sin que mediaran mayores explicaciones.
Esto provocó la reacción del radical Martín Lousteau (Capital). “El show de CFK no permite que se reúnan las cinco comisiones del Senado establecidas para hoy. La única agenda que le importa a la vicepresidenta es la suya. Esto es una muestra más del sometimiento del Senado a los intereses personales de Cristina”, criticó el senador opositor en la red social Twitter.
La única comisión suspendida con causa fue la de Relaciones Exteriores, cuyo presidente, el oficialista Adolfo Rodríguez Saá (San Luis), fue internado de urgencia durante la noche del lunes en el sanatorio Finochietto por un cuadro infeccioso, según informó esta mañana su esposa, Gisela Vartalitis, en un comunicado difundido por Facebook.
Sin embargo, el discurso vicepresidencial no alteró el trajinar de los trabajadores legislativos que se acercaban hasta el Salón Azul a votar en las elecciones de delegados a la Dirección de Ayuda Social (DAS), la obra social de la Asociación del Personal Legislativo (APL), el gremio más numeroso de los empleados del Congreso.
Tal como había hecho cuando habló ante el Tribunal Oral Federal en 2019, Cristina Kirchner afrontó en soledad el discurso, acompañada detrás de cámara por algunos colaboradores e incondicionales que suelen formar parte de su círculo más cercano e íntimo en los momentos de decisiones importantes.
La vicepresidenta llegó al Senado menos de 20 minutos antes de la hora señalada. Ya tenía preparado todo el material documental que expondría en la hora y media de transmisión, y que había seleccionado en los últimos días junto a su abogado, Carlos Beraldi, en una paciente tarea de revisión de las pruebas que constan en el expediente.
Se encontró al entrar a su despacho con su hijo, el diputado nacional Máximo Kirchner, y el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, quienes llevaban varios minutos aguardando con impaciencia su llegada a la Cámara alta. También estaba el senador Oscar Parrilli (Neuquén), otro de los hombres de estrecha confianza de la vicepresidenta.
La misma comitiva la recibió con felicitaciones cuando dio por concluida su exposición. “Lo que hizo Cristina fue poner en blanco sobre negro que acá hay una persecución y un intento de proscribirla”, se congratulaban en cercanías de la vicepresidenta una vez finalizado el discurso.
Fue importante la cantidad de llamados que recibió de dirigentes para felicitarla y solidarizarse con su situación hasta que, de la nada, surgió la idea de que saliera al balcón, sola, como había hablado, a saludar a los presentes. En ese momento, también estaban presentes dos de sus más estrechos colaboradores en el Senado: la secretaria Administrativa, María Luz Alonso, y el director general de Comunicación Institucional, Hernán Reibel, ambos militantes de La Cámpora y de máxima confianza de la vicepresidenta y quienes trabajaron en el armado de la logística que usó la vicepresidenta para la transmisión en YouTube.
El show de CFK no permite que se reúnan las cinco comisiones del Senado establecidas para hoy. La única agenda que le importa a la vicepresidenta es la suya. Esto es una muestra más del sometimiento del Senado a los intereses personales de Cristina. pic.twitter.com/wASNuERSwZ
— Martín Lousteau (@GugaLusto) August 23, 2022
De hecho, el balcón al que salió Cristina Kirchner es el que corresponde a la oficina que ocupa Reibel. Las dependencias de la vicepresidenta cuentan con balcón, pero sus puertas-ventanas dan a la Avenida Entre Ríos que, en ese momento, no había visto alterado su habitual tráfico de día de semana por la presencia de los fervorosos seguidores kirchneristas, que se habían instalado sobre Yrigoyen desde al menos una hora antes de que Cristina Kirchner llegara al Senado.
Tampoco faltó el prosecretario Administrativo y secretario privado, Mariano Cabral, siempre presente al lado de Cristina Kirchner.
Entre los senadores kirchneristas presentes en el Palacio mientras se desarrollaba el discurso estaban Juliana Di Tullio (Buenos Aires), que también pasó a saludar a la vicepresidenta, y Martín Doñate (Río Negro), miembros selectos del grupo de legisladores que llevan adelante las jugadas parlamentarias que se definen en el despacho de la vicepresidenta, ubicado en el primer piso del edificio del Congreso.
La ultrakirchnerista Silvia Sapag (Neuquén) y los peronistas María Teresa González (Formosa) y Carlos Espínola (Corrientes) completaron la dotación oficialista de senadores que siguieron desde sus despachos el discurso de Cristina Kirchner.
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