Un riojano con acento catamarqueño
Nombrado en la Corte por Menem, en 1990, le gustan los habanos, el golf y se dedica a la plantación de mandarinas
Nada le gusta más a Julio Nazareno, aún, que fumar unos habanos interminables y viajar los fines de semana para descansar y caminar por las plantaciones de mandarinas de la chacra que heredó, situada en Chumbicha, provincia de Catamarca, casi en el límite con La Rioja, donde explota diversos tipos de cítricos.
Es por ese pasatiempo favorito que Nazareno, casado y con cuatro hijos, está legalmente establecido en Catamarca, pese a haber nacido hace 66 años en La Rioja.
El ex miembro de la Corte Suprema, cuestionado por sus fallos y por su amistad personal con el ex presidente Carlos Menem, viaja poco a tierra riojana. Su casa de la calle Dalmacio Vélez Sarsfield, casi avenida Perón, en la capital riojana, está cerrada y con una guardia policial.
Sin grandes inquietudes intelectuales, según quienes lo conocen, lee poco y combina sus escapadas a Catamarca con horas de práctica de golf.
Su devoción por el buen tabaco es un capítulo importante en su vida. Su hermana, Mirta Nazareno, en una carta dirigida al diario El Independiente, de La Rioja, dijo que el ex ministro siempre alternó los cigarrillos de alta calidad con "habanos y pipas con excelentes tabacos que adquiría en sus viajes al exterior".
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En 1990 fue nombrado por Carlos Menem como juez de la Corte Suprema. Y desde hace nueve ocupaba su presidencia. En su primer período ganó la votación por amplio margen, pero en su tercera elección para el cargo recibió duras críticas cuando, en una apretada compulsa, se votó a sí mismo. Nazareno siempre fue un hombre de total lealtad al senador Eduardo Menem, hermano del ex presidente de la Nación. Fue Eduardo Menem quien lo convirtió primero en jefe de la policía de La Rioja y luego en intendente de la capital de esa provincia durante el gobierno de facto de Guillermo Iribarren, en la época en que gobernaba el país el teniente general Juan Carlos Onganía.
Pero, al mismo tiempo, cultivaron una sociedad en uno de los más importantes estudios jurídicos riojanos, de la que participaba Carlos Menem, además de su hermano Eduardo, y de Nazareno. Con los años, los tres socios de aquel próspero estudio llegarían a presidir simultáneamente los tres poderes del Estado nacional: Carlos Menem fue presidente de la Nación (1989-1999); Eduardo Menem fue titular provisional del Senado, a cargo de la Presidencia (1991-1995) y Nazareno, lideró la Corte Suprema (1994-2003).
Pese a haber sido socio de Menem, Nazareno no se excusó de votar por la liberación del ex presidente en la causa armas, en 2001, algo que le valió serios cuestionamientos. En los ámbitos judiciales se considera que Nazareno no fue el más duro de la denominada "mayoría automática" menemista, de cinco jueces, como sí lo es Eduardo Moliné O´Connor. Los restantes miembros considerados menemistas son Guillermo López, Adolfo Vázquez y Antonio Boggiano.
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Quienes conocen y visitan frecuentemente a Nazareno aseguran que su manera rústica de hablar, con la que recientemente les dijo a los periodistas "Dejate de joder...", forma parte en rigor de su manera de hablar habitual en la intimidad, en la que adquirió, quizá por la frecuencia de sus viajes, una tonada catamarqueña.
Las pintadas originadas en los cacerolazos de fines de 2001 dejaron un letrero que reza "Nazareno ladrón", a metros de su departamento porteño de la calle Posadas, en plena Recoleta.
Quienes lo conocieron en su juventud relatan que el juez renunciante manejaba la caja registradora de la Farmacia Rivadavia, que tenía junto con sus hermanas.
En su infancia, cuando se lo conocía como "Buby", Nazareno estudió hasta el cuarto grado en La Rioja y completó los estudios primarios y secundarios en Córdoba, en el Colegio La Salle. Más tarde estudió derecho en la Universidad de Córdoba, al igual que los hermanos Carlos y Eduardo Menem.
Pese a que su padre era sirio, Nazareno no profesa la religión musulmana. Según su hermana Mirta, toda su familia practica el catolicismo. Su perfil, al igual que el de su amigo Eduardo Menem, siempre fue el de un conservador, algo diferente al de Carlos Menem, que antaño cultivaba un aire popular y peronista.
Esas costumbres se acentuaron cuando él y su familia se instalaron en el departamento de la calle Posadas. Junto con su mujer, suele pasear por el centro comercial Patio Bullrich, donde compra sus habanos, y tomar café en el Posadas Bar, en la calle Rodríguez Peña.
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