Un regalo con un mensaje directo, el kirchnerismo y los gobernadores ausentes y un cierre con una canción ingrata: “Miénteme”
Gerardo Martínez, organizador del acto, le obsequió una lapicera a Alberto Fernández, símbolo del reclamo de varios; sin Máximo ni Kicillof, también se ausentó Wado de Pedro; finalmente Massa apareció en Esteban Echeverría
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“Vamos la UOCRA, vamos de corazón, soy argentino, soy peronista, quiero vivir mejor”. Ese fue uno de los cánticos que se escucharon desde pocos minutos después de que el presidente Alberto Fernández subiera al escenario en Esteban Echeverría. Poco antes, el conductor del evento, Jorge Formento, había mencionado frases del papa Francisco.
“Que la unidad prevalezca sobre el conflicto” y “nadie se salva solo”, fueron algunas de las que enumeró cuando ya se había anunciado que Fernández estaba en camino. El pedido de unidad en medio de la tensión interna sobrevoló el acto desde que se anunció pocos días atrás.
Todo sucedió este mediodía en el segundo cordón del conurbano bonaerense, donde se mezclan enormes bolsones de pobreza con algunas zonas más prósperas. El escenario elegido fue el predio de deportes del sindicato, donde se hizo el acto que en lo formal se anunciaba como una celebración por la recuperación de 200 mil puestos de trabajo recuperados desde 2018, pero que en la práctica buscó dar una muestra de respaldo a Fernández, en medio de la feroz interna oficialista.
Previsto para las 12, el acto comenzó poco antes de las 13, con el ingreso de Fernández al escenario junto al secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez, el organizador de la movida. Arriba del escenario de 18 metros cuadrado dispuesto ya estaban varios de los ministros del Gobierno. Encabezados por el jefe de Gabinete estaban: Martín Guzmán, Matías Kulfas, Claudio Moroni, Juan Zabaleta, Jaime Perczyk, Gabriel Katopodis, Matías Lammens, Jorge Ferraresi, Claudio Moroni, y Juan Cabandié de los más leales del presidente. También el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, y el embajador en Brasil, Daniel Scioli, invitado especialmente por Martínez. Entre los ministros también estuvo Martín Soria, de Justicia, el único claramente identificado con el kirchnerismo.
Quien no asistió fue Eduardo “Wado” de Pedro, de Interior, y hombre de La Cámpora en el Ejecutivo. Desde su entorno afirmaron que era por temas personales y que nunca había confirmado su presencia pese a que previamente había quienes informaron que sí. Tampoco estuvieron Máximo Kirchner (ya se sabía que no iría) y Axel Kicillof (estaba en duda), por lo que la representación kirchnerista fue muy exigua.
Otro sector que brilló por su ausencia fue el club de los gobernadores. Con la sola excepción del sanjuanino Sergio Uñac, el resto de los mandatarios provinciales eludieron la convocatoria.
En el escenario también estaban ubicados los funcionarios y dirigentes de movimientos sociales oficialistas Fernando “Chino” Navarro, Emilio Pérsico y Gildo Onorato. Y los secretarios generales de la CGT Pablo Moyano y Héctor Daer, así como los legisladores oficialistas Leandro Santoro y Victoria Tolosa Paz. El exlíder de la UOM, Antonio Caló, fue otro de los que dijeron presentes en un mediodía que a nivel climático parecía más primaveral que otoñal.
Sobre la hora de comienzo sorprendió la llegada del líder del Frente Renovador y titular de la Cámara Baja Sergio Massa, cuya presencia se había confirmado desde su entorno como de forma virtual. Entonces se adujo que viajaba al día siguiente con el plantel de Tigre a Córdoba.
Bajo un sol radiante y Martínez dio un discurso enérgico, que tuvo varios pasajes que hicieron alusión a la interna del oficialismo. Pero lo más significativo fue que le regaló al Presidente una lapicera, a la que en su mensaje después también hizo mención. Una clara alusión al símbolo del ejercicio del poder que muchos de su entorno le reclaman, y que también fue parte de los planteos que varias veces le hizo Cristina Kirchner, en el sentido de que “la lapicera la tiene el Presidente”.
Después Fernández tomó la palabra para referirse insistentemente a otro reclamo la vicepresidenta: la necesidad de que los salarios recuperen el poder adquisitivo. Incluso exageró al decir que “debemos llenarle los bolsillos a la gente”.
Tras eso Fernández recibió una distinción y un casco amarillo de la construcción y comenzó su exposición que fue aplaudida por los hombres de la construcción, estimados por los organizadores entre 15 y 18 mil. Sin embargo, más allá del apoyo al mandatario, el grito más repetido fue: “Viva la UOCRA”.
Tras poco más de diez minutos llegó el final del discurso y estalló la marcha peronista. Los más vehementes al escucharla fueron los titulares de Justicia, Martín Soria y y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien incluso la canto íntegra y con aplausos y incluidos.
Mientras se bajaba del escenario el jefe de Estado aceptó pedidos de fotos con militantes del sindicato. Segundos después estalló la música de las cantantes Tini Stoessel y María Becerra. Por los parlantes sonaba su tema “Miénteme”.
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