Un muerto y heridos en una pelea gremial
Militantes del Partido Obrero chocaron con referentes de la Unión Ferroviaria; murió un joven de 23 años y hay tres internados
"¡Corran que se vienen! ¡Saquen a las mujeres!" Con la cabeza todavía sangrando por una pedrada, ésa fue la última frase que pudo escuchar Pablo Reinoso, militante del Partido Obrero. Los disparos taparon el resto de los gritos en la esquina de Pedro de Luján y Perdriel, en Barracas, donde medio centenar de piqueteros y ex empleados del Ferrocarril Roca se habían replegado tras intentar cortar las vías de tren de la estación Avellaneda, del otro lado del Riachuelo, en reclamo por trabajo.
Los disparos terminaron con la vida de Mariano Ferreyra, de 23 años, militante de la rama juvenil del Partido Obrero (PO), hirieron a otras tres personas -una de ellas de gravedad- y desataron la furia de organizaciones políticas y sindicales de izquierda, que denunciaron como responsable del homicidio a "la patota" de la Unión Ferroviaria, el gremio conducido por José Pedraza.
También cuestionaron a la Policía Federal, a la que acusaron de haber "liberado la zona" (de lo que se informa por separado), y al Gobierno, por sus vínculos con la "burocracia sindical" y por no haber dado respuesta al reclamo laboral de los empleados tercerizados y despedidos del Ferrocarril Roca.
Esa indignación se canalizará hoy a través de una marcha en la que participarán partidos de izquierda, organizaciones piqueteras, organismos de derechos humanos y los gremios que integran la CTA, que convocó a un paro nacional para repudiar la muerte de Ferreyra. La manifestación partirá a las 17 desde Callao y Corrientes, para finalizar frente a la Casa Rosada.
"Tiraron a matar porque protegen un negocio", denunció el responsable de la zona sur del Partido Obrero, Lisandro Martínez, presente durante la represión. Junto con Flavio Bustillo y Pablo Villalba, referentes de la Lista Bordó en la línea Roca, apuntó contra los miembros de la Lista Verde de Unión Ferroviaria, que responden a Pedraza y al dirigente Pablo Díaz, como también contra Antonio Luna, dirigente de La Fraternidad, el sindicato de conductores de tren.
"Díaz fue el comandante de la patota organizada y armada para matar", sostuvo Bustillo. Según Martínez, uno de los hijos de Luna integraba la patota que persiguió hasta Barracas a los piqueteros y ex empleados del Roca luego del enfrentamiento a pedradas que mantuvieron en las inmediaciones de la estación Avellaneda.
Ferreyra falleció a consecuencia de los disparos que efectuaron tres individuos que, según los testigos que dialogaron con LA NACION, surgieron desde el grupo de ferroviarios que persiguieron desde Avellaneda hasta Barracas a los militantes del Partido Obrero, Quebracho y el MTR que acompañaban el reclamo de los ex empleados del Roca. No hay ningún detenido por el crimen.
La primera línea
Los militantes del PO quedaron en la primera línea de fuego, donde resultaron heridos Elsa Rodríguez, integrante de una cooperativa del Plan Argentina Trabaja, de 56 años, oriunda de Berazategui, que recibió un disparo en la cabeza. Anoche, tras ser operada, se encontraba en la terapia intensiva del hospital Argerich, con pronóstico reservado. Aunque su estado no revestía gravedad, también fueron heridos Nelson Aguirre, otro militante del PO, que recibió disparos en las dos piernas, y Ariel Pintos, un ex empleado del Roca, que presentaba escoriaciones faciales.
El Gobierno tardó en dar una respuesta. La Presidenta estuvo a las 18.30 en un acto en la Casa Rosada, donde no dijo nada del tema. Más tarde, cuando fue abordada por la prensa, expresó su "más enérgico repudio" por los hechos de violencia y se comprometió "a trabajar fuertemente en la identificación de los autores materiales e intelectuales". Luego, en su cuenta de Twitter, la Presidenta destacó: "Me llama poderosamente la atención el desarrollo de los hechos". Esto dio lugar a una serie de interpretaciones políticas de parte del oficialismo (ver página 8).
Consultado por LA NACION, Pedraza admitió que "un grupo de dirigentes ferroviarios intentó impedir el bloqueo" de las vías en Avellaneda, pero negó cualquier responsabilidad de su gremio por la muerte de Ferreyra. "No sabemos de dónde salieron los disparos. Se puede toleran palos y piedras en un conflicto, pero jamás un disparo", agregó.
La Fraternidad también repudió los hechos y sostuvo que ni el dirigente Antonio Luna (subsecretario de Transporte Ferroviario) ni dos de sus hijos (que son maquinistas) estuvieron implicados en la represión. Incluso culpó a los partidos de izquierda por la muerte de Ferreyra, al responsabilizarlos de instalar "un clima de violencia e irresponsabilidad". Ese viejo enfrentamiento no fue ajeno a la conferencia de prensa que luego ofrecieron los partidos de izquierda.