Un mensaje fundacional, más republicano que populista
Un mensaje fundacional y, por lo tanto, emancipatorio desde lo discursivo de las herencias que lo llevaron a la Presidencia. Arraigado más en las serenas formas republicanas, respetuosas de adversarios, minorías y división de poderes, y menos en los fulgores de los populismos hegemónicos. Más consensual que agonal. Más de atril que de barricada. Más de Presidente que de líder.
El mensaje inaugural de Alberto Fernández lejos estuvo de ser anodino o carecer de épica y audacia. Por el contrario. Fue rico en conceptos definitorios de la identidad que quiere darle a su gobierno, así como en anticipos que marcarán el rumbo de su gestión. Por enunciación o por omisión.
Al momento de marcar diferencias con lo que lo precedió fue previsible en su crítica al macrismo por la "trágica" herencia recibida, no sólo en lo económico sino también en algunos aspectos institucionales. como la supuesta utilización de la Justicia y los servicios de inteligencia para perseguir opositores. Aunque pudo haber herido ahí la susceptibilidad de algún kirchnerista honesto intelectualmente. Le reconoció al gobierno saliente, sí, que contaba con estadísticas fiables para poder tener beneficio de inventario socio-económico.
También fueron notorias las diferencias que Fernández marcó con su mentora y desde ahora vicepresidenta. Difícil saber cómo lo interpretó Cristina Kirchner y si reconocerá las alusiones distintivas a su forma de gobernar, tanto como a algunas política y resultados de su gestión. Su siempre expresiva gestualidad no la mostraba disfrutando del momento. Como si le estuvieran cayendo algunas fichas.
La flamante presidenta del Senado, no pareció sentirse compensada con las graves acusaciones a los jueces, al gobierno saliente y a los medios no kirchneristas por el avance de las causas en las que está complicada. No fue poco. Aunque también ella podrá haber quedado cavilando sobre el significado y los efectos de la promesa de un "nunca más" a la injerencia de la política en la Justicia. Un compromiso esperanzador para casi todos.
El eje del mensaje presidencial, como se preveía, estuvo centrado en el propósito de "volver a unir a la mesa familiar". Terminar con la grieta, que es coetáneo (o efecto) del cristinismo radicalizado que se desplegó en toda su dimensión a partir de la salida de Fernández del gobierno, en 2008. Fue elocuente, enérgico y recurrente en su propósito de terminar con las enemistades causadas por la política. El cálido y respetuoso saludo con Mauricio Macri lo graficó. Cristina no pareció compartirlo.
El ecumenismo político que trasuntó el mensaje presidencial quedó expresado con precisión en las citas. No sólo mentó, previsiblemente, a Juan Perón o Néstor Kirchner, sino también a Sarmiento, a Alberdi y, deliberadamente, dos veces a Raúl Alfonsín. Del líder radical, además, tomó conceptos a modo de preceptos normativos, como la ética de la responsabilidad. Una adscripción expresa al republicanismo popular del presidente de la recuperación democrática.
El fin superior que encierra el mensaje pacificador no estuvo, sin embargo, exento de cálculo. En eso se expresa también un claro objetivo político, ampliar su base de sustentación. Un mensaje a los radicales que se vieron forzados a asociarse al macrismo para sobrevivir y que hoy quieren recuperar su DNI. Los encuentros con el hijo del expresidente radical fueron más un mensaje que un símbolo. Las menciones de ayer, también. Una cuña en el medio Cambiemos.
Casa común
El propósito ecuménico también incluyó otras dimensiones. Dijo que se ponía al frente de la defensa de los derechos de las mujeres, pero eludió la mención al aborto. Además, no sólo juró por Dios y sobre los Evangelios, sino que hizo mención expresa y elogiosa del Papa, de su encíclica "Laudato Si" e hizo suyos conceptos bergoglianos, como "la casa común" o la mesa donde se debe compartir el pan..
Debajo de esa mesa compartida, a la que el Presidente aludió, parecen haberse tejido algunos acuerdos con la Iglesia. Los obispos no hablaran de "las dos vidas" en la misa del domingo "por la unidad y la paz", día en que los católicos celebraban la "Inmaculada Concepción". Ayer El Presidente no se refirió al proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo, a pesar de que en campaña anticipó que la impulsaría y que si había un ámbito para referirse a ella era el de la Asamblea Legislativa. Parte de las restricciones. No es tiempo de abrir nuevos conflictos con quienes lo pueden ayudar con la crítica situación social.
Pero no sólo hay cálculo, ni convicción, en los guiños de Fernández al clero. También hay tradiciones compartidas. La Doctrina Social de la Iglesia ha sido parte del corpus doctrinario del peronismo. El laicismo de la socialdemocracia alfonsinista abrevaba en otras fuentes. Eclecticismo a veces es sinónimo de ecumenismo y de heterodoxia.
En los enunciados de la cuestión económica pueden verse tanto esas raíces como la búsqueda de un refugio para sostener algunas medidas que, como lo advirtió el Presidente, pueden desatar conflictos de intereses o pujas distributivas.
No fue casual que aludiera a textos evangélicos cuando dijo que la prioridad de su gestión será con "los últimos" y que los que más tienen deben hacer su aporte hasta salir de la crisis. Los rezos de exportadores, banqueros y productores agropecuarios no tienen muchas chances de ser escuchados.
Sin embargo, también en el rumbo económico Fernández buscó evitar la grieta al mostrarse a favor del desarrollo, de la necesidad de crear riqueza, de generar divisas, de mantener y profundizar la integración regional. Hubo un explicíto "adiós" al neoliberalismo y al libremercado absoluto, pero de ninguna manera hubo un "hola" al estatismo y al "vivir con lo nuestro". La decisión de negociar y no de romper con el FMI también puede sumarse. Heteredoxia. La realidad cuenta y determina.
Lo mismo puede decirse para las relaciones internacionales, en las que hizo foco en el comercio exterior, no sólo como vía para recuperar la economía, sino también como atajo para superar diferencias personales o ideológicas. Fue explícito con Brasil, pero pueden sentirse incluidos los Estados Unidos de Donal Trump, la China de Xi Jinping o la Rusia de Vladimir Putin.
Como el silencio sobre el aborto también fue sonora la omisión a la Venezuela de Maduro. Podría incluirse en la mención a países de la región devenidos en autoritarios. Pero es una cuestión de exégesis, que habrá que ver si es compartida por los cientos de miles de venezolanos que habitan el suelo nacional.
El respeto expresado por las libertades individuales y, especialmente por las libertades de expresión y prensa, junto con su deseo de contar con "medios vibrantes, comprometidos con la información de calidad", también marcaron diferencias con el cristinismo, aunque pareció compensarlo con sus referencias a supuestos "blindajes y linchamientos mediáticos". Habrá que ver cómo se sintetizan las creencias, las convicciones, los prejuicios y los propósitos y cuán viables son los enunciados.
Lo mismo puede decirse respecto de las propuestas, en apariencia auspiciosas, vinculadas con la calidad institucional, en particular lo referente a la Justicia, los servicios de inteligencia o el manejo de las fuerzas seguridad. También respecto de la transparencia en la adjudicación y ejecución de la obra pública. ¿Una diferencia también con Néstor Kirchner? Es opinable.
En el mensaje inaugural de su gestión, Alberto Fernández dio muestras de la construcción de su identidad como Presidente. Faltan las medidas concretas, las reacciones que desatarán y el efecto sobre la realidad y. Allí empezará un gobierno que, en palabras, se presenta como fundacional en muchos terrenos.
Otras noticias de Alberto Fernández
Más leídas de Política
Caso Chocolate. El Senado bonaerense se resiste a entregar a la Justicia a una legisladora acusada de corrupción
El escándalo de los aviones. Analizan sancionar a la pareja del exjefe de la Fuerza Aérea que hizo viajes irregulares
Ataques a la prensa. ADEPA denunció una grave escalada de agresiones del presidente Milei contra periodistas y medios
Allanamientos e impacto político. Un escándalo de corrupción golpea a la vicegobernadora de Neuquén