Un exsenador bonaerense puede ir a prisión por nombrar “ñoquis”, en un caso similar al de Chocolate Rigau
La Cámara de Apelaciones de La Plata confirmó la condena de Armando Nieto por quedarse con el salario de 39 supuestos empleados de la Legislatura durante cuatro años
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Por primera vez desde el retorno de la democracia, un senador bonaerense podría terminar tras las rejas por robarle dinero al Estado provincial. Así lo decidió la Cámara de Apelaciones de La Plata, que confirmó la condena a Armando Nieto a cuatro años y medio por quedarse con los salarios de 39 “ñoquis” y prestanombres durante años.
Los camaristas Ernesto Ferreira y Carlos Argüero rechazaron los recursos presentados por el otrora senador Nieto, su hijo Leonardo Nieto y quien fuera secretario administrativo del bloque Unión Pro y luego Unión Celeste y Blanco en el Senado bonaerense, Alfredo Digiano, quienes también habían sido condenados en primera instancia.
De este modo, Nieto y su hijo quedaron a un paso de ir a prisión, donde deberían cumplir sus condenas a cuatro años y tres años y medio, respectivamente, además de quedar inhabilitados de por vida a ocupar cargos públicos, en tanto que la condena a Digiano, de dos años de prisión, será de ejecución condicional, aunque tampoco podrá ocupar una función pública.
La Cámara de Apelaciones confirmó así las condenas que había dictado la jueza Claudia Greco a mediados de junio pasado a pedido de la fiscal Victoria Huergo, tras considerar probado que nombraron a 39 personas como empleados de planta temporaria del bloque político, sin que jamás se presentaran a trabajar, para quedarse con sus salarios durante al menos cuatro años.
Durante la investigación, la Justicia también logró probar que Nieto y sus colaboradores extrajeron los salarios de esos “ñoquis” y prestanombres “de los cajeros automáticos ubicados físicamente en el mismo lugar en horarios continuos, en lugares muy distantes al domicilio de los beneficiarios y la mayoría en horarios de medianoche”. En otras palabras, en una operatoria muy similar a la que desarrolló Julio Segundo “Chocolate” Rigau con otras 48 tarjetas de débito hasta su detención en septiembre pasado.
Según reconstruyeron los investigadores, sin embargo, algunos de los titulares de esas tarjetas débito que manejaron los Nieto habían dado su consentimiento, pero no así otras. “Una vez abiertas las cuentas, el secretario administrativo Digiano, en connivencia con el senador Nieto, retiraba las tarjetas de débito personalmente de la Tesorería del Anexo del Senado o se las retenían a sus titulares, para luego realizar las extracciones de dinero correspondiente a sus salarios”, detalló la jueza, aunque luego, cuando el hijo de Nieto reemplazó en ciertas tareas a Digiano, “a instancias de su padre engañó a personas conocidas de bajos recursos económicos y culturales, ofreciéndoles una obra social y así lograba sus datos personales y que firmaran documentación para nombrarlos como empleados y luego cobrando sus haberes en distintos cajeros automáticos”.
Tanto la investigación y condena del otrora senador Nieto, como la detención de “Chocolate” Rigau y de Facundo y Claudio Albini, provocaron turbulencia en los pasillos del Senado y de la Cámara de Diputados bonaerense, donde resulta un secreto a voces la designación de un número todavía indeterminado de empleados “truchos” para quedarse con sus salarios.
En ese sentido, antecedentes escandalosos sobra en la Legislatura. Desde la “diputadora” que protagonizaron diputados peronistas durante la gestión de Eduardo Duhalde al pedido de desafuero en 2003 del entonces vicepresidente del bloque de la UCR, Gustavo Marelli, y de los legisladores Enrique Marín Vega, Juan Carlos Stavale y Juan Carlos Plana -ex radicales, luego ARI-, por los presuntos delitos de fraude al Estado y malversación de caudales públicos en el otorgamiento de subsidios irregulares.
En años más recientes, en tanto, en 2016 se produjo el arresto de Néstor “Pájaro” Felgueira, un empleado histórico de la Legislatura, con varios recibos de sueldo y contratos de locación en sus manos, detención a la que se sumaron este año la condena de Nieto y el arresto de los Albini y de “Chocolate” Rigau-
La investigación judicial comprobó, además, la inexistencia de controles reales en los procesos de nombramiento de personal en la Legislatura: “El senador [Nieto ] formalizó propuestas de designaciones, solo aportando los datos personales tales como DNI, nombre y apellido de sujetos que no cumplirían servicios en el Senado, sin que se confeccionara, ni siquiera el legajo de ingreso y generándose liquidaciones y cobros de sus sueldos que retenían para sí”.
Esos y otros actos delictivos cosecharon, sin embargo, el silencio de los principales espacios políticos y las autoridades del Senado y de la Cámara de Diputados, tanto de Unión por la Patria como de Juntos por el Cambio, al igual que de los jefes de los bloques que por estas horas negocian nuevos cargos, despachos y partidas.
En el caso del senador Nieto, su defensor Daniel Llermanos –mano derecha del líder camionero Hugo Moyano-, pasó a concentrar sus esperanzas en la Suprema Corte bonaerense, instancia a la que decidió que no acudirá el letrado de Digiano, Marcelo Peña.
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