Un experto en comunicación no verbal analizó el discurso de Javier Milei y apuntó a los detalles “invisibles”
El presidente de la Nación inauguró el período de sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación; Hugo Lescano, experto en la materia, hizo hincapié en el tono discursivo; qué fue lo que vio
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El presidente Javier Milei inauguró, por primera vez en su mandato, el período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación con un discurso que se transmitió por cadena nacional. En el mismo, se refirió a la herencia recibida, destacó las decisiones de su gobierno en dos meses de gestión y adelantó el paquete de leyes “anticasta”, entre otras cosas. En diálogo con LA NACION, Hugo Lescano, director del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal y consultor de la Organización de los Estados Americanos (Washington D.C.) en Lenguaje Corporal, analizó el discurso.
El mandatario rompió con la costumbre de abrir las sesiones legislativas al mediodía y, en su lugar, lo hizo a las 21 horas. En el comienzo de la transmisión se vio el operativo con el que llegó el líder de la Libertad Avanza al Congreso Nacional. En este sentido, Lescano hizo una observación sobre el encuentro de Milei con la vicepresidente Victoria Villarruel.
“Hay un abrazo, cuya cronemia, o sea la duración de ese abrazo, es superior a los abrazos posteriores. Ese contacto físico, uno puede decir que es emocional. Hay un elemento que pone en duda que haya sido un abrazo real y aparece en los ojos del presidente de la Nación. Son los ojos entornados. Después de cerrar los ojos en el abrazo, supuestamente sentido, él debía abrir los ojos como cualquier persona y seguir saludando, pero él comienza a abrir los ojos lentamente, como si espiara si lo están enfocando y, de hecho, lo están enfocando”, introdujo el experto y luego añadió: “La unidad acción número 7 (que son los ojos entrecerrados) cuando lo hacemos al abrir los ojos, el único significado posible es el de espiar para saber cómo están reaccionando los demás ante lo que yo estoy haciendo. La unidad 7 en este caso pone en duda la espontaneidad de ese abrazo”.
En el recorrido de Javier Milei y Victoria Villarruel hacia las firmas de los libros de honor en el Salón Azul del Congreso Nacional, ella lo tomó del brazo. “Es un gesto que no tiene connotación política. Está fuera del protocolo y de alguna manera muestra la familiaridad que existe entre ambos. La intención comunicacional es mostrar que hay una coincidencia y una paridad afectiva”, indicó y agregó: “En el caso de que sea inconsciente o consciente, Victoria Villarruel está mostrando la misma autoridad que el Presidente de la Nación. Tomar del brazo a una persona y caminar implica una paridad de autoridad que no cualquiera puede exhibir”.
En el último tramo de la recorrida hacia el recinto, “Javier Milei hace unos toques con la mano derecha y hace algunos toques en su banda presidencial”. “Dos gestos conocidos como ‘adaptadores’. Nos tocamos el cuerpo o los accesorios que tenemos cuando necesitamos adaptarnos. Esto es debido a que las emociones que nos embargan, sean positivas o negativas, nos superan y necesitamos gestionarlas. Son toques absolutamente innecesarios, que muestran el nivel de estrés que tenía en ese momento”, señaló Lescano.
Milei, ante la asamblea
En cuanto al comienzo del discurso, el experto en comunicación no verbal detalló: “Milei pone su mano derecha sobre el papel, un gesto que podríamos hacer si hay viento. Y con su mano izquierda comienza a marcar los renglones a medida que los lee. Ese gesto de seguimiento del dedo indica una inseguridad en ese momento, en cuanto a la posibilidad a perderse en el párrafo, pese a que un mandatario, se presupone, lee muchas veces su discurso antes de hacerlo públicamente. Son gestos ‘adaptadores’ que denotan el estrés y la falta de concentración inicial”.
Dentro de la comunicación no verbal no solo están los gestos, sino también la manera en la que se dicen las cosas: tono, volumen, ritmo, pausa. En este sentido, Lescano explicó: “El Presidente exhibió un tono monocorde, una poca variación de tono hacia arriba y hacia abajo. No tuvo un discurso encendido emocionalmente, se limitó a lo que estaba escrito. Eso también nos da información acerca de cuánto de lo que está escrito allí ha salido emocionalmente del interior de la persona. Tendemos a leer sin la impronta emocional aquello que no hemos escrito. En lo que escribimos nosotros solemos tener más variaciones tonales al leer”.
A pocos momentos del comienzo del discurso, Hugo Lescano advirtió: “Él realiza con su cuerpo un movimiento pendular, oscilatorio; es un movimiento que refleja inestabilidad, especialmente cuando decimos algo de lo que no estamos muy seguros o cuando estamos torciendo sensiblemente una historia (...) El movimiento pendular se dio en tres instancias: en la primera, cuando habló de la crisis heredada, como si de algo de lo que estuviera diciendo no estuviera convencido. El segundo caso fue cuando habló de la reforma política. Ahí se vio claramente ese movimiento que refleja inseguridad. En otro de los casos fue cuando habló de las organizaciones sociales y los piqueteros. En esas tres cosas, hay algo al que al Presidente le transmite inseguridad e inestabilidad, y no se siente cómodo”.
Este movimiento pendular se volvió a hacer presente cuando se refirió a la “casta política”. “No se sintió tan seguro en ese lugar, como cuando lo dice en algún reportaje. No hemos visto ese movimiento pendular”, explicó Lescano.
Un momento crucial fue cuando anunció el paquete de leyes “anticasta” y explicó algunos de sus componentes. “Él hace una pausa antes de hacer el detalle con su mano izquierda, se rasca a la altura de la sien y al bajar la mano se acomoda la banda presidencial. Gestos adaptadores que reflejan que las emociones que tiene en ese momento superan su capacidad de gestión”.