Un error estratégico que resultó decisivo
El PBI chino creció 9,5% en 2005, pero su demanda de crudo se incrementó casi el doble (18%), con un alza de las importaciones del 45%. Según World Energy Outlook, con este ritmo de crecimiento en Asia, la demanda energética mundial se multiplicará por dos en las próximas dos décadas. Asia-Pacífico, con China a la cabeza, representa hoy el 30% del consumo mundial, y alcanzará el 43% en 2030.
No hay grandes diferencias entre las estimaciones sobre los años de reserva que quedan en el mundo. British Petroleum (BP): 40,5 años; World Oil: 36 años, y O&GJ: 44. Son reservas concentradas abrumadoramente en Medio Oriente: más del 65% del total.
Arabia Saudita, según BP, es el principal país en cuanto a reservas, con 263 billones de barriles; EE.UU., principal consumidor (21 millones de barriles diarios), tiene sólo 31 billones de barriles, y Venezuela, tercer proveedor del mercado norteamericano, 78 billones de barriles.
El nivel de reservas está directamente vinculado con la tasa de inversión. Está comprobado que un aumento del 10% del precio del crudo lleva a un incremento del 5% en los gastos de exploración y producción.
Las reservas mundiales de petróleo no son fijas. Su nivel depende de dos factores: crecimiento e innovación. Por eso, las reservas se revisan siempre hacia arriba según los descubrimientos, los cambios de precios y los avances tecnológicos.
El nivel de reservas aumentó incluso por encima del incremento de la demanda. En los 35 años posteriores a 1971, 1500 billones de barriles se sumaron a las reservas, mientras que, en igual período, sólo 800 billones de barriles fueron consumidos.
El mundo ha entrado en una etapa de altos precios del crudo, con una previsión de 67 US$ el barril para este año. El hecho más relevante es que la economía estadounidense utiliza menos petróleo por unidad de producto. Es una economía cada vez menos intensiva energéticamente y que se sustenta cada vez más en la utilización del conocimiento científico y tecnológico. En EE.UU., la oferta de energía creció 1,8% anual promedio en los 90, inferior al alza del PBI, que trepó 4% anual en promedio desde 1993 hasta 2000. Esto indica que EE.UU. experimentó una marcada reducción estructural de la intensidad energética. La razón de esta novedad histórica, que coincide con la revolución tecnológica y el boom de productividad de los 90, es la conversión de EE.UU. en una economía de la información.
Dentro de estas tendencias, la caída de las reservas de la Argentina por falta de inversión, producto, a su vez, del congelamiento de precios de los últimos cinco años, es un error estratégico fundamental, de alto costo para el país en su posicionamiento internacional de largo plazo.
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