Un discurso leído para evitar errores y un mensaje en clave “fundacional”
Alberto Fernández se explayó durante media hora; el clima dentro de la comitiva que lo acompañó en Tucumán
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En su reaparición pública tras una semana de vértigo político y sin agenda oficial, el presidente Alberto Fernández leyó íntegramente su discurso por el 206° aniversario de la Independencia nacional. En el patio de la Casa histórica, en Tucumán, el mandatario se puso anteojos y leyó durante casi media hora, algo poco común en él. Según pudo saber La Nación de una fuente inobjetable de su entorno, el mandatario lo hizo así “porque era un discurso fundacional y había que ser preciso y certero”.
Cerca de Fernández hablan también de un “discurso trascendental” en un momento “bisagra”, porque, explican, se está ante una “etapa definitiva para tratar de cumplir con lo que se prometió en 2019″ y cuando queda “poco más de un año para las elecciones”.
“No hay margen. Arranca una nueva etapa”, fue la frase en la que coincidieron ante La Nación dos funcionarios que viajaron a la provincia norteña, y que se mostraron expectantes y optimistas por lo que puede pasar luego de la tregua a la que parece haber llegado el oficialismo. De cerca, a Fernández lo escuchó buena parte de su gabinete, en una imagen que también llevaba tiempo sin registrarse.
Otros dos funcionarios de primera línea que asistieron a Tucumán coincidieron en que vieron “bien” y “distendido” al mandatario. Una fotografía que contrasta con la que arrojaron quienes lo vieron en el correr de la semana, en la que afirmaron haberlo visto “golpeado”, tras la renuncia de Guzmán y la agudización de las crisis política y económica, sumado al desgaste por el encuentro con la vicepresidenta, Cristina Kirchner, y otro al que a ambos se sumó Sergio Massa.
Hasta Tucumán, la comitiva compuesta por 12 ministros, un grupo de legisladores y funcionarios de extrema confianza de Fernández como los secretarios de Presidencia, Julio Vitobello, y de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, llegó abordo del Tango 04. Aunque durante el viaje Fernández se mantuvo en un área separada al resto de la comitiva, en Tucumán dialogó con ellos.
“Comimos empanadas, hablamos bastante, estaba con energía”, describió uno de los asistentes. En el discurso de Fernández se repitió un concepto: “unidad”. Fue ese también el mensaje que se buscó dar con la presencia de ministros de todas las facciones del Frente de Todos, entre quienes estaba Eduardo “Wado” de Pedro, hombre de Kirchner, y el propio Massa.
Mientras que cerca del mandatario explicaban que la asistencia de los ministros es lo que “se da en actos patrios”, uno de ellos admitió que fue porque “hay una conciencia por parte de todos de entender el momento que se está viviendo”, en referencia a la grave crisis que atraviesa el Gobierno. “Además es la posibilidad de arrancar una etapa nueva y es acompañando”, completó. En esa línea, aseguraban, que hubo “especialmente una intencionalidad que no tuviera una agenda durante la semana, porque era para generar expectativa”, en referencia a un punto que llamó la atención en la convulsionada semana.
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