Un cambio de clima que valoraron los empresarios
La figura de Moreno sobrevoló la reunión con el Gobierno
Fue como un homenaje a Guillermo Moreno. El secretario de Comercio Interior no estuvo, pero podría decirse que diseñó la agenda: ayer, el encuentro entre el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; los ministros Axel Kicillof (Economía) y Débora Giorgi (Industria), y una veintena de hombres de negocios derivó en el anuncio de un gran acuerdo de precios, sin fecha, con el que el Gobierno pretende atenuar la inflación y, el año próximo, las negociaciones salariales.
Nadie nombró al secretario. Incluso Ider Peretti, álter ego de Moreno en el sector privado, que solía explayarse en cuestiones generales, permaneció menos expuesto, abocado sólo a una descripción del sector agropecuario. El resto se limitó a hacer más o menos lo de siempre. Hablaron cuidadosamente de la situación de cada sector, expusieron inquietudes y eludieron la inflación. Capitanich redondeó la idea del acuerdo, les pidió a todos que le presentaran sus propuestas la semana próxima y se comprometió a seguir conversando con frecuencia. Kicillof insistió con una recurrente obsesión: para hacer algo en pos de ganar competitividad, es importante conocer bien la estructura de costos de cada empresa.
La mayoría celebró el tono en que transcurrió el encuentro en el salón Mujeres Latinoamericanas. Un contraste con aquellas teatralizaciones, bromas, ironías, exhortaciones a bajar precios y peroratas con que solía recibirlos Moreno. Los más prudentes, como los banqueros Jorge Brito y Gabriel Martino, mantuvieron la boca cerrada. Enrique Cristofani, presidente del Santander, apuntó una perturbación de todos: el aumento de la presión impositiva.
Los funcionarios tomaron nota. Marcelo Fernández (Cgera) recordó parte de lo que ahora habrá que cubrir de manera menos rudimentaria: la administración del comercio exterior. "Hay sectores sensibles a los que, de lo contrario, se condenaría a la desaparición", dijo. Carlos de la Vega (Cámara de Comercio) llamó a hacer más eficientes los procesos de producción, y Gustavo Weiss (Cámara de la Construcción) aprovechó el envión de una iniciativa que el Gobierno tiene bajo estudio: la posibilidad de tomar deuda en el mercado.
Como los banqueros, Débora Giorgi mantuvo silencio. Daniel Funes de Rioja, presidente de la Copal, planteó la situación de las economías regionales. Y José Urtubey, vicepresidente de la Unión Industrial, agradeció la disposición al diálogo del Gobierno y repasó los temas que la entidad fabril viene planteando en sus reuniones internas: la demora de los reintegros a las exportaciones y la devolución del IVA, la necesidad de mejorar el sistema ferroviario para bajar costos de logística, la urgencia por inversiones en el sector energético y la posibilidad de actualizar los balances por inflación, un viejo reclamo.
La mayoría valoró la invitación y espera nuevos contactos. Fernández, de Cgera, contribuyó a subrayar la ausencia de Moreno cuando pidió que se segmentara a las pymes para los impuestos y las próximas negociaciones salariales.
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