Un armado amarillo limitado y sin debate
El sorpresivo resultado de las elecciones porteñas del domingo, que ninguna encuesta pronosticó, nos coloca frente a dos incógnitas: qué rumbo tomará la campaña de Mauricio Macri y qué camino decidirá recorrer Martín Lousteau. En primer lugar, pese al triunfo de Pro, lo exiguo de la diferencia deja al descubierto las limitaciones del armado amarillo, tanto en la estrategia de no contaminación como en la de proponer un candidato que no era el más carismático con que contaba la fuerza. El resultado seguramente profundizará en Pro un debate que quizás se esté sustanciando por estas horas, entre aquellos que promovieron la pureza versus los que plantearon una construcción política más amplia.
El discurso que Macri se ve obligado a pronunciar luego del ajustado triunfo de su candidato demostró los límites de una campaña que propone el cambio como eslogan. Continuidad o cambio como dilema central de la Argentina, sin precisión acerca de cuál sería ese cambio en caso de llegar a la Casa Rosada, resulta ser una estrategia de corto aliento para sostener una larga campaña presidencial.
Ante la ola de rumores que vinculaban un posible triunfo de Macri con una vuelta a los años 90, el jefe de Pro respondió, a la estrategia del miedo implementada con éxito desde sectores peronistas, pronunciando un discurso en el cual enfatizó la continuidad. En caso de ser presidente, Aerolíneas Argentinas e YPF seguirán en manos estatales, la AUH será ampliada, la seguridad social continuará siendo administrada por la Anses. Fue el miedo al triunfo del miedo lo que llevó a Macri a irrumpir con estas aclaraciones.
El discurso revela hasta qué punto Macri había quedado preso de una estrategia de campaña según la cual con sólo apelar al cambio, sin precisiones, se amplía la base electoral por derecha, por centro y por izquierda. Pro, convertido entonces en un catch all party, acaba siendo el mejor heredero del movimientismo argentino.
Queda claro que con marketing y cotillón, referencias al equipo y a la gestión porteña, política de incontaminación y mención al cambio parece no alcanzar para llevar adelante un proyecto presidencial exitoso. Ahora Macri deberá explicitar su propuesta dejando en claro cuánto de continuidad y cuánto de cambio contiene su programa.
Otra consecuencia para destacar del resultado electoral del domingo refiere a la emergencia de una figura joven, Martín Lousteau, al frente de ECO, una coalición de varios partidos (UCR, PS, CC) que obtuvo casi la mitad de los votos de la ciudad. La segunda incógnita que se abre es, entonces, qué camino se propondrá recorrer Lousteau de aquí en adelante: liderar una fuerza local o construir un espacio de centroizquierda a nivel nacional. La primera incógnita comenzó a develarse con el discurso de Macri la noche del domingo, la segunda, en cambio, lo hará en los próximos años.
La autora es decana de Política y Gobierno de la Universidad de General San Martín
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