UBA: la trastienda que derivó en violencia entre agrupaciones estudiantiles de izquierda
Las clases estarán suspendidas hasta el lunes en la facultad como consecuencia de esta pelea que no se limita a una cuestión interna, sino que es el eco de un desencuentro nacional
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Una marea de gente a los empujones. Tironeos, corridas. Acusaciones y afiches rotos. Todo quedó registrado en videos que circularon en redes sociales, aunque la pelea de ayer entre estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, conocida como Puan -por estar emplazada en esa calle al 480, en el barrio porteño de Caballito-, no fue una discusión de cartel interna.
No obstante, y de momento, fuentes de la Facultad de Filosofía y Letras -que emitieron un comunicado ayer para convocar a una sesión extraordinaria del Consejo Directivo el lunes, a las 13, y así tratar el tema- confirmaron a LA NACION que hasta ese día no habrá clases en la institución.
El clima de tensión escaló este martes a la tarde, pero las fricciones entre el Nuevo Más y la Izquierda al Frente Unidad (FIT-U) -donde confluyen cinco organizaciones: el Partido Obrero, el PTS, el IS, el MST y la Política Obrera- son un eco de una discusión vigente en estratos más altos. Ambas facciones que se cruzaron de manera violenta en la universidad se identifican con la izquierda, pero abrevan en distintas vertientes, que ni siquiera pudieron sellar un pacto cuando lo intentaron a nivel nacional.
Conocidos públicamente son los cruces entre Manuela Castañeira y, por ejemplo, Nicolás del Caño -a quien tildó de “machirulo” y con quien no arregló una alianza-, dos figuras políticas en las que se referencian las organizaciones estudiantiles que se trenzaron en la UBA.
En esa casa de estudios, la cuestión se enardeció durante la etapa preparatoria de las elecciones para el centro de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras. Según pudo saber LA NACION, existió un intento fallido de que el Nuevo Más se incorpore al frente de unidad para tener mayor volumen político y arrebatarle a El Colectivo (del Frente de Todos) la conducción de ese espacio de representación, con el que finalmente se quedó el grupo oficialista integrado por La Cámpora, el Movimiento Evita y La Mella, que ganó los comicios el viernes pasado.
Hasta hubo pedidos de impugnación de listas porque, cuando definieron los nombres de las nóminas, había ideas repetidas en ambas terminales.
“La causa de la molestia”
Violeta Alonso, recientemente electa como secretaria del Nuevo Más para el Centro de Estudiantes, alegó ante LA NACION que esa búsqueda de confluencia no se logró porque su espacio pretendía la misma cantidad de representantes que el PO y el PTS, que finalmente se opusieron. “Ahora nos echan la culpa, pero nos querían dar una proporción minoritaria diciendo ‘no sacan votos’. Sacamos 10% y ellos, 30%, con cinco organizaciones. Esa es la causa de la molestia”, afirmó la estudiante del sexto de Letras, de 24 años.
El 8 de abril pasado, El Colectivo obtuvo 33,11% de los sufragios; en segundo lugar quedó La Izquierda unida con 31,69%, y el Nuevo Más se ubicó atrás del FEI, con 9,12%. Ese cuarto lugar los dejó satisfechos. “Fueron años difíciles donde acompañamos a los estudiantes. El PO y el PTS se dedicaron a otras militancias, han retrocedido. Nos votaron 800 compañeros, las elecciones ya sucedieron”, planteó Alonso.
“Un personalismo sin personas relevantes”
En la izquierda unida no comparten esa visión. “Es un grupo que puede expresar las excusas que quiera, pero en todo el país van solos, se dedican a provocarnos”, aseguró a LA NACION Aluminé Piccollo, que también fue electa secretaria del Centro de Estudiantes, pero por el FIT-U, como militante del PO.
Por su parte, la estudiante de Edición, de 22 años, prefirió no analizar las causas por las que el espacio de Castañeira no se suma al resto de las izquierdas en la facultad, ni en otros ámbitos de la política. “Son un personalismo sin personas relevantes”, resumió.
Además, no coincidió con la forma de analizar la elección del Nuevo Más y mencionó otras prioridades. “Lo primordial era recuperar el centro de estudiantes, que está en manos de este gobierno ajustador, y estuvimos a 85 votos. No me parece un argumento, la discusión no se trata de ‘me presento solo’”, remarcó Picollo.
Cinco horas
La “enemistad” entre ambas organizaciones quedó a las claras incluso cuando intentaron delinear por qué se detonó la batalla campal que obligó a cerrar las puertas de la Facultad de Filosofía y Letras, y que duró cinco horas. Además del enfrentamiento que quedó plasmado en imágenes que se viralizaron, con la violencia que desde ambos espacios dicen repudiar, también se escucharon cantos agresivos.
Desde ambas agrupaciones señalaron ante LA NACION en que el otro sector les retiró carteles, pero entienden esa actitud como una provocación más de una serie para hacer explotar una situación ya iniciada en los comicios.
Clases suspendidas
Mientras, desde ambas terminales enfrentadas dicen querer tener un diálogo para solucionar el incidente, pero prefieren que sea más adelante, cuando “se calmen las aguas”.
En tanto, el encontronazo de anoche concluyó a las 23 y, como una clara representación del estado en que quedaron las cosas, los militantes de ambas agrupaciones salieron por puertas separadas de la facultad para no cruzarse.
Con las conversaciones cortadas hasta ahora, hay un eje en el que coinciden: no quieren sanciones contra los estudiantes que se trenzaron anoche. Desde el FIT-U explicaron: “Nos parece incorrecto utilizar este episodio como una vendetta contra la militancia estudiantil”.
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