Trotta: "La presencialidad cuidada tiene que ser la regla del sistema educativo"
"La presencialidad cuidada tiene que ser la regla de nuestro sistema educativo", dijo el ministro de Educación Nicolás Trotta, en una entrevista con LA NACION, a sabiendas de que no lo fue durante el 2020, en el que, según los datos recabados por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) ésta cayó al 1%.
El titular de la cartera educativa recorrió en las últimas dos semanas gran parte del territorio nacional para aliviar tensiones y lograr consensos con gobernadores, ministros y gremios docentes. Los protocolos y la vacunación a un universo de 360.000 docentes que tienen prioridad son parte de la estrategia, pero esta última no es una condición excluyente, según Trotta, para que se reanude la presencialidad.
–¿Van a volver las clases presenciales?
–Tomamos dos decisiones que son importantes: les presentamos a los 24 gobernadores un plan de trabajo para que la presencialidad cuidada vuelva a ser la regla de nuestro sistema educativo. También ubicamos a los docentes como grupo priorizado para la vacunación. Ese es el otro punto que va a garantizar la presencialidad. Eso y la aplicación de los protocolos que aprobamos el 2 de julio del año pasado.
–¿Cómo se va aumentar la presencialidad?
–La vacuna nos va a permitir intensificar la presencialidad pero no es una condición; lo que permite el regreso a la presencialidad son los protocolos.Tenemos como desafío la llegada de las dosis que adquirió nuestro gobierno y el despliegue logístico de esas dosis que ya tenemos acordado con las jurisdicciones. Hay 1.450.000 docentes y maestros de todos los niveles educativos, pero son 360.000 son los que tienen prioridad.
Hay 1.450.000 docentes y maestros de todos los niveles educativos, pero son 360.000 son los que tienen prioridad.
–¿Qué diagnóstico hace del diálogo con los gremios docentes?
– Vamos a convocar a los sindicatos en febrero para seguir debatiendo pero tenemos una mirada clara: tenemos que lograr una presencialidad cuidada. Tenemos que llegar a acuerdos salariales en una situación de enorme complejidad fiscal, como también avanzar en una realidad que permita el efectivo cumplimiento de la presencialidad. Somos el gobierno que reinstitucionalizó la paritaria nacional docente, firmamos cuatro acuerdos paritarios con las organizaciones sindicales y vamos a convocarlos tal como nos comprometimos.
–¿Qué autocrítica hace sobre la gestión educativa durante la pandemia?
–No sabemos ahora lo mismo que sabíamos en agosto ni lo mismo que sabíamos en marzo. Ese aprendizaje institucional y esa evidencia, que fue contradictoria dentro del propio 2020, es lo que nos permite desplegar hoy las decisiones que consideramos adecuadas en el marco de la realidad actual. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y todos los epidemiólogos con los que conversábamos, en el mes de marzo tomó la decisión de suspender la presencialidad. Porque las escuelas eran un espacio de alta circulación y multiplicación del covid. En agosto la OMS planteaba lo mismo, ponía el foco en las escuelas como espacio de contagio. Un mes antes nosotros habíamos aprobado los protocolos para presencialidad y cuatro provincias empezaron.
Somos el gobierno que reinstitucionalizó la paritaria nacional docente
–¿Hay una medición sobre la deserción durante la pandemia?
–No podemos hablar técnicamente de deserción, sí tenemos, en Argentina y el mundo, preocupación por dos aspectos que impactan el desgranamiento escolar: la crisis social y económica a partir de la pandemia y lo que es la ruptura de la rutina de la no presencialidad. Hay una situación de mucho dramatismo de nuestra sociedad en términos educativos porque hay regiones donde siete de cada diez niños están por debajo de la línea de pobreza y el indicador empeoró a partir de la pandemia.
–¿Y qué se hará con la desigualdad en las aulas?
–El desafío que tiene nuestro sistema educativo es la profunda desigualdad que hay en nuestro país, que no nació con la pandemia. La pandemia la iluminó, y también ha implicado la profundización de complejidad de desigualdad que tenemos. A pesar del esfuerzo y de los gobiernos y de la sociedad. La Argentina venía atravesando realidades muy complejas, principalmente el 2018 y el 2019 fueron años recesivos de precarización laboral, destrucción de empleo y crecimiento de la pobreza, y eso impacta en las aulas, y se suma la pandemia y la suspensión de la presencialidad.
Lo primero que marcamos es el impacto de la pandemia en una escuela que no es la que queríamos para el 2020, es la escuela que nos impuso la pandemia. No hay promoción automática, no es que pasan de grado como si no les hubiera pasado el tsunami de la pandemia. Tenemos que transitar el esquema de recuperación de los aprendizajes que nos quedaron truncos.
–¿Y qué hoja de ruta hay?
–Tenemos que volver a transitar un programa como el Conectar Igualdad. Estamos comprando medio millón de computadoras con una inversión de más de 12 mil millones de pesos. Este año vamos a invertir más de 52 mil millones de pesos en infraestructura escolar y cerca de 20 mil millones son para la refacción y la construcción de nuevos establecimientos educativos.
–¿Qué se haría en caso de un rebrote?
–No tomemos a la Argentina como un todo, tampoco podemos tomar una provincia como un todo. Las decisiones las tenemos que tomar según la mínima unidad geográfica posible. En los casos que nos permitan avanzar más rápido, en ciertos distritos o localidades, lo haremos. Y si hay que tener un esquema de restricción porque la realidad epidemiológica se complejiza, que sea uno que priorice a la escuela.
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