Tras ser sobreseída, Cristina Kirchner apunta contra las causas de Vialidad y de cuadernos
En el caso Vialidad, las querellas ni participan de los interrogatorios, e incluso desistieron de testigos que eran considerados importantes; en el caso de los cuadernos de las coimas también podría sufrir embates y algún revés; en ambas causas la Corte tiene definiciones pendientes
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La vicepresidenta Cristina Kirchner hoy cuenta uno menos entre sus frentes judiciales y apuesta a que su horizonte esté cada vez más despejado de imputaciones. De los procesamientos y causas elevadas a juicio que llegó a tener, quedan en pie el caso Vialidad, cuyo juicio oral está en curso con dos audiencias semanales, y el caso de los cuadernos de las coimas, con dos de sus desprendimientos.
En el juicio por las adjudicaciones de obras públicas a Lázaro Báez Cristina Kirchner está acusada de comandar una asociación ilícita abocada al direccionamiento de contratos de obras viales a Báez en la provincia de Santa Cruz. Según el sobreseimiento firmado el viernes a última hora de la tarde que la desvinculó a la acusación por lavado de dinero en el caso Hotesur - Los Sauces, el dinero que recibió Báez por las decenas de contratos del Estado no es dinero negro ni ilegítimo.
Con un criterio contrario, según el fallo que condenó a Lázaro Báez por lavado de dinero en la causa conocida como La Ruta del Dinero, y especialmente según el voto de la mayoría que firmó esa condena, el dinero que Báez lavó no solo provenía de la evasión fiscal sino principalmente de la recepción irregular de obras públicas.
El abogado de Cristina Kirchner planteó al comienzo de este juicio que el proceso es ilegítimo porque los hechos fueron juzgados en Santa Cruz. Ese es uno de los nueve planteos que tiene la Corte Suprema por esta causa. En base a esa línea, Carlos Beraldi no tiene una participación igual de activa que otros defensores en las audiencias por el juicio Vialidad. Si bien planteó la nulidad de algunas declaraciones testimoniales, fijó una posición con relación a la validez de este juicio y hace unas semanas dijo: “Yo mantengo una actitud de escuchar a mis distinguidos colegas defensores, que hacen un trabajo tan brillante al marcar los agravios que se desarrollan y se mantienen y perpetúan en cada una de las audiencias”.
“No conozco debate donde se respete más ampliamente el derecho a la defensa y el debido proceso que en este juicio”, dijo a LA NACION un funcionario judicial que sigue el caso de cerca respecto de los dichos de Beraldi.
Para que se dicte sentencia en este expediente falta, como mínimo, un año. Quedan al menos 40 testigos por declarar y luego llegarán los alegatos y la acusación del fiscal y las querellas, si es que la Oficina Anticorrupción (OA), y la Unidad de Información Financiera (UIF), siguen participando del proceso. La postura que adoptaron durante los últimos dos años los organismos del Estado que querellaban en expedientes contra Cristina Kirchner fue parte de la estrategia oficial para lograr buenos resultados en los tribunales. En el caso Vialidad, las querellas ni participan de los interrogatorios, e incluso desistieron de testigos que eran considerados importantes.
El caso de los cuadernos de las coimas también podría sufrir embates y algún revés. Si bien hay un cúmulo de pruebas que comprometen a más de un centenar de acusados, tanto las defensas de algunos empresarios como las de los exfuncionarios apuntan a lograr las nulidades antes de que se haga el juicio oral.
“Mi estrategia es que se anule todo”, dijo el abogado de un exfuncionario involucrado en el caso. Hay otro abogado que interviene en esta causa, de buena llegada a un sector del kirchenrismo y al massismo, encargado de agitar fantasmas en relación a los empresarios arrepentidos en este expediente. No hay quien no vaticine que, cuando el TOF 7 dé comienzo a la etapa de instrucción suplementaria, vendrá una tormenta de planteos de nulidad.
“Los planteos en instrucción no tuvieron acogida, en algún momento alguien va a agarrar esa causa y todo va a ser declarado nulo”, dijo a LA NACION un funcionario de extrema cercanía con la vicepresidenta. Esa percepción rige entre la mayoría de los acusados en la megacausa que tiene a más de 140 personas implicadas.
En ambas causas la Corte tiene definiciones pendientes. En el caso Cuadernos, el máximo tribunal debe decidir, todavía, sobre el destino del juez Germán Castelli. Igual que los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, el kirchnerismo objetó la validez del traslado de este juez al Tribunal Oral Federal 7, a cargo del caso Cuadernos.
Si los ministros de la Corte resolvieran en el mismo sentido que lo hicieron en los casos de Bruglia y Bertuzzi, el Consejo de la Magistratura debería convocar a un nuevo concurso para cubrir el cargo que hoy ocupa Castelli, quien podría entonces presentarse y concursar para ocupar esa silla de manera definitiva. Mientras tanto, la integración del TOF 7 se mantendrá igual que ahora.
De todas formas, la Corte tiene otra llave (en desuso) para destrabar el caso Cuadernos: son los pedidos del TOF 7 que reclama recursos para dar comienzo a la instrucción suplementaria. Con más de 140 partes involucradas, el juicio oral y público por la causa surgida a partir de las anotaciones de Oscar Centeno se calcula en dimensiones inéditas. Estos pedidos del TOF 7, que tampoco insistió demasiado para que sean tratados, llevan más de dos años en la Corte.
En el caso Vialidad, como siempre desde que comenzó el juicio, siguen en la Corte Suprema los nueve recursos de queja por planteos rechazados en instancias anteriores (varios de ellos presentados por la vicepresidenta) que pueden fulminar la causa. Y esa es otra carta que se reservan los ministros de la Corte.
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