Tras ser liberado, Jonathan Morel aseguró que “no tomó dimensión” de sus dichos contra Cristina Kirchner y habló del vínculo con Caputo Hermanos
“Es imposible que haga algo, que me acerque siquiera a la vicepresidente”, dijo el líder del grupo antikirchnerista Revolución Federal, que estuvo preso por incitación a la violencia, apología al crimen e intimidación pública
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Tras ser liberado ayer en una decisión de la Cámara Federal porteña después de estar 12 días detenido por incitación a la violencia, apología al crimen e intimidación pública, Jonathan Morel, líder de la agrupación antikirchnerista y libertaria Revolución Federal, se mostró mesurado en su tono y aseguró que no “tomó dimensión” de sus dichos contra Cristina Kirchner, quien es querellante en la causa donde está imputado. “Es imposible que haga algo, que me acerque siquiera a la vicepresidente”, aseveró el joven -que utilizó el cargo en masculino- y también insistió en que su vínculo con la empresa Caputo Hermanos fue solo comercial.
En una actitud más calma de la que solía presentar en audios donde hablaba de “infiltrarse”, “pasar a la historia” o “hacer patria” contra la exmandataria, La Cámpora y el presidente Alberto Fernández, Morel dijo que en realidad se acercaría a la vicepresidenta para decirle que la está “pasando mal” y que no le gusta “para nada” su Gobierno. “Pero jamás iría a cometer ningún acto delictivo, ni nada por el estilo. Más allá de eso, jamás lo hice, jamás me acerqué a Cristina. Es algo que dije. Es más, digo ‘ya me conocen’, se avisa que es imposible que yo cometa algo, que haga algo, que me acerque siquiera a la vicepresidente”, indicó hoy en Radio Con Vos y acotó: “Lo hablé en un Twitter Space, quizás no tomando dimensión de lo que estaba diciendo. Pero jamás le haría mal ni daño a nadie”.
Avalada su libertad por los camaristas Leopoldo Bruglia, Mariano Llorens y Pablo Bertuzzi, quienes consideraron que no existían riesgos procesales para mantenerlo en prisión preventiva, Morel cuestionó la dimensión del procedimiento en su contra que se realizó el jueves 20 de octubre, cuando la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) lo apresó bajo la orden del juez federal Marcelo Martínez de Giorgi. Ese día también aprehendieron a Sabrina Basile -hija del director técnico Alfio Basile-, a Leonardo Franco Sosa y a Gastón Ezequiel Ángel Guerra, todos militantes de Revolución Federal, excarcelados ayer.
“La detención me pareció demasiado cinematográfica, fue una bomba atómica para acabar con una hormiga, se utilizaron demasiados recursos cuando con una notificación yo me acercaba y no había ningún tipo de inconveniente”, planteó Morel, quien dijo que desde el primer momento estuvo a disposición de la Justicia, incluso dándole las contraseñas de sus dispositivos para “facilitar” la investigación. “Esperaba la libertad desde el día uno porque sabía que no tenía por qué estar detenido. No es mi intención entorpecer la investigación, ni fugarme, ni nada por el estilo”, expresó, en medio de las críticas por haberlo liberado que llegan desde el kirchnerismo para los tres jueces, que ya habían sido apuntados desde esa terminal del Gobierno en otras oportunidades, al entender que forman parte de un operativo de lawfare contra Cristina Kirchner.
“Las fuerzas actuaron muy profesionales conmigo, fueron muy serios, no te voy a decir trato de amigos, pero muy serios. Siempre con respeto, no me violentaron en ningún momento, tampoco lo necesitaron. Lo hizo todo la calidad humana, mucha vocación de servicio. Las instalaciones son asquerosas, son deplorables: la humedad, celdas de 1,70 metros que no llegás a entrar acostado, no podés ver la luz, solamente un foquito te dice si es de día o de noche, pero después bastante bien”, describió en cuanto a sus días en prisión.
Su relación con Caputo Hermanos
En la misma entrevista Morel ahondó en la vinculación con Caputo Hermanos, propiedad de Flavio y Hugo Caputo, que son hermanos de Luis “Toto” Caputo, exsecretario de Finanzas durante el gobierno de Mauricio Macri, que no integra el directorio de la firma.
Mientras que desde el fideicomiso alegan que habrían contratado a Morel como carpintero para que les realice muebles por 6,5 millones de pesos para destinar a unas construcciones en Añelo, Vaca Muerta, desde el kirchnerismo insisten con que fue una maniobra para financiar a Revolución Federal. “Yo no recibí jamás plata en negro, todo se factura, no se puede sacar plata del fideicomiso si no hay una factura”, aseveró primero el joven.
Asimismo, intentó explicar cómo fue que él no confeccionó los muebles, sino que tercerizó el trabajo. “A mí me contratan, paso un presupuesto. El kiosquero no puede fabricar los alfajores: los compra y los revende. Yo no podía fabricar la cantidad de muebles que se pedían en ese presupuesto, entonces busqué quién me los pueda fabricar para yo venderlos y ganar una comisión encima. Cuando conseguí las personas que me podían hacer el trabajo recargué mi comisión, pasé el presupuesto, hablé con la persona que me contrataba sobre quién hacía cada trabajo y demás. Se visitó cada fábrica, cada persona involucrada, para darle seguridad al cliente”, detalló.
Entre quejas, al entender que le quieren “bajar el precio a su laburo” cuando le dicen que aprendió carpintería por YouTube, y al asegurar que es un “comerciante que se rebuscó toda la vida”, Morel continuó: “Yo todas las dudas que tenga el cliente intento resolverlas antes para que ni se las haga. Sabía que la infraestructura a mí no me daba, entonces yo lo primero que tenía que asegurarle a ese cliente era que el trabajo se iba a hacer bien. Hablé con un carpintero de puta madre, le conté cuál era el trabajo, llegamos a un número, se lo comenté a la decoradora, fuimos con la decoradora a hablar, tuvimos una reunión todos juntos, pactamos el trabajo, hicimos unas muestras, vieron la calidad, todo, me encargué de que se vea seriedad de mi parte que es lo más importante”.
Además, dijo no saber que esa contratación era para Caputo Hermanos y que de haberlo sabido hubiese pedido más plata por el trabajo y cultivado una relación comercial a futuro. “Todo eso también lo probó la Justicia, yo por lo laboral no elimino un solo mensaje. Cuando vos hablás con el cliente de un precio, una fecha, tenés que tener todo, entonces no borro nunca un mensaje”, comentó.
En tanto, refirió que cuando comenzó con Revolución Federal quería que “se escuche a la gente” que no está conforme con el rumbo de la administración nacional. “Era más que nada eso. Uno va madurando, aprendiendo de sus errores y demás. Yo siempre fui un pibe muy tranquilo, muy sereno, no hay historial de una pelea mía, no existe. Entonces quizás en ese momento estaba más enojado, puede ser que se haya dado una imagen negativa o alguien que no soy. Soy un pibe con el cual se puede dialogar, hablar”, cerró.
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