Tras las tensiones internas, el "albertismo" debate la creación de un espacio propio
La discusión resurgió el mes pasado durante una charla por Zoom entre los integrantes de Todos con Alberto, el grupo de dirigentes del peronismo porteño que acompañan a Alberto Fernández desde hace más de veinte años.
"Tenemos que armar lo nuestro, aunque él no quiera", se plantó el jefe de bloque del Frente de Todos en la Legislatura porteña, Claudio Ferreño, frente a la mirada de sus compañeros. El Presidente, que moderaba la charla desde Olivos, la dejó pasar, sin más comentarios. La propuesta de Ferreño muestra un debate que ganó fuerza en la última semana entre los que, además de reconocer a Fernández como jefe del Estado, lo reivindican como conductor político.
Las ráfagas de "fuego amigo" que recibió el Presidente convencieron a varios de esos dirigentes de que llegó la hora de fortalecer el "albertismo", o, al menos, de darle mayor articulación al "albertismo silvestre", que ya existe dentro del Frente de Todos. No como un espacio para medir fuerzas con el resto de los socios del oficialismo, pero sí como un lugar donde reafirmar una identidad y una jefatura.
En el entorno de Fernández reafirman que él no quiere saber nada con esa iniciativa. "Hay que consolidar la fuerza política y trabajar para que la coalición esté firme y bien", le dijo el miércoles a Juan Zabaleta, el intendente de Hurlingham, que lo visitó en su despacho de Olivos.
Otro dirigente porteño que vio a Fernández esta semana se convenció de lo mismo. El Presidente le mostró los afiches pegados en calles del conurbano con la consigna "Fuerza, Alberto" y le dijo: "¿A vos te parece esta pelotudez?". Para ese dirigente y otros que juran lealtad al Presidente no es momento de armar algo que podría ser visto como un gesto de hostilidad por los otros socios del oficialismo: el kirchnerismo y el massismo.
El armado del "albertismo" genera dudas y discusiones, incluso entre los dirigentes que lo consideran una herramienta para fortalecer al Presidente.
El sector más decidido, con Ferreño como cara visible, aspira a que se convierta en una suerte de corriente interna dentro del Frente de Todos, aunque por ahora sin nombre ni sello, y que, como tal, dispute un lugar en la discusión de las listas electorales el año que viene.
"No nos podemos quedar mirando como todos hacen política. Tenemos que armar, aunque Alberto no quiera, en algún momento le puede llegar a servir", dijo otro de los dirigentes que participaron del Zoom de Todos con Alberto.
Otros dirigentes de ese espacio entienden que deben ser más sutiles. "Hay que reforzar posiciones. Sin que se traduzca en algo formal, hay que articular más entre los círculos de dirigentes leales al Presidente. Pero no podemos hacer nada que dañe la unidad, porque sería ir en contra de lo que Alberto construyó", dijo uno de ellos a LA NACION.
Además de Ferreño, el grupo de Todos con Alberto lo integran el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; el embajador en Uruguay, Alberto Iribarne; el diputado Eduardo Valdés; el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce; el embajador en los Estados Unidos, Jorge Argüello, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri. El nombre del espacio surgió durante la campaña del año pasado, para bautizar el grupo de WhatsApp que crearon para articular acciones. En los últimos días, ahí se habló de los "francotiradores" que dispararon contra el Presidente, en alusión a las críticas de Hebe de Bonafini, Víctor Hugo Morales y Alicia Castro. Actores de ese sector intensificaron las conversaciones con gobernadores, intendentes y sindicalistas, a los que consideran parte del espacio de pertenencia "albertista".
Nombran a Zabaleta; al gobernador de Tucumán, Juan Manzur, y Héctor Daer, secretario general de la CGT. Entre los integrantes del gabinete consideran propios al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y a los ministros Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Juan Cabandié (Ambiente).
Este último es el jefe del Partido de la Victoria en la ciudad de Buenos Aires, mientras que Ferreño es el presidente nacional de Parte, el partido que fundó Fernández en 2009, cuando dejó el gobierno de Cristina Kirchner. Esas agrupaciones aspiran a integrar el Frente de Todos apenas esa coalición política se institucionalice, al estilo del Frente Amplio uruguayo. Ese era el plan de Fernández, pero todo quedó congelado por la pandemia. Algunos de los albertistas creen que ese sería el ámbito ideal para, en el marco de la unidad, reivindicar una identidad propia.
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