Tras la derrota electoral, los intendentes y La Cámpora se reacomodan en un clima tenso
El repunte en el conurbano envalentonó a los jefes comunales, que intentan sortear la ley que limita sus reelecciones; la organización de Máximo Kirchner no se opondría; hay incertidumbre por la asunción del hijo de Cristina en el PJ bonaerense
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En el peronismo bonaerense reviven las disputas internas que se mantenían contenidas durante la campaña. Con la derrota electoral consumada, matizada por un repunte en el conurbano con respecto a las PASO, los intendentes intentan avanzar con la habilitación de sus reelecciones más allá de los dos períodos consecutivos permitidos por ley. Lo hacen en medio de la tensión que varios de ellos sostienen con La Cámpora y con su jefe, Máximo Kirchner. La organización, que posiblemente se quedará sin sus dos presidentes de bloque en la Legislatura bonaerense, no obstaculizaría la chance de nuevos mandatos. En paralelo, todavía no se confirma la resistida asunción de Máximo en el Partido Justicialista provincial, otro frente de conflicto que se reanima.
La barrera legal a la reelección, según coincidieron intendentes y fuentes que trajinan la Casa Rosada, se encamina a caer. El gobernador Axel Kicillof planteó la posibilidad en una reunión con intendentes que encabezó el presidente Alberto Fernández tras el acto por el Día de la Militancia. Un testigo de esa cumbre afirmó a LA NACION que, si bien Máximo Kirchner no estuvo en el encuentro, no se opondría. Entre los principales operadores de la vía de escape a la prohibición estaría Martín Insaurralde, jefe de Gabinete bonaerense y socio político del hijo de Cristina.
Desde La Cámpora, recordaron que sus legisladores no votaron la ley, sancionada durante el gobierno de María Eugenia Vidal a partir de un proyecto massista. “Nuestra posición nunca cambió. No votamos esa ley, así que tampoco nos vamos a oponer a que la deroguen o hagan lo que tengan que hacer para cambiarla”, aseguró a este diario un dirigente camporista.
Entre los intendentes, siempre pesó la idea de que La Cámpora preferiría mantener la ley, para “jubilar” a algunos jefes comunales y competir por intendencias con sus propios candidatos. Esa interpretación está lejos de disiparse. “A los pibes de La Cámpora no les gusta, pero acuerdo hay”, señaló una fuente de la primera sección electoral, que incluyó en ese entendimiento a Juntos por el Cambio. Pero la modificación de la ley en la Legislatura se vislumbra compleja. Por lo pronto, Sergio Massa ya les bajó línea a sus diputados provinciales con la orden de no avanzar con cambios.
“Pareciera que el momento es ahora. Después, se diluye el rol protagónico de los intendentes”, opinó un intendente del conurbano, y agregó que el resultado electoral “deja sin poder de veto a La Cámpora”. Los jefes comunales se atribuyen la responsabilidad de que el Frente de Todos haya recortado diferencias en el conurbano.
En La Cámpora, consideraron buenos resultados los obtenidos por sus candidatos en Quilmes, Hurlingham, Mercedes, General Villegas, General Alvear, Chivilcoy, y Lanús. En esa lista hay victorias y derrotas por márgenes estrechos.
En Hurlingham, la previa incluyó un enfrentamiento luego subsanado entre el ministro de Desarrollo Social e intendente hasta hace poco más de tres meses, Juan Zabaleta, y La Cámpora, que se quedó con la intendencia a través de Damián Selci. La tropa de Zabaleta habría tenido poco protagonismo en la campaña de las PASO, que habría recuperado para las generales, en las que se amplió la ventaja del Frente de Todos. Las tensiones persisten.
Tres de Febrero, Suipacha, Brandsen y Carmen de Areco fueron derrotas consideradas “neutras”, según la fuente camporista, que calificó de “malos” los desempeños en General Pueyrredón, Tandil y San Nicolás.
La asunción de Máximo, en duda
Prevista para el 19 de diciembre, la asunción de Máximo Kirchner como presidente del PJ bonaerense vuelve a ser un punto de conflicto. Fuentes de La Cámpora afirmaron no saber sobre el tema. Un conocedor de los movimientos del peronismo, en cambio, indicó: “Se pateó para adelante lo de Máximo, no creo que asuma. Hay una correlación de fuerzas distinta en el Frente de Todos. El Presidente lo marcó con su discurso [en Plaza de Mayo]: va a haber PASO, no más dedo”.
“Máximo no sabe qué hacer. Se le quemaron los papeles, perdió hasta en Santa Cruz. Puede ser que no asuma en diciembre y lo deje para marzo, pero el peronismo quedaría acéfalo [en diciembre vencen los mandatos de los actuales presidentes rotativos, Gustavo Menéndez y Fernando Gray]”, afirmó un intendente peronista del Gran Buenos Aires. “Los únicos que están bien con ellos [por La Cámpora] son los intendentes que les entregaron el distrito. Les vino bien que Mayra [por Mendoza, la intendenta de Quilmes] haya ganado”, añadió el intendente consultado, crítico del rumbo del Gobierno.
“A veces hay compañeros que se hacen eco de la fama que tenemos. Hay discusiones porque no tenemos la misma visión, pero no vemos una situación de tensión grande”, relativizó un hombre de La Cámpora.
Poder recortado en la Legislatura
En la nueva configuración de la Legislatura bonaerense, La Cámpora probablemente perderá a dos legisladores propios que presidían los bloques oficialistas. Facundo Tignanelli, jefe de la bancada en Diputados y hombre de estrecha confianza de Máximo Kirchner, no lograría renovar su banca. Gervasio Bozzano, titular del bloque en el Senado, no se postuló para seguir en esa Cámara y se incorporaría al Ministerio de Agricultura, que conduce Julián Domínguez.
Según fuentes legislativas bonaerenses, no existe un compromiso para que las presidencias vuelvan a recaer en dirigentes de La Cámpora. “No fue un reparto entre orgas”, aclaró a LA NACION una fuente al tanto de la dinámica legislativa bonaerense. El bloque del Senado, según la misma fuente, lo pasaría a liderar Teresa García, exministra de Gobierno de Kicillof, elegida senadora por la primera sección.
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