Tras la derrota, el Presidente buscó relanzar su gobierno con una convocatoria a la oposición y dijo que enviará el plan que le presentará al FMI
Fernández anticipó que enviará una iniciativa al Congreso con los detalles del programa que pretende negociar con el Fondo; también contó que se comunicará con los líderes de la oposición y llamó a llenar la Plaza de Mayo el miércoles
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Debilitado por el peso de la caída a nivel nacional pese a la remontada bonaerense, Alberto Fernández anunció que convocará a la oposición para avanzar con una agenda común y anticipó que enviará al Congreso un proyecto de ley que contenga el programa económico con el que buscará cerrar la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Así, con un mensaje grabado desde la quinta presidencial de Olivos en el que no aludió a los resultados de las elecciones–el Frente de Todos perdió a nivel nacional por casi 10 puntos–, el Presidente aplicó el manual de derrota del kirchnerismo que indica redoblar la puesta, en este caso con el objetivo de relanzar su administración.
“Hoy empieza la segunda parte de nuestro gobierno”, en palabras de Fernández.
La iniciativa que el jefe del Estado enviará al Parlamento la primera semana de diciembre no significa que se haya alcanzado un entendimiento con el organismo multilateral de crédito al que la Argentina le debe 44.000 millones de dólares. Con esta decisión, según advirtieron fuentes oficiales, el gobierno nacional intentará transferirle la responsabilidad de acelerar la negociación al FMI.
“Ese programa contemplará los mejores entendimientos que nuestro gobierno haya alcanzado con el staff del FMI en las negociaciones que lidera nuestro ministro de economía, Martín Guzmán, sin renunciar a los principios de crecimiento económico e inclusión social”, sostuvo el mandatario, quien destacó que el “Programa económico plurianual para el desarrollo sustentable” tiene el respaldo de todos los integrantes del Frente, especialmente de la vicepresidenta Cristina Kirchner, la gran ausente del día.
La presentación de Alberto Fernández actuó como un salvoconducto para Guzmán, a esta altura ratificado en su cargo. “Queremos pagar, pero no con un ajuste. Vamos a pagar lo que podemos y lo que creemos que no deja atrás a la Argentina. Lo que no inhiba la recuperación”, sintetizaron fuentes oficiales. Por la mañana, en diálogo con radio La Red, el Presidente había anticipado que no realizará nuevos cambios en el gabinete nacional.
Según resaltó el Presidente, para la próxima etapa se priorizarán los acuerdos nacionales. “Si queremos resolver estos desafíos a los que nos enfrentamos, necesitamos que las grandes mayorías generen consensos. Voy a dirigirme a los representantes de la voluntad popular y a las fuerzas políticas a las que representan para acordar una agenda tan compartida como sea posible”, adelantó.
En el temario que aún prepara el mandatario se destacan la deuda, temas de infraestructura, generación de empleo y educación. “Una oposición responsable y abierta al diálogo, es una oposición patriótica. Nuestro pueblo necesita ese patriotismo. Precisamos que la relación entre el Gobierno y el Congreso Nacional, en la Cámara de Diputados y en el Senado, sea fructífera, por el interés general de nuestro país”, dijo en su llamado Fernández, aunque acto seguido criticó al gobierno de Mauricio Macri por tomar una deuda “insostenible”.
Y agregó: “Es el escollo más grande que enfrentamos para continuar en la senda de la recuperación económica y de la construcción de un país con más equidad”.
El Presidente, que se enteró de que la vicepresidenta no iría al búnker del Frente de Todos un rato antes de que Cristina Kirchner lanzará el tuit, decidió realizar los anuncios desde Olivos con el objetivo de diferenciar los tonos de los mensajes. La convocatoria y el proyecto de ley fueron una comunicación para la sociedad, una respuesta a la derrota.
Mientras que más tarde, desde Chacarita, Fernández le habló a la militancia, a los integrantes del Frente de Todos. “Hemos pasado dos años muy difíciles”, describió y les agradeció por “ir a votar”. La fotografía en ese punto es clara: la unidad, pese a la caída y las diferencias internas, se sostendrá.
Mientras el Presidente avanzará con la convocatoria a la oposición, la gran apuesta que viene es la movilización del miércoles a la Plaza de Mayo. El Gobierno aspira que haya una gran movilización para dar una señal de fortaleza y respaldo al Presidente. “Llenemos la Plaza”, los invitó el mandatario.
Luego de cumplir con su compromiso cívico, rodeado por los suyos, el Presidente pasó gran parte del día recluido en la residencia oficial. Después de almorzar con la primera dama, Fabiola Yañez, el jefe del Estado se reunió con el canciller Santiago Cafiero, y el ministro de Economía, Martín Guzmán. Cerca de las 18, junto a Gabriela Cerruti y su vocero, Marcelo Martin, el Presidente ajustó los detalles del discurso.
Al igual que en las PASO, Fernández votó en la Universidad Católica Argentina, en Puerto Madero, a las 9.30. Más tarde, en un bar donde compartió un desayuno con el candidato a diputado por la Ciudad, Leandro Santoro.
Cerca de las 22, después de un día cargado de interrogantes, el presidente llegó al búnker de Chacarita. Sin Cristina Kirchner, Fernández subió al escenario junto con Sergio Massa, Máximo Kirchner, Axel Kicillof y Victoria Tolosa Paz. Una imagen con la que buscaron transmitir que un nuevo tiempo comenzó para la coalición.
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