Tras el gélido encuentro entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof, en La Plata sólo se escucharon quejas: “Ella no apoya a su gobernador”
Mientras la expresidenta se dispone a caminar la provincia para su campaña por la jefatura del PJ, en la gobernación se lamentan por su falta de respaldo
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LA PLATA.- Cristina Fernández de Kirchner no esperó a que Axel Kicillof terminara de hablar en el escenario del Teatro Argentino. Mientras el gobernador todavía daba su discurso, la expresidenta comenzó a saludar a los manifestantes reunidos que la vitorearon. Ya había exigido “memoria” y estaba lista para irse, sin un abrazo al gobernador anfitrión. La escena final del acto del miércoles ya anticipaba que el reencuentro no había servido para la reconciliación.
“Ella no quiere hablar, pero no se pueden forzar posiciones”, repetía este jueves un funcionario de Kicillof en la Casa de Gobierno de La Plata. El clima político estaba lejos de mostrar acercamiento. “Axel es el único gobernador kircherista y ella recién se acordó de venir a un acto oficial en La Plata un año después de que asumió Javier Milei”, reforzó el funcionario para manifestar su malestar.
La incomodidad fue la protagonista del encuentro entre Fernández de Kirchner, candidata a la jefatura del PJ, y Kicillof, en el acto del miércoles en La Plata.
La presidente de Abuela de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto lo reconoció por la mañana. “Hubo una frialdad bárbara, se notaba”. Y abundó en los gestos que se habían visto a todo público: “No se hablaban entre ellos, parecían unos chicos”. “La relación no fue muy sonriente”, admitió.
La presidente de Abuelas de Plaza de Mayo intentó incluso llamar a la unidad y levantar los brazos de los dos a la vez, en un gesto que resultó incómodo.
Los cantos de los militantes tampoco ayudaron a la cordialidad: “Cristina Presidenta”, fue uno de los hits. El otro se preguntaba, en tono imperioso: “Cuánto les falta para entender que al PJ lo conduce a una mujer”. No hicieron más que incomodar al mandatario, pese a que el auditorio repleto de militantes convocados por Florencia Saintout, presidente del Instituto Cultural y simpatizante de La Cámpora, también viterearon: “Axel, querido, el pueblo está contigo”.
“Cristina estaba más incómoda que Axel”, opinó un miembro del gabinete que se presentó a pleno para respaldar al gobernador. Lo cierto es que el mitín, que buscaba ser un punto de reencuentro, por momentos tornó la forma de una guerra de cantitos, que tenían a Cristina Kirchner como protagonista, no sólo en el escenario.
En los alrededores del coliseo se colgaron pasacalles con la inscripción “Cristina Presidenta” que precedieron a la visita de la Fernández de Kirchner al festejo, convocado por el Día de la Identidad. Cristina Kirchner, lejos de venir a la provincia para actos de gobierno de su exministro de economía, ya avisó que las próximas semanas caminará la provincia de Buenos Aires, en el marco de su campaña para ser presidenta del Partido Justicialista en los comicios del 17 de noviembre. Esta situación disgusta al equipo de Kicillof.
Ayer acompañaron al gobernador bonaerenses Gabriel Katopodis, Andrés “Cuervo” Larroque, Walter Correa y Silvina Batakis, Carlos Bianco, María Cristina Alvarez Rodríguez y Verónica Magario.
La expresidenta se sentó acompañada de Eduardo Wado de Pedro, quien fuera candidato a presidente el año pasado, antes de que Unión por la Patria ungiera a Sergio Massa. Fernández de Kirchner dialogó con De Pedro y con De Carlotto. Ignoró a Kicillof hasta en las fotos que subió a sus redes sociales.
En las últimas horas, Kicillof buscó dar señales de acercamiento a Cristina Kirchner luego de que la tensión con la expresidenta escalara en un registro de agravios públicos sin antecedentes. La expresidenta llegó a comparar al gobernador con Judas, el discípulo que traicionó a Jesucristo, y Kicillof pidió construir un vínculo “sin sometidos ni traidores”.
En las últimas horas, el gobernador afirmó que discutir quien sucederá a Javier Milei en 2027 “es para adivinos”. El liderazgo opositor hacia ese recambio es, en definitiva, lo que se dirime entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof, pese a que el entorno del mandatario sólo se queja por la falta de apoyo a la gestión “del único gobernador kirchnerista”.
La semana pasada la tensión entre ambos llegó a un nivel sin precedentes.
Tras el acto por el Día de la Lealtad peronista en Berisso, organizado por Kicillof, Cristina Kirchner dejó trascender las palabras que pronunció durante una reunión con dirigentes peronistas, en las que señaló al gobernador como un “judas”.
El gobernador respondió el sábado a ese agravio: “La lógica del sometido o traidor entró en crisis y está dando malos resultados. Pareciera que no se registra del todo lo que está pasando en el país y en nuestra fuerza política hay enojos, enojos, diferencias, desacuerdos. Esos reclamos, esos enojos deben ser escuchados con humildad y de ninguna manera pueden ser descalificados como signos de traición”, enfatizó.
El malestar al que se refirió Kicillof está encabezado por Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, que disputará con Cristina Kirchner la conducción del PJ en noviembre próximo.