Martín Menem echó al director de automotores de Diputados
Se trata de Alesis Navarrete; fue apartado luego de que seis legisladores libertarios se trasladaron al penal de Ezeiza en un vehículo oficial para reunirse con represores condenados
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El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, echó al director de Automotores, Alexis Navarrete, tras el escándalo que protagonizaron seis legisladores libertarios por haberse trasladado en un vehículo oficial al penal de Ezeiza para reunirse con represores condenados por violaciones y torturas durante la última dictadura. En su reemplazo asumirá Renzo Montepelozo, segundo en la línea de mando de esa dependencia legislativa.
Si bien fuentes de la presidencia de la Cámara baja desmintieron que la decisión se haya tomado producto de la visita a Alfredo Astiz, Ricardo Cavallo y Raúl Guglielmineti, el despido tuvo lugar en la antesala de que la Comisión de Peticiones y Reglamento comience a investigar lo sucedido.
Hasta el momento, el oficialismo de La Libertad Avanza se negaba a dar una respuesta institucional sobre el accionar de sus diputados, pero la semana pasada tuvo que llegar a un acuerdo con la oposición, que amenazaba con llevar la polémica al recinto.
Cerca de Menem aseguraron a LA NACION que la visita a la cárcel de Ezeiza y el desplazamiento de Navarrete no están vinculados. Sin entrar en detalles, señalaron que la razón de su salida tiene que ver con que su desempeño laboral “no era acorde a la gestión”.
Esta semana el Gobierno deberá lidiar no solo con el posible rechazo del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 que incrementa $100.000 millones los gastos reservados de la SIDE, sino también con la definición de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento que podría sancionar a la media docena de libertarios que visitaron a los represores..
La decisión de analizar en esa comisión –que preside la diputada Silvia Lospennato (Pro)– se adoptó durante la reunión que compartieron los jefes de los distintos bloques en la Comisión de Labor Parlamentaria, el miércoles pasado.
Los diputados kirchneristas concurrirán a la convocatoria con el cuchillo entre los dientes. Están convencidos de que aquella visita a Ezeiza, el 11 de julio pasado, no fue la única y que hubo, al menos, otras dos previas, una de ellas a Campo de Mayo. También aseveran que esas reuniones no fueron ingenuas y que tenían como propósito pergeñar algún tipo de iniciativa –sea en el formato de decreto o de proyecto de ley– para beneficiar a los militares detenidos, sea con un indulto de sus penas o con la prisión domiciliaria.
Sus sospechas encontrarían asidero en las declaraciones que formularon dos de las concurrentes al penal de Ezeiza, las diputadas Lourdes Arrieta y Rocío Bonacci. Una vez que estalló el escándalo, ambas aseveraron que fueron al lugar “engañadas” por quien organizó el encuentro, su colega Beltrán Benedit, de Entre Ríos.
Arrieta fue más allá y, para desesperación de las autoridades de su bloque que procuraban acallar la polémica como sea, presentó la semana pasada una denuncia penal en el juzgado N°2 de Lomas de Zamora, que subroga el juez federal Ernesto Kreplak.
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