Tras el enfrentamiento, Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta bajan la tensión y se preparan para volver a hablar

La relación quedó dañada, pero no se rompió. El enojo se mantiene inalterable, pero en las últimas horas cambió la estrategia del gobierno nacional. En medio de la escalada de contagios y la preocupación por el impacto del coronavirus en el área metropolitana, el presidente Alberto Fernández se comunicará en los próximos días con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

“Le abrió la puerta”, sintetizó un hombre con acceso diario al despacho presidencial. Como sucedió antes de cada definición, salvo en la última, el Presidente hablará con todos los mandatarios provinciales. “Va a llamar a todos los gobernadores y al jefe de gobierno, como siempre hizo”, graficaron fuentes oficiales.

En esta oportunidad, según anticiparon cerca del jefe del Estado, la comunicación será por grupos. Si bien aún no se resolvió cómo se instrumentará, una posibilidad en evaluación es juntar a los gobernadores del norte, otro grupo con los patagónicos y un tercero con los mandatarios provinciales de la región del centro del país.

Después de las acusaciones cruzadas, nadie se anima a confirmar si finalmente volverá a reunirse el trío que comendó la toma de decisiones durante gran parte de la pandemia. En los próximos días, el Presidente definirá si convoca al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, junto a Rodríguez Larreta, que hoy hizo un llamado a “coordinar esfuerzos y consensuar medidas con el gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires”.

En paralelo, en la Casa Rosada, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la ministra de Salud, Carla Vizzotti, mantendrán una reunión de trabajo con diversos expertos y especialistas, junto a otros funcionarios del gobierno nacional, para analizar la situación epidemiológica.

Este mediodía, desde Merlo, el Presidente, aún conmocionado por la muerte del ministro de Transporte Mario Meoni, pidió a la oposición dejar de lado los matices y a trabajar por una salida unificada. “Para sobrellevar mejor ese tiempo difícil, olvidémonos de las diferencias. Ninguna coyuntura política nos autoriza a dejar de valorar la vida”, dijo Fernández, que estuvo acompañado por Kicillof, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el intendente local, Gustavo Menéndez.

Si bien en las últimas horas el gobierno bonaerense elevó la presión para establecer un confinamiento más estricto, Fernández no adelantó las medidas que tomará luego del 30 de abril –día vence el DNU vigente– para contener la segunda ola de coronavirus. Y centralizó su mensaje en la necesidad de generar acuerdos para enfrentar el problema.

“Pienso que, en estos tiempos duros, irreversibles y complejos, donde la explosión de casos hace que las camas se saturen y que de repente los hospitales privados de la ciudad les tengan que pedir al [Hospital] Muñiz que le habilite camas, después de haber mandado pacientes al Gran Buenos Aires para ser atendidos. En ese contexto, me pregunto si no debemos reflexionar un segundo cuánto vale la vida. Un segundo”, sostuvo el mandatario.

Y agregó: “No nos podemos dar el lujo de decirle a un argentino ‘no te di atención porque no hay camas’, ni de exigirle más al sistema de salud”.

Minutos después de su llamado al diálogo, el jefe de gobierno porteño recogió el guante e hizo un gesto en ese camino. “Tenemos la convicción de que la mejor manera de hacerlo es coordinando esfuerzos y consensuando medidas con el Gobierno nacional y el de la Provincia de Buenos Aires. Entendemos que, en este momento tan duro para todos, tenemos que llevar certidumbre y tranquilidad y poner el bienestar de las personas por encima de cualquier diferencia política”, escribió en redes sociales el mandatario porteño.

Los canales de diálogo entre el gobierno nacional y el porteño quedaron suspendidos desde hace una semana, pero volverán a activarse en los próximos días. Como siempre, los encargados de acercar posiciones son el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el vicejefe de gobierno, Diego Santilli.

El enfrentamiento político por la presencialidad en los colegios, decisión que se judicializó y quedó en manos de la Corte Suprema, generó un fuerte malestar en la cúpula de la Casa Rasada, desde donde partieron furiosas críticas para Rodríguez Larreta.

Desde Balcarce 50 dejaban en claro que la actitud de Rodríguez Larreta lo dejaría expuesto y que, por primera vez desde que comenzó la pandemia, el jefe de gobierno porteño “quedará como quien deberá hacerse cargo de los muertos de la Ciudad”.

Con el correr de los días, sumado al impacto que generó la abrupta muerte de Meoni, hizo que se modifique la estrategia. Si bien la relación entre Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta quedó atravesada por la desconfianza, volverán a verse para afrontar la segunda ola de coronavirus.

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