Tras al derrota electoral, el frente judicial le da a Cristina Kirchner razones para preocuparse
Hay causas avanzadas que pueden generarle problemas; la Corte tiene en sus manos la llave para decidir sobre juicios en marcha
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Cristina Kirchner tiene razones para temer que una eventual debilidad política complique su situación judicial. Es que en los tribunales siguen sembradas causas judiciales por corrupción, más o menos avanzadas, que le pueden provocar más o menos dolores de cabeza a mediano plazo.
Pero su objetivo es no solo se trata de evitar el impacto de la debacle electoral sobre los casos donde la situación judicial de la vicepresidenta se puede complicar, sino permitir que las causas que están activas contra Mauricio Macri y los funcionarios de Cambiemos no pierdan el ritmo que tuvieron en los últimos meses.
Los amagues de renuncia de los ministros y funcionarios kirchneristas en el Gabinete no incluyeron a los alfiles del kirchenrismo en el ala judicial, que se mantuvieron firmes en sus puestos. Desde el procurador del tesoro Carlos Zannini, pasando por Juan Martín Mena, viceministro de Justicia e interlocutor habitual en tribunales, Gerónimo Ustarroz, su delegado en el Consejo de la Magistratura, Félix Crous, titular de la oficina Anticorrupción, Ricardo Nissen, titular de Inspección General de Justicia, con control sobre las sociedades anónimas, ni la interventora del AFI, Cristina Caamaño. Tampoco renunció el presidente de la Unidad de Información Financiera (UIF), Carlos Cruz, con acceso a los reportes de operaciones sospechosas de empresas y particulares. Eso hace pensar que cualquiera sea la decisión de la vicepresidenta, ninguna de ellas abarca la idea de perder el control sobre el área judicial para defenderse o tener activas los casos por ejemplo del Correo Argentino, contra los Macri o monitorear a las empresas en su constitución o en su giro comercial.
La renuncia del ministro de Justicia Martín Soria pasó inadvertida en los tribunales, donde ni siquiera pisó el cuarto piso para visitar a la Corte Suprema desde que asumió, así que su gestión quedó en declaraciones altisonantes y tuitazos, nada que preocupe a los jueces.
Cristina Kirchner necesita mantener una cuota de poder relevante para seguir buscando soluciones para sus problemas judiciales. Así lo afirmaron media docena de jueces y fiscales federales consultados por La Nacion que no tienen en sus manos expedientes ligados a la vicepresidenta.
Cambiaron los vientos luego del resultado electoral y para noviembre se pronostican vientos borrascosos desde la misma dirección. El olfato judicial está afinado. “Cristina Kirchner no puede perder cuotas de poder con las causas que tiene. Estando en el poder, independientemente del cargo que sea, siempre es más fácil”, resumió un juez que ya analizó varios casos cercanos al poder. La semana próxima ya va a haber algunas pistas cuando se conozcan los alegatos en el juicio contra Cristóbal López
Cristina Kirchner está siendo juzgada por la causa de Vialidad Nacional, acusada de direccionar la obra pública en favor de Lázaro Báez; tiene pendiente el juicio por los casos Hotesur y los Sauces, y la Justicia debe decidir si confirma o no la continuidad del juicio contra ella por la firma del Pacto con Irán, cuyo futuro pende de un hilo. Y siempre está elevada a juicio el caso de los cuadernos de la corrupción, la más complicada de todas las acusaciones.
En la causa de Vialidad Nacional restan que declaren en el juicio oral y público unos 70 testigos, incluido el propio Alberto Fernández y los otros jefes de Gabinete, entre ellos el presidente la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el gobernador chaqueño Jorge Capitanich, Aníbal Fernández y Juan Manuel Abal Medina.
Allí la fiscalía está confiada en que la prueba que se viene acumulando le alcanza para acusar a Cristina Kirchner de direccionar las obras públicas santacruceñas en favor de Lázaro Báez. Las defensas en cambio, creen que no alcanzan las evidencias. El fiscal Diego Luciani confía en los documentos para sustentar su acusación. Por lo pronto Báez ya fue condenado por lavado de dinero y los jueces que le impusieron la pena de 12 años de prisión dijeron que la plata lavada por el empresario provino de la corrupción en la obra pública (la que se juzga en el juicio contra Kirchner) y de la evasión fiscal. Otro fallo de esta semana que complica el horizonte es la confirmación del procesamiento del financista de los Kirchner, Clarens a Cámara federal porteña, confirmó el procesamiento del financista Ernesto Clarens, por haber utilizado una estructura societaria y financiera para el lavado de más de 160 millones de dólares que supuestamente provenían de la obra pública concedida por el gobierno de Cristina Kirchner a Lázaro Báez. Es una causa conectada con la que siendo juzgada Cristina Kirchner.
Pero este juicio pende de un hilo, pues la Corte tiene en sus manos nueve recursos de la defensa de Cristina Kirchner que podrían determinar la nulidad de todo el proceso. Por eso es importante mantener poder. Máxime cuando la Corte esta en los próximos 10 días cambiando de presidente, en plena crisis política del Gobierno. Carlos Rosenkrantz, designado por Mauricio Macri tiene mandato hasta el 1de octubre, nadie sabe si se postula o no a la reelección, pero se perfila Horacio Rosatti para sucederlo. Esta nueva Corte acaso analice los recursos de Cristina Kirchner en esta causa.
El caso más inminente que puede tener un desenlace en los tribunales es el juicio por la firma del memorándum con Irán. En esa causa los jueces Gabriel López Iñiguez, José Michilini y Daniel Obligado ya convocaron a seis audiencias para decidir si declaran nulo el caso porque dos de los jueces que intervinieron en el caso, Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, visitaron a Macri cuando era presidente. Es probable que el pedido de nulidad del caso avance, aunque luego esa decisión debe ser revisada por la Cámara de Casación Penal.
En la Casación también están eligiendo nuevo presidente en las próximas semanas, o meses. Y de esa elección va a depender la integración de las salas de tres jueces que revisan los casos. El juez que sea elegido presidente deja de integrar su sala, ya no vota y es reemplazado por otro de sus colegas (con igual o diferente perfil), por lo que esta elección de presidente de la Casación puede impactar en la integración de la Sala I del tribunal que debe revisar el caso del Pacto con Irán y el caso de Los Sauces y Hotesur.
En la causa de Los Sauces y Hotesur, aún debe concluirse un peritaje para que los jueces Adriana Palliotti, Adrián Grumberg y Daniel Obligado le pongan fecha al juicio oral y público, que abarca a Cristina Kirchner, y a sus hijos, Máximo y Florencia, acusados de lavado de dinero.
El caso de los cuadernos de la corrupción –revelado por La Nacion- es acaso la causa que más complicas a la vicepresidenta donde está acusada de comandar una asociación ilícita que recaudaba sobornos de empresarios para mantener sus contratos con el Estado. Allí hay funcionarios que confesaron haber cobrado y empresarios que confesaron haber pagado, se reconstruyó la ruta de los bolsos con dinero, que terminaban en el Sur o en el departamento de los Kirchner, según dijo y escribió el chofer del ministerio de Planificación Oscar Centeno.
Ese caso está plagado de planteos de nulidad a la instrucción que realizaron el juez federal Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli. Esos planteos ya superaron la Cámara Federal y la Cámara de Casación. Algunos están a estudio de la Corte. Otra razón más para que la vicepresidenta confíe en poder recuperar su performance electoral y se preocupe por conservar el poder.
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