Tras 50 días, la Tupac Amaru levantó el acampe en Jujuy
La organización de Sala desalojó la plaza central y quiere negociar con el gobernador Morales; parte de los manifestantes se trasladaron a Buenos Aires
Debilitado, diezmado y desgastado, el acampe no aguantaba un día más. Cuando se cumplieron 50 días de la ocupación de la plaza Belgrano, frente a la gobernación de Jujuy, los manifestantes de las cooperativas encabezadas por la organización barrial Tupac Amaru que protestaban contra el gobierno de Gerardo Morales decidieron levantar el campamento y abandonar un espacio en el que durante semanas predominó la tensión.
Tras una extensa asamblea, los tupaqueros -como se llama a los simpatizantes de la agrupación que lidera Milagro Sala- desarmaron las carpas y abandonaron el lugar, dejándolo libre, para que comiencen las tareas de limpieza y recuperación de la plaza. "Desastre", fue la palabra que utilizó el gobierno provincial en diálogo con LA NACION para describir el estado en el que quedó la plaza Belgrano. "Hay que hacerla de vuelta", agregaron las fuentes.
La Tupac Amaru afirmó que la medida se tomó como "gesto" para establecer un diálogo con el gobernador que ponga fin a la detención "arbitraria e ilegítima" de su líder, Milagro Sala, que está presa desde hace 18 días en el penal de Alto Comedero por una serie de denuncias penales que le inició el estado provincial.
Sin embargo, al menos por ahora no hay ningún tipo de encuentro previsto. De hecho, en la reunión de gabinete de anteanoche en la gobernación no se dijo ni una palabra de un eventual comienzo del diálogo. Es más, el levantamiento del acampe también fue una sorpresa para el gobierno jujeño. "La única condición que ponían ellos para levantar el acampe era que se liberara a Milagro, pero eso no pasó", se extrañó un ministro.
Más allá de lo inesperado, para el gobierno de Jujuy los manifestantes bajaron los brazos y eso no significa otra cosa más que una victoria en una puja de poder que comenzó apenas cuatro días después de que asumiera Morales. "Esto es como haber ganado una batalla. Se había instalado ahí una especie de golpe contra el gobernador sólo porque el gobierno hacía lo que tenía que hacer, que es gobernar y nada más", sostuvo un funcionario jujeño en diálogo con LA NACION.
Los cooperativistas que vivieron a la intemperie por casi dos meses, sin embargo, esperan que en los próximos días el "gesto" que tuvieron de levantar el campamento sea correspondido con otra señal de buena voluntad del gobierno. Esperarán alguna respuesta durante febrero y si aquella señal esperada no aparece, evaluarán qué nuevas medidas tomar.
Por lo pronto, los reclamos de la Tupac por la liberación de Sala siguen vigentes, aunque lejos del norte argentino: una parte de los que protestaban en el centro de la capital jujeña se trasladarán en los próximos días a pleno microcentro porteño, en apoyo del acampe que desde hace ocho días ocupa la Plaza de Mayo. En la agrupación todavía no saben quiénes ni cuántos son los que viajarán.
El acampe se había iniciado, en un principio, para protestar por las primeras medidas del gobierno radical, entre las que se encontraba un plan de regularización de cooperativas. El gobierno ordenó la registración y bancarización de todas las cooperativas que funcionan en la provincia para que no hubiera más intermediarios entre los fondos que brinda el Estado para obras y los trabajadores de aquellas organizaciones. Así, se buscaba dinamitar de un zarpazo los cimientos del poder que la Tupac Amaru había acumulado en los últimos años en connivencia con los gobiernos kirchneristas de turno.
Días después, cuando Sala fue detenida por "instigación a cometer delitos y tumulto", el acampe tuvo una razón más para mantener la medida de fuerza.
Sin embargo, a medida que el gobierno de Morales anunciaba más beneficios para las cooperativas que se adherían a la regularización, muchas de las organizaciones abandonaron la plaza y el acampe se debilitó gradualmente hasta ayer, cuando terminó por levantarse.
Mientras tanto, la jefa de la Tupac permanece detenida acusada de cometer fraude al Estado, por asociación ilícita y por extorsión. La dirigente está a la espera de que la justicia jujeña inicie el trámite por el nuevo pedido de excarcelación -luego de que el anterior fue rechazado- que su defensa inició el viernes último, en el que exigen la liberación de Sala a cambio de que ella comparezca ante el juez cada determinado período.