Testimonios y alcance de la medida
Carina Brzozowski: "Me echaron hace dos semanas"
Carina Brzozowski fue una de los manifestantes que formó parte del piquete en la avenida Mitre, en Avellaneda. Luego de trabajar 12 años como operaria en la empresa Felfort –famosa por producir golosinas tradicionales–, el 15 de agosto, cuando llegó a la planta, se llevó la peor sorpresa para un asalariado: "Me echaron sin aviso ni justificación hace dos semanas", dijo. Sin embargo, ella no fue la única despedida por la empresa. "También echaron a otra compañera de la planta permanente sin causa", dijo con desconcierto por lo que les depara el futuro "en un contexto de crisis donde hay cada vez más despidos injustificados y suspensiones". Según Brzozowski, hubo otros 20 trabajadores que fueron cesanteados. "Al resto de los despedidos sin causa los tenían mal registrados porque los tomaron por agencia hace más de un año y medio", explicó. Al igual que otros manifestantes del piquete sobre la avenida Mitre, Carina dijo que el Ministerio de Trabajo se está lavando las manos y no se ocupa de casos como el suyo. "Conocen muy bien cuál es la situación de crisis laboral que estamos viviendo en todo el país", sostuvo. Sobre la condición de su despido, arriesgó una hipótesis: "Es evidente que me despidieron por persecución gremial, porque militó en la Agrupación Bordó del PTS", concluyó.
Abel y Leonardo: "Cortamos para hacer visible el reclamo"
Abel y Leonardo se sumaron ayer al piquete en la avenida Mitre, en Avellaneda. Llegaron temprano y se encontraron con un operativo de la Prefectura que, por un rato, les impidió subir y ocupar el puente Pueyrredón. Despedidos en abril pasado de la planta de Calsa, en Lanús (donde se producen grasas, aceites, margarinas y otros derivados para la industria panadera), hoy integran las filas del desempleo. Pero no bajan los brazos: mientras sobreviven haciendo changas de albañilería y carpintería, reclaman su reincorporación a través del Ministerio de Trabajo, en una lucha infructuosa hasta ahora, que ayer los llevó a plegarse a una de las tantas protestas de las agrupaciones de izquierda. Prefieren no dar sus apellidos; temen que eso los pueda perjudicar en una futura búsqueda laboral si quedan etiquetados como piqueteros". "Somos simplemente trabajadores desocupados", aclara Abel, que tiene tres hijos y en Calsa ganaba $ 8000 envasando productos. Leonardo, con 11 años de antigüedad en la firma, ganaba $ 10.000. "Nosotros no tenemos bandera, no somos trabajadores de izquierda; somos trabajadores desempleados y les agradecemos a las organizaciones que nos dan una mano", aclara. Y agrega: "Cortar el puente es la única manera de hacer visible nuestro reclamo".
Yamila Busquet: "Perdí mi tiempo y gasté más en viajar"
Yamila Busquet caminaba rápido por Florida y Perón, en el centro porteño. Era un intento fútil de recuperar el tiempo que, a raíz del paro, perdió por no poder viajar en el tren Roca desde Lomas de Zamora, donde vive. Trabaja en atención al cliente de Claro y estaba visiblemente enojada con el paro. "Estoy totalmente en contra porque perjudica a los que queremos y necesitamos trabajar", dijo con fastidio por llegar tarde a su trabajo. Busquet empezó hace poco tiempo en el call center de la empresa de telefonía celular y, para ella, "no queda bien llegar tarde, más cuando sos nuevita". Si bien respeta que las personas reclamen por sus puestos laborales, enfatiza que es injusto que otros se perjudiquen por el paro. "Como vivo en Lomas de Zamora, lo más rápido y económico es el tren. Todos los días tardo una hora en llegar, incluso haciendo combinación con el colectivo", relata cómo se vio afectada su rutina por la medida de fuerza. Pero no fue sólo una pérdida de tiempo, también gastó más para viajar. "Siempre viajo por menos de $ 6. En cambio, hoy [por ayer] tardé más de dos horas en llegar al microcentro, porque no pude tomarme el tren. Además, gasté mucho más para viajar: tuve que pagar $ 30 de combi para venir y si todo sigue igual voy a gastar lo mismo para volver. La verdad es que estoy recaliente", dijo.
Juan M. López Alcoba: "Hay claros intereses opositores"
Empleado de un organismo del Estado nacional, Juan Manuel López Alcoba rechaza de plano la medida de fuerza que protagonizó el gremialismo opositor y tampoco cree justificadas las demandas que le dieron impulso. Caminaba por una calle Florida despoblada a primera hora del día y al ser consultado opinó que la de ayer fue una medida de fuerza tomada por un sector sindical reducido. "¿Cómo puedo estar a favor del paro si estoy yendo a trabajar? Si fuese otra la situación, lo pensaría. Pero hoy no", dijo, con una sonrisa. Desde su punto de vista, la coyuntura por la que atraviesa el país no amerita el llamado a una huelga general. "No me parece necesario hacer un paro en este momento. No hace falta. Incluso, creo que puede llegar a hacer daño en algunos casos si se dan episodios violentos", reflexionó. "Para mí fue todo muy digitado. El llamado a tomar esta medida de fuerza viene de un sector sindical con claros intereses opositores. Por lo que tengo entendido, sólo adhirió un 25 por ciento de los sindicatos y, precisamente, es el sector de Hugo Moyano", declaró. Juan Manuel agregó que no sufrió una demora importante para llegar a trabajar. "Apenas tardé 15 minutos más que un día cualquiera en llegar desde mi casa. Escuché que pararon las líneas A y B. Por suerte, la línea D del subte, en la que viajo, no paró. Además, en el trabajo no tuve ningún problema. Ya estaba todo hablado cuando fue confirmada la medida de fuerza."
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