Tenso cruce entre Alejandro Katz y Cristian Ritondo: “El ‘Ah, pero Macri’ se terminó”
Ocurrió en Mesa Chica, por LN+; fue cuando se debatía si la derrota oficialista era producto exclusivamente de un castigo
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El resultado electoral de las PASO generó un acalorado debate en el estudio de LN+ entre el diputado Cristian Ritondo y el sociólogo Alejandro Katz. Ocurrió en Mesa Chica, el programa de José del Rio, cuando se debatía si la derrota del oficialismo era exclusivamente del voto castigo. “La esperanza de la gente fue destruida por los gobiernos de los últimos 10 años, incluido el de ustedes”, le dijo Katz al diputado del Pro.
Ritondo contraatacó: “El ‘Ah, pero Macri...’ se terminó. Hay que mirar para adelante”. El enojo del legislador nacional por la provincia de Buenos Aires venía también de una afirmación anterior de Katz, que definió como una clase a la clase política. “Yo no creo que sea así”, le dijo el diputado. “Yo sí”, retrucó el sociólogo.
“La gente dijo basta este domingo”, precisó Ritondo y Paula Oliveto, que estaba en la mesa, agregó: “Nos dieron el rol de fortalecer a la oposición”.
Katz, un poco antes, analizó el voto castigo al Gobierno. “El poder viene dañando a la sociedad. Es lo que piensa la gente. La percepción es que el uso del poder produce fracasos y por tanto se le pone un límite a quien ejerce el poder y se le da confianza al que no lo ejerce. Si la clase política no encuentra el modo de dejar de dañar a la sociedad estamos igual que sábado a la tarde”, consideró.
“La gente que vota por preferencias ideológicas es minoritaria. Lo que define las elecciones es la condición de vida general de la sociedad. Vemos eso claramente en muchos aspectos, pero si hubiera preferencias ideológicas firmes no podríamos explicar los cambios sistemáticos de las mayorías”, precisó.
“Los cambios en las mayorías -agregó Katz- desde 2015 son abruptos. Hay mucha gente que deja de lado preferencias ideológicas para definir por otras cuestiones. Lo que está mostrando la sociedad es una pérdida de paciencia: le da a un gobierno dos años, no cuatro, y si no tiene resultados lo castiga”, analizó.
Y concluyó: “El voto va a un lado u otro. Es demasiado volátil. No es propiedad de nadie y cambia demasiado rápidamente. Hay muy poca tolerancia con los fracasos de la gestión. Hay niveles de necesidades insatisfechos muy amplios. La sociedad está pidiendo que se extienda el horizonte, que es de corto plazo”.
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