La Cámpora, entre un choque con el Movimiento Evita y el ingreso tardío al estadio mientras hablaba Kicillof
La agrupación que lidera Máximo Kirchner protagonizó una gresca con una columna de la que conduce Emilio Pérsico en la puerta del estadio de Arsenal de Sarandí; movilizaron los intendentes y los sindicatos
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En el Día de la Lealtad Peronista, algunos sectores del PJ reavivaron sus disputas durante el ingreso al estadio de Arsenal de Sarandí, donde el gobernador Axel Kicillof y el ministro de Economía, Sergio Massa, encabezaron el cierre de la campaña en la provincia de Buenos Aires. En un comienzo tenso y accidentado en Villa Domínico, que retrasó el acto de los candidatos a gobernador y presidente por Unión por la Patria (UP), hubo enfrentamientos entre columnas del Movimiento Evita que pugnaban por acceder a la cancha y un cordón de militantes de La Cámpora lo impedía, pudo constatar LA NACION en el lugar.
En las inmediaciones del estadio hubo empujones, corridas y golpes entre las distintas facciones, cuyas diferencias por el territorio vienen de larga data. El motivo, según testimonios de personas involucradas en el conflicto, se originó a partir de la disputa de los mejores espacios en torno al escenario. La pelea entre las columnas en un ingreso accidentado, cuya organización se vio desbordada, llegó oídos de los dirigentes, que ordenaron bajar el nivel de tensión, para que el acto de campaña de UP en la Provincia –cuya apertura tuvo una demora de unos 45 minutos– se pueda llevar adelante sin inconvenientes.
“Que se empiecen a mover porque se va a amar”. La frase de una mujer identificada con la UTEP fue una premonición del cruce que minutos después protagonizarían La Cámpora y el Movimiento Evita. Esa pelea no fue más que la postal espesa y confusa que se vivió en el ingreso al club de fallecido ex presidente de la AFA, Julio Humberto Grondona, cuyo nombre aún perdura en cada rincón del club de Sarandí. Según estimaciones extraoficiales, ingresaron alrededor de 35 mil personas, una cifra muy superior para la multitud del PJ que se movilizó. Algunas columnas ni siquiera lograron atravesar las puertas, por lo que debieron conformarse con escuchar los discursos desde afuera o tuvieron que retroceder a regañadientes.
Pese a los cortocircuitos, finalmente, ambos sectores lograron ubicarse en lugares diferenciados. El Movimiento Evita en una de las cabeceras detrás del arco, junto a otras organizaciones sociales amigas, como la Corriente Clasista Combativa (CCC) y Barrios de Pie, donde los tres sectores que conforman el grupo “Los Cayetanos” desplegaron todo su cotillón. En cambio, pese a que había circulado el rumor de que no había ingresado, La Cámpora eligió para el grueso de sus militantes la mitad del campo de juego, junto a algunos sectores fundacionales del kirchnerismo, como el partido Kolina de Alicia Kirchner, y aliados como la Juventud Peronista (JP).
Situada sobre la calle Morse, la otra popular fue destinada en su mayoría para los sindicatos, donde se exhibieron banderas y telones de los sellos tanto de los cegetistas de la UOCRA y UPCN, como de los gremios alternativos de la CTA y ATE. En tanto, la platea que quedó frente al escenario donde Massa y Kicillof, que fueron acompañados por Jorge Ferraresi, el intendente de Avellaneda y anfitrión por su localía, se caracterizó por las columnas ligadas a las intendencias bonaerenses del peronismo, como las de Berazategui de los Mussi (padre e hijo) y las de Merlo de los hermanos Fernández, que compartieron el sector derecho de aquella tribuna.
Al respecto, el senador nacional Oscar Parrilli, ex director de la Agencia Federal de Inteligencia con Cristina Kirchner, se pronunció sobre la movilización tras la finalización del acto, donde realizó referencias en cuanto al caótico ingreso sino que hizo hincapié en la enorme convocatoria que produjo. “Me llamó la atención, muchísima gente afuera. La verdad que mucha mística, mucha gente joven, mucha gente de barrio, mucha gente humilde, gente histórica del peronismo y del kirchnerismo. Nos vamos con la energía de respuesta para el domingo”, comentó en diálogo con la prensa.
Durante toda la previa, que se estiró más de los estipulado, de fondo se escuchó -como es costumbre- un repertorio de cumbias, pero también se sumaron los ya característicos jingles, que marcaron la tónica de los candidatos en la campaña electoral 2023. En paralelo, se hicieron presentes las consignas por “la defensa de los derechos” y el canto de “Massa presidente; Axel gobernador”. En su discurso, Sergio Massa prometió llamar a “un gobierno de unidad nacional con 10 premisas compartidas”, afirmó que el oficialismo está “dando vuelta la historia”, e hizo foco en que el triunfo del oficialismo “se gestará” a partir de la provincia de Buenos Aires, que aglutina el 37% del padrón electoral nacional.
En línea con las consignas de la militancia, el ministro - candidato del peronismo brindó un discurso que buscó rivalizar con las propuestas del candidato libertario Javier Milei. En ese sentido, llamó a validar en los comicios “el rol del Estado presente, la defensa de la industria nacional, el trabajo, el talento científico y la educación pública”, y manifestó que “está en juego el futuro de la patria”. A cinco días de las elecciones, Kicillof marcó que “quieren exterminar al peronismo” y, en referencia al 17 de octubre de 1945, pidió que “los pies que estuvieron en las fuentes, ahora sean boletas en las urnas”.
Los últimos en retirarse del estadio de Arsenal fueron los protagonistas: Sergio Massa y Axel Kicillof. Ambos se retiraron pasadas las 7 de la tarde junto a sus custodios en los móviles sin dar declaraciones. El último, sin embargo, en hablar fue el actual ministro de Seguridad, Aníbal Fernández. Además de ponderar los discursos del ministro y el gobernador, auguró una victoria en las elecciones, y se refirió a los dichos del candidato presidencial el fin de semana en la mesa de Mirtha Legrand sobre que en un eventual gobierno suyo “muchos de los actuales ministros no estarían”.
“Coincido con él. A lo mejor, tiene razón cuando elija gente nueva. Si a mí me preguntará, que es amigo mío hace 30 años, que opinión tengo al respecto, le diría que elija gente nueva, para que tenga toda la potencia que tenga que tener para llegar a producir las condiciones y políticas públicas que se necesitan”, marcó el funcionario nacional. Por último, quien también coincidió con Massa, pero en cuanto al rol de la provincia, fue el camionero Pablo Moyano, que cerró: “Fue una barbaridad el acto, ha quedado expresado que el peronismo es el único que define los derechos de los trabajadores. El compromiso de Sergio, a partir del 10 de diciembre, es darle a los argentinos lo que todavía falta”.
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