Tensión en Diputados: la oposición rechaza el proyecto del kirchnerismo para que las sesiones virtuales sean permanentes
La novedad cayó como una bomba en la oposición: por medio de un proyecto de resolución, el oficialismo propone modificar el reglamento de la Cámara de Diputados para hacer de las sesiones virtuales una modalidad permanente en situaciones de excepción. Tanto Juntos por el Cambio como Consenso Federal anticiparon su rechazo y sospechan que, detrás de la iniciativa, el kirchnerismo pretende eludir el debate presencial de los proyectos más conflictivos que se prevén para el último trimestre del año.
El listado incluye desde el presupuesto 2021 hasta la ley de movilidad jubilatoria, pasando por la reforma judicial y el proyecto para aplicar un impuesto a las grandes fortunas. Todos temas sensibles que la oposición exige que se debatan cara a cara para evitar trampas. El oficialismo accedió a regañadientes cuando se renovó el último protocolo, el cual vence a fin de mes.
"Es necesario que el Congreso recobre la dinámica presencial de las sesiones. Todos los proyectos institucionales de importancia que están pendientes deben discutirse cara a cara. Por eso facultamos al presidente de la Cámara (Sergio Massa) a que encuentre un lugar que permita el debate", enfatizó el presidente de Pro, Cristian Ritondo, a LA NACIÓN.
Desde Consenso Federal, Graciela Camaño también expresó sus reparos al proyecto del kirchnerismo; a su juicio, las sesiones virtuales se instauraron debido a una situación excepcional (la pandemia), por lo que no merecen una modificación del reglamento del cuerpo sino un protocolo especial que las habilite previo consenso de todos los bloques.
"Hoy la regla es la presencialidad, la excepción lo virtual y remoto. Actualmente tenemos un protocolo que expresa el acuerdo de los bloques. Con cuidado y protocolos debemos ir recuperando la presencialidad", insistió Maximiliano Ferraro, jefe de bloque de la Coalición Cívica.
Ante los reparos generalizados que cosechó el proyecto, Massa decidió no apurar la discusión en la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento. Dicha comisión es presidida por la diputada oficialista Mayda Cresto, autora de la iniciativa.
"La intención del oficialismo no es imponer ninguna modificación del reglamento. La idea es construir consensos", aclararon los voceros del presidente de la Cámara.
Freno de Massa
Massa llamó ayer a los presidentes de bloque opositores para llevarles tranquilidad y se comprometió a no discutir el tema la semana próxima, como estaba previsto. Sin embargo, en la oposición siguen en alerta: sospechan que detrás del proyecto está Máximo Kirchner, jefe del bloque del Frente de Todos, quien nunca simpatizó con la idea de que se retomen las sesiones presenciales en la Cámara baja.
"Tiraron un globo de ensayo para ver si pasaba. No fue así: nosotros estamos absolutamente en contra. Si ellos insisten en imponer las sesiones virtuales, nosotros vamos a copar las bancas en el recinto. Sería otro escándalo. A Sergio no le conviene, por eso ahora dice que no quiere apurar nada sin consenso", reflexionaba un importante diputado opositor.
La diputada Cresto presentó dos variantes de reforma al reglamento, aunque ambas apuntan a lo mismo: modificar el artículo 14 del reglamento, la cual establece que los diputados no pueden constituir cámara fuera de la sala de sesiones, "salvo los casos de fuerza mayor".
La diputada oficialista agregó un párrafo por el cual se dispone que "cuando la Cámara se encontrase imposibilitada de realizar sesiones presenciales, las mismas se llevarán a cabo de manera telemática". "La Presidencia proporcionará la plataforma de conexión, que permitirá continuar con total normalidad su funcionamiento", agrega la iniciativa, que establece, además, que las sesiones telemáticas deben ser aprobadas por resolución de Labor Parlamentaria "con el voto de la mayoría de los presidentes de bloque que representen la mitad más uno de la totalidad de los miembros de la Cámara".
El proyecto incluye otros condimentos: también establece un horario para las sesiones para evitar que se prolonguen durante la madrugada: propone que arranquen a las 12 y que terminen a las 23. Si hay un cuarto intermedio, la sesión se retomaría al día siguiente a las 10. Asimismo, dispone tiempos estrictos para los discursos, con un tope de 20 minutos para los bloques de entre 21 y 30 diputados, número que sólo reúne Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. Además, se incorpora un cupo de género entre las autoridades de la Cámara.
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