Coronavirus en la Argentina: Miguel Ángel Lunghi, el intendente radical de Tandil que desafió a Axel Kicillof
El elogio retumbó entre las sierras donde se acababa de reponer la Piedra Movediza, emblema de esta ciudad que volvía a su lugar 95 años después de su caída para devolver la histórica postal, ahora desde un formato de réplica. "Este intendente me entusiasma y me convence; me llamó para que trabajemos juntos y pelea por su Tandil en forma permanente", escuchó el intendente local, el radical Miguel Ángel Lunghi, hoy envuelto en una polémica con la gestión de la provincia de Buenos Aires por las medidas contra el coronavirus.
La voz que lo intentaba seducir por entonces era ni más ni menos que la del entonces presidente Néstor Kirchner, flanqueado por su esposa y luego sucesora, Cristina Fernández. Promediaba mayo de 2007 y este médico pediatra estaba en la mira del oficialismo, por entonces decidido a cooptar dirigentes políticos de otras fuerzas que tuvieran dominio y reconocimiento en sus distritos. Una cosecha que dio origen a lo que aún hoy se recuerda como "Radicalismo K".
Pero Lunghi, eterno militante, ni se inmutó. Y cuando el oficialismo nacional salió a la caza de estos valores para reforzar sus propias listas para las elecciones legislativas se encontró con un jefe comunal de convicciones tan duras e inquebrantables como estas elevaciones precámbricas que dominan el paisaje tandilense.
Ni siquiera lo conmovió su cercanía y cordial trato con Daniel Scioli. Quien por esos días era vicepresidente de la Nación y tenía sus campos en la zona adoptó a este intendente no como médico personal sino como profesional de consulta frecuente.
Lunghi tiene 76 años y está a cargo del municipio desde 2003, cuando ganó las elecciones al justicialista Mario Bracciale. El saludo temprano del derrotado le aseguró el cargo mientras el peronismo tandilense y provincial renegaban porque sentían que, de una manera o de otras, esos menos de 300 votos del primer conteo se podían revertir.
Así llegó al mismo despacho del palacio comunal desde el que su padre, José Emilio, había gobernado Tandil entre 1963 y 1966, entonces en una lista pura de la Unión Cívica Radical. Miguel Lunghi debutó en la función pública como director de Salud, durante la gestión de Américo Reynoso, en el primer gobierno municipal con el regreso de la democracia. Y cuatro años después, en 1987, lo eligieron concejal.
Un médico de pura cepa
La medicina es su vida y la salud uno de los pilares de su administración. En 2008 inauguró el Hospital de Niños "Debilio Blanco Villegas", el segundo establecimiento sanitario público de Tandil. Tres años después sumó el Centro de Salud Mental.
Este año, con el inicio de la pandemia, fue estricto en los controles. Tandil fue de los primeros que instrumentó un listado de distritos de riesgo, con lo que se limitaba el paso a quienes llegaban desde de localidades con circulación notoria de coronavirus.
Llegó a tener el partido en Fase 5, hasta que los casos positivos aparecieron, con sus momentos más graves durante las últimas semanas. El propio intendente llegó a estar aislado porque se había contagiado uno de sus hijos. Entonces el regreso a Fase 4, dispuesto por la provincia, dejó a decenas de rubros con persianas bajas y sin posibilidad de facturar. Convencido de que desde La Plata no se lee ni mide de manera correcta la realidad local, sumó voluntades en el sector privado y los involucró en este "Semáforo" como nuevo criterio epidemiológico para determinar puertas adentro la dinámica comercial en función de la demanda sanitaria.
Las chispas volaron hoy en el contacto telefónico con el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco. "Tuve una conversación no muy buena", reconoció el intendente. "Voy a seguir hablando con él, no tengo rencor, y si no le gustó, lo acepto", dijo en conferencia de prensa. Desde la gobernación lo tildaron de "separatista". Hoy espera que lo actuado no derive en represalias desde la gobernación: "Si me castigan a mí están castigando al pueblo de Tandil", advirtió.
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