Susana Malcorra: “Vamos a desideologizar la política exterior”
Pragmatismo y desideologización de los vínculos internacionales son dos palabras que Susana Malcorra incorporará al nuevo diccionario de la diplomacia argentina. La designada canciller de Mauricio Macri expresó que de ahora en más "habrá que hablar de las relaciones exteriores como políticas de Estado, desideologizando lo que se hace". En términos prácticos, esto implicará, en palabras de la futura funcionaria, que "todo aquello que sirva a los intereses argentinos va a ser usado de una manera madura. No va a haber antinomias", dijo. En una entrevista con LA NACION y otros medios, Malcorra dejó en claro que la Argentina cambiará sustancialmente sus relaciones exteriores. Con Estados Unidos habrá una apertura y tratará de que el conflicto con los fondos buitre no interfiera en toda la relación. "El tema holdouts tiene un impacto en la forma de avanzar en lo económico, pero eso no tiene nada que ver en la relación bilateral con Estados Unidos", afirmó.
Con Estados Unidos habrá una apertura y se tratará de que el conflicto con los fondos buitre no interfiera en toda esa relación. "El tema holdouts no tiene nada que ver en la relación bilateral con Estados Unidos", expresó la designada canciller. Otra definición de Malcorra: aclaró que a partir de las elecciones de ayer en Venezuela Macri definirá si exige o no aplicar la cláusula democrática para separar a Nicolás Maduro del bloque. Malcorra fue hasta hace dos semanas jefa de gabinete del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon y en Naciones Unidas trabajó 12 años. Desde un hotel céntrico la inminente canciller también brindó definiciones sobre las relaciones con Brasil, las Malvinas, el Mercosur y la UE. Pocas horas después del viaje que hizo Macri para reunirse con Dilma Rousseff y Michelle Bachelet, Malcorra se mostró optimista.
-¿Cómo calificaría la reunión que tuvo Macri con Rousseff?
-Fue una reunión no sólo cordial o protocolar, sino concreta. Hay cosas en las que podemos disentir y si disentimos no tiene que ser por los diarios, sino dentro de un diálogo.
-¿Las diferencias vinculadas con el caso Venezuela respecto del planteo de Macri de imponer una eventual suspensión de Maduro del Mercosur no pueden poner en riesgo el bloque?
-No, en absoluto. Durante gran parte de la conversación con Rousseff se compartió que hay que seguir muy de cerca el tema. Dependiendo de lo que pase en las elecciones del domingo [por ayer], habrá que tomar decisiones. No hay una automaticidad en la cláusula democrática. Hay un error de entendimiento. Cuando el presidente Macri dice hay que aplicar la cláusula democrática, esto significa que primero debe existir una base por superar y todo un proceso por cumplir. Estas cosas no se prejuzgan, se definen sobre la base de hechos. El hecho son las elecciones, y como eso se manejan.
-Pero Macri se refirió a los presos políticos de Venezuela...
-Pero eso no tiene nada que ver con la cláusula democrática. Una cosa es que los principios por el respeto a los derechos humanos a los que están suscriptos todos los países que firmaron la carta democrática de las Naciones Unidas sean absolutamente prioritarios para nuestra agenda. Y otra es el cumplimiento de la cláusula democrática. Esto no quiere decir que no se pueda dialogar para plantear otras cuestiones que hacen a los derechos humanos.
-¿Pedirá Macri a Venezuela por los presos políticos?
-Sí, vamos a mantener todas las posiciones que busquen el respeto de los derechos humanos. Éste es un principio en sí mismo de Macri.
-Éste es un claro ejemplo de diferenciación de la posición que tuvo Cristina Kirchner...
-Lo que creo es que tenemos que empezar a hablar de las relaciones exteriores como políticas de Estado de alguna manera desideologizando lo que se hace.
-¿Cuáles son los lineamientos que trae a la política exterior de Macri Susana Malcorra?
Susana Malcorra no trae lineamientos, sino que Susana Malcorra se ajusta a los lineamientos que lleva adelante el presidente Macri. En tal caso, él pensó que yo podía ser un buen instrumento para esa visión. Dicho esto, la primera cosa es trabajar en cosas basadas en principios. Aquellos principios a los que adhirió la Argentina a lo largo del tiempo se respetan porque claramente en los mecanismos internacionales funcionan si aquello que se firma se respeta. Eso genera la confianza básica en que la Argentina tiene una política de Estado. Si alguno de esos principios violara la visión de este gobierno hay, que ser claros y decir "de esto me voy". Lo que no se puede hacer es estar y no cumplir. Otra cuestión es que todas las plataformas que existen -regionales, globales- se van a usar para el interés argentino. No va a haber una aproximación ideológica a esas cuestiones. Todo aquello que sirva a los intereses argentinos va a ser usado de una manera madura. No va a haber antinomias. Eso es madurez. Así funciona el mundo. Otro elemento fundamental es que la diplomacia debe ser un camino para que los factores económicos se maximicen. Vamos a trabajar muy en concordancia con todos los ministerios de manera muy horizontal.
-¿Cree que en los últimos 12 años hubo preponderancia de lo ideológico sobre los intereses del país?
-No diría que hubo una preponderancia de lo ideológico por sobre los intereses. Se vieron los intereses con un filtro ideológico, que no es lo mismo. Lo que encuentro después de 12 años de no estar en la Argentina es que casi todo se plantea en forma dicotómica. Es blanco o negro, y la realidad no es así. No hay que pensar que si nos acercamos a Estados Unidos nos alejamos de China. Hay que hablar con Estados Unidos y también mirar a China.
-Hubo diferentes visiones sobre la larga negociación del Mercosur con la Unión Europea, ¿cuál es la visión a futuro?
-De esto hablaron Rousseff y Macri. Acordaron que todo lo que se haga juntos agrega valor para las dos partes. El presidente dijo que su intención es poner metas ambiciosas para que el Mercosur sea lo que debería ser y que ha sido postergado. Aspirar a un modelo de Mercosur en el que literalmente las aduanas desaparezcan si llegásemos a una moneda en común. No va a pasar mañana. Hoy estamos en una situación lejana de ello. En cuanto a la UE, creemos que es fundamental que se pongan cuanto antes las propuestas sobre la mesa, y esto debe incluir al sector agrícola, que es el más complejo.
-¿Qué contactos hubo con Estados Unidos y qué vínculos se establecerán con Washington?
-La idea es que se produzca una reunión entre los presidentes lo antes posible. Hay indicaciones de la Casa Blanca muy importantes de que el presidente Obama vendría a la Argentina el año que viene. Vamos a hablar de todo con Estados Unidos. Cuando hablaron por teléfono los dos presidentes, Macri le dijo de trabajar en forma conjunta en la lucha contra el extremismo violento, hablaron de colaboración en lucha contra el narcotráfico. Para mí, éste es uno de los grandes temas de la agenda latinoamericana. También hablaron de cambio climático, y por supuesto la agenda comercial y económica.
-¿Se habló del tema de la deuda con los holdouts?
-Hasta donde yo sé, no se habló.
-¿Cómo se puede llevar la agenda con Estados Unidos sin hablar o resolver el tema holdouts?
-Ése no es un tema de la agenda del gobierno de Estados Unidos. No es de responsabilidad del Ejecutivo de Estados Unidos. Es un tema que está planteado en la justicia de Estados Unidos. No podemos mezclar las dos cosas. El área económica está trabajando en eso.
-Pero el gobierno actual condicionó las relaciones con Estados Unidos al caso de los holdouts...
-Vuelvo a decir: debemos ver las relaciones desde un punto de vista práctico. Obama no le instruye a Griesa lo que debe hacer. Obviamente, el tema holdouts tiene un impacto en la forma de avanzar en lo económico. Pero eso no tiene nada que ver en la relación bilateral con Estados Unidos.
-¿Usted vio útil la idea de llevar el tema de renegociación de deudas a las Naciones Unidas como lo hizo Cristina Kirchner?
-La discusión en las Naciones Unidas fue darle una faceta política. Es útil plantearlo en la ONU, pero tiene un límite. Después tiene que darse en las áreas específicas, como el FMI.
-¿Qué relación tendrá la Argentina con Irán, en función de la derogación del acuerdo por la causa AMIA?
-Hay que generar una vinculación comercial con Irán. Eso formará parte de la agenda. Si tenemos una oportunidad de vender trigo e Irán lo puede pagar, no veo por qué no hacerlo. Otro tema es el de la AMIA. El presidente ya dijo que quiere derogar el acuerdo.
-¿Se van a revisar los acuerdos con China que son secretos?
-Cualquier cosa que no sea pública la vamos a revisar. No hay nada en relaciones internacionales que se haga a libro cerrado. Hay que dialogar maduramente con China. No podemos negar el peso de China en el mundo. No hace a los intereses de la Argentina romper con China. Es una relación de iguales y el presidente está interesado en un acercamiento con China por las energías renovables.
-¿Cómo será la agenda de la Argentina por la causa Malvinas?
-La cuestión de las Malvinas es fundamental para los argentinos y es fundamental para los ingleses. Es de una larga historia y no podemos negarlo. Pero pensar que la relación con Gran Bretaña se limita al tema Malvinas es cuanto menos una sobresimplificación de las relaciones. Tenemos un área en la que disentimos y debemos encontrar la forma de resolverlo. Pero eso no quiere decir que cancelemos todo el diálogo con el Reino Unido. El presidente quiere ver el tema del Atlántico Sur en su globalidad porque allí hay muchos temas que preocupan y que bien abordados pueden ser de win win. Hay toda un área relacionada con el tema Antártida. No vamos a negar nuestros reclamos, pero lo haremos en el contexto de que ése es un tema de las relaciones con Gran Bretaña, pero que no lo es todo.
-¿Pero seguirá la política de agresión a los malvinenses que llevó adelante el gobierno de Cristina Kirchner?
-Es un tema que hay que hablar muy a fondo y ver en su contexto más amplio. No lo voy a decir ahora.
-¿Harán un revisionismo de la política kirchnerista?
-Detesto el revisionismo, y el presidente Macri planteó su gestión con una mirada hacia adelante. Debemos construir sobre lo que se hizo bien. Por ejemplo, el posicionamiento de la Argentina a nivel global en el tema derechos humanos fue activo y hay que profundizarlo.
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