Surgen nexos políticos entre las tomas de escuelas porteñas y la agrupación kirchnerista La Cámpora
Las protestas están motorizadas por estudiantes que se reportan a la organización que lidera Máximo Kirchner; tienen vínculos en la Legislatura porteña, en sedes comunales y en la Justicia
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Los nexos políticos entre las tomas de escuelas de la ciudad de Buenos Aires y la agrupación La Cámpora quedaron expuestos públicamente. Las terminales de los estudiantes que motorizan las protestas se ubican en la Legislatura porteña, en las sedes comunales y en la rama de la Justicia que adhiere al kirchnerismo, el principal espacio opositor al alcalde Horacio Rodríguez Larreta.
El centro de estudiantes que se convirtió en la punta de lanza de las tomas, con base en el Colegio Mariano Acosta, se denomina “El Acostazo” y es una filial de la organización La Cámpora Secundarios. El grupo está encabezado por Carla Andrade, sobrina del legislador porteño Javier Andrade, que va por su segundo mandato y es el vicepresidente primero del bloque del Frente de Todos.
Como integrante del principal bloque opositor en la Legislatura, Andrade hizo propio un comunicado de la bancada en el que los diputados kirchneristas desmintieron alguna vinculación con el reparto de manuales sobre cómo organizar una toma. “No existen manuales ni ninguna acción de este bloque tendiente a fogonear las tomas”, afirmaron.
Sin embargo, en una réplica directa a la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, admitieron que consideran “muy beneficioso que las comunidades educativas se organicen” y denunciaron que la funcionaria de la administración Larreta (Juntos por el Cambio) “amenaza a madres y madres con acciones legales inconducentes y estigmatiza a los estudiantes”.
Pese a que los vínculos políticos entre algunos centros de estudiantes y grupos camporistas son evidentes, el reclamo que definió las tomas es concreto: contar con mejores viandas de comidas debido a que en algunos establecimientos los alimentos que son entregados por los concesionarios disminuyeron la calidad nutricional, especialmente en el sur de la Ciudad.
Claro que las escuelas tomadas se ubican principalmente en el centro y el norte porteño, pero en ese caso los alumnos argumentan “razones de solidaridad”. También piden remodelaciones en la infraestructura ante el “mal estado” de algunos edificios escolares, donde se registran “problemas con las instalaciones eléctricas, la mampostería y los desagües pluviales”.
También desde el bloque de legisladores kirchneristas, Ofelia Fernández -que saltó a la política desde el centro de estudiantes del colegio Carlos Pellegrini- hizo hincapié en esas cuestiones y dijo que la ministra Acuña le da “cero respuestas a los problemas que le plantean; ni a las viandas basura, ni a los techos que se caen”, dijo. Y repudió las “denuncias a los padres” y el “ninguneo a los estudiantes”.
Otro vínculo entre las tomas de colegios de la Ciudad y sectores ligados al kirchnerismo se evidenció en el caso de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, que depende de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y como tal, no integra el organigrama del Estado porteño. Sin embargo, los estudiantes de la agrupación “La Creciente” definieron la toma en solidaridad con sus pares del Mariano Acosta.
El hecho de que cerraran la puerta principal del establecimiento con un candado, que impidió el ingreso a su despacho de la rectora de la escuela, puso a La Creciente en el ojo de la tormenta. La presidenta de esa agrupación estudiantil, Micaela Güera de Souza, confirmó que fue el centro de estudiantes -que forma parte de la organización “El semillero secundaries”- el que efectivamente puso el candado.
Según trascendió, la presidenta del centro de estudiantes del Pellegrini es hija de Adrián Güera de Souza, quien se desempeña como en la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°37. La alumna forma parte, también, de la juventud del Grupo Bicentenario, una organización política de la ciudad de Buenos Aires que se reconoce como opositora a la gestión de Rodríguez Larreta y de su ministra Acuña.
La agrupación La Cámpora, que a nivel nacional lidera Máximo Kirchner y en la ciudad de Buenos Aires tiene como referentes al senador Mariano Recalde y a la diputada Paula Penacca, tampoco ocultó su activismo detrás de la toma de la Escuela de Danza número 1 del barrio de Liniers. Allí Uriel Obaya, representante de La Cámpora Juventudes en la Comuna 8, reclamó la creación de un comedor.
En la vereda política opuesta el legislador Ramiro Marra, del partido de Javier Milei, presentó un proyecto para “expulsar a los alumnos” que tomaron el Mariano Acosta y “establecer la medida para próximas ocasiones”. La propuesta consiste en agregar el artículo 9 bis a la Ley 223 del Sistema Escolar de Convivencia, lo cual implica castigar la interrupción del funcionamiento de las escuelas.
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