Coronavirus en la Argentina: "Cruzó una línea", la advertencia del Gobierno a Sergio Berni por alterar un control policial
En el Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Sabina Frederic, estaban furiosos, iracundos. En la gobernación bonaerense, en cambio, optaron por llamarse al silencio. Esas fueron las primeras reacciones por el accionar de Sergio Berni , que esta mañana –cuando debutaba la cuarentena de "shock" por el coronavirus- dio la nota, una vez más. Por ahora, no hay bandera blanca.
En el Puente La Noria, el ministro de seguridad bonaerense discutió con uniformados de la Policía Federal (que no son sus subordinados) y criticó a las fuerzas nacionales frente a los micrófonos de la prensa. "¿Pretendían que les lleve medialunas al ministerio para debatir cómo arreglábamos un retén?", replicó Berni.
Para el Gobierno, esta vez, el ministro bonaerense "cruzó una línea". "Lo que hizo fue alterar el orden público, porque si un ciudadano hace eso, puede ir preso. Pero además nos jugó en contra en un momento muy delicado. Le ahorró a Patricia Bullrich tener que hablar", manifestó a LA NACION un colaborador del Ministerio de Seguridad que trabajó en la coordinación de los operativos de la nueva cuarentena.
La ministra de Seguridad, Sabina Frederic , que suele mantener la templanza, esta mañana llamó a todas las autoridades políticas que pudo. Primero, telefoneó a Axel Kicillof para pedirle que pusiera en órbita a su ministro. Hoy, desde la gobernación, ante la consulta de LA NACION, optaron por no hacer comentarios.
Frederic se comunicó también con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Berni no fue a la reunión tripartita del viernes pasado en la Casa Rosada, que reunió a los ministros de todas las áreas de Nación, provincia y Ciudad para coordinar los operativos tras el anuncio presidencial. Hace tiempo que el ministro de seguridad bonarense no asiste a los comités operativos de emergencia que lidera Cafiero, y manda a segundas líneas.
Tampoco participó de tres de los cuatro consejos de seguridad interior, las reuniones institucionales del Ministerio de Seguridad de Nación con las autoridades de seguridad provinciales. La relación entre Frederic y Berni está rota.
Y en el Gobierno también apuntan a los problemas de gestión del ministro bonaerense. "Los controles de la Policía Bonaerense en los municipios no funcionan, que se ocupe de eso", lanzó un importante asesor de la Casa Rosada.
"Berni hace un show. Lo lastima mucho a Axel y los intendentes se quejan", dijo a LA NACION un alto funcionario de la Casa Rosada.
Un soldado incondicional
Soldado incondicional de Cristina Kirchner, Berni llegó al ministerio de seguridad bonarense por decisión política de la vicepresidenta. Quienes lo conocen desde hace muchos años, aseguran que Berni no deseaba ese puesto, porque sabe que es un lugar donde hay más para perder que para ganar.
Accedió a ser ministro de Seguridad porque Cristina se lo pidió.Ella es su voz de mando. "Si Cristina le dice que se vaya a vivir a la Antártida, él ya se está poniendo el traje", dijo un colaborador que siguió la carrera del ministro.
Berni lo dejó en claro cuando dijo: "En nuestro espacio político quien conduce es Cristina Kirchner y cuando dice vamos para allá, a nadie se le ocurriría ir para otro lado".
Para el resto, Berni parece una bala perdida. El propio Kicillof lo desautorizó en el último anuncio de la cuarentena cuando subrayó que lo que se hizo hasta el momento "sí valió la pena". Su ministro había dicho días antes que "esto es un esfuerzo que estamos haciendo con un resultado muy pobre".
Cirujano de profesión y de léxico castrense, Berni supo convertir al funcionario de seguridad de escritorio en un personaje digno de un cómic. Se lo vio persiguiendo a delincuentes con un subfusil táctico en la mano, aterrizando en lugares inhóspitos en helicóptero, viajando en moto para detener manifestaciones, vestido como un astronauta en los barrios con casos de coronavirus . Siempre, de un modo u otro, sus aventuras son captadas por las cámaras de televisión.
"Cree que no hay nadie más disciplinado, operativo y con voluntad de trabajo que él", dice un viejo colaborador del ministro que admite que su antiguo jefe no actúa con destreza política. Según con quien se hable, hay quienes dicen que hubiera querido ser ministro de Seguridad de la Nación (aunque con Alberto Fernández no tiene relación) mientras que otros opinan que su deseo más profundo es ser gobernador de la provincia.
El episodio de esta mañana en Puente La Noria terminó de detonar las relaciones con el Ministerio de Seguridad. Pero el conflicto entre Frederic y Berni viene desde el arranque de la gestión. Primero fue una diferencia de estilo, luego se vieron los problemas operativos. Ambos ministros llegaron a un acuerdo de no agresión en febrero, gracias a la mediación política de Kicillof.
Pero todo volvió a embarrarse cuando Berni dijo: "En materia de seguridad, en la provincia estamos solos". El funcionario bonaerense estaba furioso por un acuerdo entre la cartera nacional y el municipio de Moreno que no tuvo su intervención.
Hoy, con sus nuevas críticas a la Policía Federal, Berni logró que desde el Ministerio de Seguridad salieran a responderle públicamente. El secretario de Seguridad, Eduardo Villalba, salió al cruce y consideró que Berni se "excedió sus responsabilidades de una manera muy irresponsable".
Lejos de calmar las aguas, el asunto se espiralizó. Para demostrar que no rompió la cadena de mando, Berni dejó trascender una modulación que esta mañana tuvo con el jefe del operativo de Puente La Noria en donde le dijo: "Si hay una sala de situación es para tomar definiciones no para estar consultando y consultando".
Luego, en declaraciones radiales, Berni replicó: "Conozco lo que es la conducción policial, y se lo he enseñado durante cuatro años a Eduardo Villalba; me llama la atención que todavía no lo haya aprendido".
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