Suisse Secrets: uno de los presos en Miami por el caso Antonini colocó millones de dólares de la corrupción en el Credit Suisse
Kauffmann Ramírez admitió el pago de sobornos y la gestión de fondos de funcionarios venezolanos; quedó detenido por su rol en el “caso Antonini”
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Carlos Eduardo Kauffmann Ramírez, uno de los empresarios de la boliburguesía venezolana que fueron detenidos y condenados en Estados Unidos por su rol en el encubrimiento del “caso Antonini”, depositó millones de dólares vinculados a la corrupción en el banco Credit Suisse.
Kauffmann abrió una cuenta a su nombre y el de una hermana mayor, Carolina, en marzo de 2004, según consta en “Suisse Secrets”, la investigación global que lidera el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y en la que participan LA NACION e Infobae.
Apodado “el Demonio” por sus amigos y conocidos en Caracas, Kauffmann se dedicó a los negocios a la sombra del gobierno de Hugo Chávez, pagando sobornos y gestionando dinero de la corrupción para los funcionarios, según admitió ante la Corte Federal de Miami en 2008.
Los vínculos de Kauffmann con el mundillo financiero de Venezuela datan de hace décadas. En 1990 fundó la firma Valores Balcaf, en tanto que fue agente del mercado Forex entre 1988 y 2002, y en 1996 montó la casa de cambio Universal Express. También trabajó como operador de la firma bursátil InverWorld, donde se dedicó a cobrarle retornos a los bancos por invertir dinero de sus clientes en esas entidades, según confesó a la Justicia de Estados Unidos.
“Carlos tenía amigos en casi todos los bancos, incluso un compañero de colegio terminó viviendo en Suiza, donde él [por Kauffmann] operó varias cuentas. Algunas eran suyas y otras eran de funcionarios y él se encargaba de gestionárselas”, detalló un empresario venezolano que interactuó con él durante muchos años.
Durante el chavismo, Kauffmann tejió vínculos excepcionales con varios funcionarios clave del régimen. Entre ellos, con Diosdado Cabello, quien fue vicepresidente de Venezuela, ministro de Obras Públicas y gobernador del estado de Miranda, entre otros cargos. En la actualidad es considerado la persona más poderosa de su país, sólo por debajo de Nicolás Maduro, aunque afronta acusaciones de Estados Unidos por corrupción, lavado y narcotráfico.
Las relaciones de Kauffmann con el chavismo le reportaron negocios que lo convirtieron en multimillonario y lo llevaron a comprar Venoco, la empresa petrolera privada más importante de Venezuela. Pero también le causaron problemas. Fue identificado como “persona políticamente expuesta” (PEP) por las agencias internacionales que colaboran con los bancos para prevenir el lavado de activos. Por eso, varias entidades se negaron a retenerlo como cliente. Incluso en Suiza comenzaron a rechazarlo. Debió retirar US$88 millones de la Confederación Helvética junto a su socio Franklin Durán, que giró a una cuenta a nombre de la firma offshore Klim Fund BV en el Smith Barney, una división del Citigroup Global Markets.
Kauffmann también quedó bajo la lupa estadounidense por sus vínculos indirectos con los carteles del narcotráfico. En particular, desde el momento en que su socio Durán vendió un avión -matrícula YV2484P- en Medellín, al contado y al doble de su valor de mercado, y la aeronave terminó decomisada en el aeropuerto mexicano de Aguascalientes con una carga de dos toneladas de cocaína.
Tras su apertura en 2004, la cuenta en el Credit Suisse que Kauffmann operó junto a su hermana registró su máximo histórico de depósitos poco menos de dos años después. A fines de febrero de 2006 acumuló casi 8,9 millones de francos suizos. Es decir, unos US$6,7 millones al tipo de cambio entonces vigente.
Durante los meses y años que siguieron, sin embargo, las turbulencias aumentaron para Kauffmann, tanto en Venezuela como en Estados Unidos. Entre otros motivos, porque a pedido del gobierno de Chávez buscó convencer a Guido Alejandro Antonini Wilson que admitiera como propia la valija con US$800.000 decomisada en el Aeroparque porteño en agosto de 2007.
Al abordar a Antonini, Kauffmann ignoraba que tras retornar a Miami, el empresario señalado como “valijero” en Buenos Aires había comenzado a colaborar con la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y grababa las conversaciones que mantenía con todos los enviados por Caracas.
Así fue como Kauffman fue detenido en diciembre de ese mismo año, y en los meses que siguieron afrontó un juicio en la Corte Federal de Miami junto a Durán y al abogado venezolano Moisés Maiónica, entre otros.
En el transcurso de las primeras semanas posteriores a su detención, sin embargo, tanto Kauffmann como Maiónica arribaron a un acuerdo con el fiscal federal Thomas Mulvihill. Aceptaron declarar como arrepentidos ante la Corte a cambio de una reducción en sus condenas. La excepción fue Durán, quien rechazó la propuesta y terminó condenado.
Ya como arrepentido, Kauffmann aportó a la Corte Federal de Miami detalles de los esfuerzos del gobierno chavista por comprar el silencio de Antonini a cambio de US$2 millones y terminar así con el escándalo del “maletinazo”. También relató sus propias tropelías. Entre otras, que protagonizó al menos 14 sobornos distintos a funcionarios y militares venezolanos de la Guardia Nacional, de la petrolera estatal PDVSA, a gobernadores de los estados de Vargas y Cojedes, y al equipo completo del Ministerio de Economía de su país.
Kauffmann confesó, además, cómo les cobró retornos a los bancos Banesco, Bolívar y Canarias a cambio de invertir el dinero de su cartera de clientes en InverWorld con ellos. Pero la fuente principal de ingresos fueron sus negocios espurios con el poder. Así amasó fortunas junto a Durán, según admitió ante la Justicia en Miami.
Tras cumplir trece meses en una cárcel en Florida, Kauffmann recuperó su libertad, pero se radicó en ese estado, temeroso de las represalias que podía afrontar si retornaba a Caracas junto a su familia. Pero debió afrontar otras dificultades. Entre ellas, el cierre de sus cuentas en otras entidades bancarias. Entre ellas, el Credit Suisse.
Apenas un mes después de salir de prisión, según en la investigación global “Suisse Secrets”, se registró el cierre de su cuenta en el Credit Suisse, donde mantenía 6,5 millones de francos suizos. Es decir, poco menos de US$5,6 millones.
Kauffmann no se movió de Estados Unidos. Se dedicó a correr carreras de automóviles. En 2016 se coronó campeón mundial de la serie Ferrari 458 Challenge. En las fotos aparecía barbudo y con sus puños alzados, triunfal.
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