Sube la tensión con Nicaragua por el apoyo al iraní que participó del atentado a la AMIA
La misión argentina en la OEA criticó al representante sandinista que defendió a Mohsen Rezai, uno de los invitados estelares en la asunción de Daniel Ortega
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La tensión política entre el gobierno de Alberto Fernández y el del nicaragüense Daniel Ortega subió otro escalón a partir de la polémica presencia del funcionario iraní Mohsen Rezai, uno de los buscados como partícipe del atentado a la AMIA, quien coincidió con el embajador Daniel Capitanich en la reasunción del presidente, hace diez días.
Sin rastros del embajador en la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Raimundi, ferviente defensor de Nicaragua, Venezuela y Cuba, la delegación argentina en el organismo expresó anoche su “enérgico rechazo” y “repudio” a las afirmaciones y “actitud temeraria” del representante de Ortega en ese organismo, Arturo McFields, quien justificó la asistencia de Rezai y hasta afirmó sin inmutarse que “si esa persona llega con una buena actitud, siempre tendrá puertas abiertas”, en abierto desafío a las pedidos de captura de Interpol vigentes sobre el hoy viceministro de Asuntos Económicos de Irán.
“La Misión Permanente de la República Argentina ante la Organización de Estados Americanos expresa su enérgico rechazo a los dichos del Representante Permanente de Nicaragua, embajador Arturo McFields, toda vez que los mismos manifiestan un incomprensible desdén hacia las obligaciones que pesan sobre toda la comunidad internacional para la lucha contra el terrorismo a través de la cooperación jurídica internacional”, indicó la misión argentina en la OEA en la red social twitter.
En un tono inusualmente duro con el polémico régimen sandinista, la Argentina agregó en su mensaje: “Se trata de las reglas más básicas de convivencia que no pueden ser ignoradas. En tal sentido, la Argentina insiste en la necesidad de que se haga justicia en el marco de la causa que investiga el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y vuelve a condenar la visita de Mohsen Rezai a Managua, por constituir una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del brutal ataque ocurrido el 18 de julio de 1994 en la ciudad de Buenos Aires”.
Califica de “temeraria” la actitud de McFields, y le pide a Managua-que tiene como aliado a Irán-que “asegure el cumplimiento de las notificaciones rojas de la Interpol, de la que forman parte, relativas al mencionado acto terrorista”.
Ayer, en un inédito giro de su política en la OEA, la Argentina impulsó con éxito-y el acompañamiento de Estados Unidos-su condena a la visita de Rezai, un día después del encuentro del canciller Santiago Cafiero con el secretario de Estados, Antony Blinken,
La semana pasada, y una vez estallado el escándalo por la presencia de Rezai, y mientras Capitanich aseguraba que “no vio, ni saludó, ni supo” de la presencia de Rezai en el mismo acto, el Gobierno exigió “una vez más al gobierno de Irán la cooperación de manera plena con la Justicia argentina, permitiendo que las personas que han sido acusadas de participar del atentado contra la AMIA sean juzgadas por los tribunales competentes”. En esa ocasión, el canciller también expresó su rechazo y le envió una nota al embajador de Nicaragua en Buenos Aires expresando su enojo.
Capitanich y Raimundi, en la mira
Desde la Casa Rosada no confirmaron ni desmintieron que el Gobierno haya decidido “correr” a Raimundi de la jugada, aunque el ex diputado cristinista no participó del repudio a Rezai y Nicaragua, y sí lo hizo María Cecilia Villagra, diplomática de carrera y representante alterno de la delegación argentina. “Es la primera vez que Argentina vota bien en la OEA durante este gobierno”, ironizó ante LA NACION Mariano Caucino, exembajador argentino en Israel y Costa Rica.
LA NACION intentó comunicarse por ahora sin éxito con Raimundi, el embajador en la OEA.
En relación a la continuidad de Capitanich en la embajada argentina en Nicaragua, desde el Gobierno negaron cambios en el corto lapso, aunque la escalada podría derivar en un empeoramiento del vínculo, según fuentes diplomáticas. Un vínculo tensado en junio, con las críticas de Argentina al encarcelamiento de opositores en Nicaragua, y recompuesto al menos parcialmente hasta hace pocos días, cuando Nicaragua dio el visto bueno para que Argentina asuma la presidencia de la Celac.
Según transcribe el diario Confidencial de Nicaragua, la primera dama Rosario Murillo anunció la llegada de Rezai el 7 de enero, tres días antes de la ceremonia de asunción, en una alocución pública. “La delegación que preside el Vicepresidente de Asuntos Económicos de la República Islámica de Irán, el hermano Mohsen Rezai, quien estará llegando en los próximos días para acompañar este momento de juramentación del Pueblo Presidente, una delegación amplia”, dijo Murillo.
Consultado por el mismo medio, Capitanich dijo desconocer ese dato. “Respecto del supuesto monólogo de la vicepresidenta Murillo que usted menciona, no lo escuché ni me llegaron comentarios sobre eso”, contestó el embajador a ese medio. “Un embajador debe servir con total diligencia a su país y ser altamente responsable, entre otras cosas, para informar todo lo que ocurre en el lugar donde ha sido designado como representante del primer mandatario. Las respuestas de Capitanich son inaceptables”, tuiteó la exembajadora argentina en la OEA, Paula Bertol.
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