Sorpresiva huelga en los subterráneos
Los trabajadores levantaron el paro tras una intervención de Tomada; anoche seguían las negociaciones
Unos 400.000 usuarios de subterráneos fueron afectados ayer por un sorpresivo corte del servicio en las cinco líneas y el Premetro, que se inició a las 15.30 y se levantó a las 20.
El cuerpo de delegados del subte impulsó la medida de fuerza luego de que durante la mañana se quedaron fuera de las negociaciones por un reclamo de aumento salarial del 58 por ciento entre la empresa Metrovías y la Unión de Tranviarios Automotor (UTA).
Por la tarde, poco después de las 18.30, los delegados decidieron levantar la huelga de manera temporaria, sin necesidad de que la cartera dictara la conciliación obligatoria, ya que el propio ministro de Trabajo, Carlos Tomada, intercedió entre las partes.
Por esa razón, anoche, al cierre de esta edición, funcionarios del Ministerio de Trabajo, las autoridades de Metrovías, gremialistas de la UTA y delegados del sector intentaban llegar a un acuerdo para poner fin al conflicto.
"En principio, la medida nos tomó por total sorpresa porque estábamos negociando cuando tomaron la decisión de realizar el paro. Metrovías ofreció un incremento del 21% de aumento sobre los salarios básicos, lo que representa un 52% de incremento acumulado desde diciembre 2004 a la fecha. La vigencia de esta propuesta comenzaba a regir a partir del 1° de enero de 2006, pero fue rechazada por los representantes de la UTA. Y después sucedió esto...", dijo a LA NACION Juan Bautista Ordóñez, vocero de la empresa.
Y agregó: "Las negociaciones no son fáciles ni breves. No hizo falta llegar a dictar la conciliación obligatoria y esperamos que antes de fin de año podamos cerrar este tema".
Los delegados, en cambio, hablaron de otras cifras en la rueda de las negociaciones. "A nosotros nos ofrecieron un aumento del 15 por ciento, pero creemos que está lejos de nuestras pretensiones. Decidimos suspender el paro porque el Gobierno mostró buena predisposición para incluirnos en la mesa de las discusiones", dijo Néstor Segovia, delegado de la línea C.
Mientras en un despacho del Ministerio de Trabajo los representantes de la empresa negociaban con los delegados un aumento salarial, en otro sector de las oficinas con más poder de decisión de la cartera laboral se intentaba anoche resolver otro reclamo no menor a los ojos de la empresa.
Otro conflicto
Sucede que Metrovías atraviesa en estos días un reclamo que tiene como protagonistas a las empresas tercerizadas que prestan servicio al subterráneo.
"Si bien se trata de otro reclamo, la verdad es que uno no puede separarse del otro. Son temas que tienen estrecha relación", dijo a LA NACION una fuente con acceso a la negociación.
Las empresas tercerizadas -entre las que se encuentran las de limpieza, seguridad, personal que realiza obras y quienes atienden locales comerciales- intentan lograr que la cartera laboral los reconozca como trabajadores del subterráneo.
De esa manera, quedarían encuadrados en el convenio colectivo que rige a los empleados del subterráneo que pertenecen a la UTA. Y, de esa manera, lograrían un aumento en los salarios, además de mejorar sus condiciones laborales.
Caos en la ciudad
Si bien la empresa negociaba anoche el reclamo salarial, de reojo miraba el despacho de al lado, donde muy probablemente en estos días se resuelva si deberá reconocer el convenio colectivo de la UTA a 500 empleados que, hasta ahora, se reparten en varios sindicatos.
Desde Metrovías, donde se desempeñan 2840 trabajadores, indicaron que unos 400.000 usuarios se vieron afectados con el paro de ayer.
Según la escala de salarios de la empresa, un conductor de subterráneos percibe un salario de 1900 pesos; un guarda, 1300 pesos, y un boletero, 900 pesos, enmarcado en un convenio laboral de seis horas diarias.
Ayer, las bocas de subtes de la ciudad fueron mudos testigos del malestar de los pasajeros. Protestas, insultos y discusiones de los usuarios imposibilitados de llegar a destino signaron una jornada caótica. Situación que se agravó después de las 18, cuando las paradas de colectivos del microcentro porteño se vieron superpobladas.
Antecedente
- El servicio de subterráneos se vio interrumpido el 20 de octubre último cuando los trabajadores paralizaron el servicio en las cinco líneas y el Premetro. La huelga se había iniciado con una protesta de los trabajadores, que cortaron las vías en la estación Plaza Miserere, de la línea A. Luego, fueron desalojados violentamente por la policía. El servicio fue normalizado un día más tarde, tras ser acordada una tregua de diez días entre los trabajadores de empresas contratadas por Metrovías, dirigentes de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y la empresa.
Pasajeros molestos
Gabriela Campos, 22 años
- "Este paro me impide llegar a mi trabajo a tiempo, porque estoy en un estudio jurídico y utilizo el subte con mucha frecuencia. Deberían anunciar este tipo de medidas para que nosotros podamos programar nuestra actividad diaria como corresponde"
Alejandro Ok, 20 años
- "Pedí salir antes del trabajo porque estudio abogacía y mañana rindo un final. Pero resulta que llego acá y me encuentro con que hay paro. Entiendo a los trabajadores que reclaman, pero no a los que protestan en perjuicio de los demás"
Germán Peña, 35 años
- "Soy colombiano y estoy acostumbrado a que en este país suceda este tipo de cosas. Uno ya viene con la idea de que, posiblemente, no llegue a destino, porque hay muchas protestas callejeras. No entiendo cómo el gobierno no hace nada"
Richard Ryder, 28 años
- "Estoy muy molesto y enojado, porque no puede ser que por un reclamo de aumento salarial uno tenga que soportar este tipo de demoras. Considero que ya se ha vuelto una costumbre en la Argentina la protesta en perjuicio de los usuarios"
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