Solo en Off: Francos, el inesperado salvador ante un “olvido” de Caputo en el asado de Milei
El sutil mensaje de Lula a Milei; en la embajada de Chile faltó un embajador clave; Rodríguez Saá defiende su gestión pero elogia a Milei; Cascallares y Manes, juntos en una foto sugestiva
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La cena del martes pasado en la quinta presidencial de Olivos no sirvió sólo para escenificar el agradecimiento del presidente Javier Milei para con los 87 “héroes” que votaron en la Cámara de Diputados en favor de sostener el veto a la reforma jubilatoria. Entre choripanes, carne jugosa (como le gusta al Presidente) y ensalada de papa y huevo traída por el diputado bullrichista Damián Arabia, la reunión –que festejaron los propios y criticaron desde la oposición– sirvió de informal escenario para los gestos de acercamiento entre el jefe de gabinete, Guillermo Francos, y el asesor estrella del Presidente, Santiago Caputo.
Separados por edad, trayectoria política y puntos de vista a veces contrapuestos sobre la gestión (las reformas a la ley de acceso a la información generaron roces concretos), Caputo y Francos llegaron con distinto ánimo a la cena.
Mientras el asesor comunicacional fue a Olivos “porque lo obligaron”, según contaron con ironía cerca suyo, el jefe de gabinete cumplió con el compromiso de buenos modos, satisfecho por haber colaborado para construir la “muralla” legislativa que el Gobierno espera sostener, al menos de aquí hasta fin de año, para bloquear las embestidas de la oposición. Y más allá de la foto que ambos compartieron el mismo martes, junto a Karina Milei en la Casa Rosada, luego de la reunión de mesa chica, la noche supuso un nuevo e inesperado desafío para el vínculo.
¿Por qué? Tal vez en el apuro por llegar a tiempo, el joven (y poderoso) asesor no llevó su billetera, olvido que le impidió traer consigo la tarjeta de débito que le permitiría cumplir con la orden de Milei: cada uno debía pagarse el asado, que costó 20.000 pesos por cabeza, de su bolsillo. Antes o después de dejar sus celulares en la entrada, como el resto de los comensales, Caputo le pidió a Francos que pague por él el costo del asado, pedido al que el experimentado ministro coordinador accedió sin problemas.
Nadie supo, al menos hasta ahora, si Caputo terminó devolviéndole el dinero a Francos cuando recuperó su billetera, aunque en el Gobierno respiraron: Milei no se cansa de repetir que necesita a los dos, cada uno con su estilo y su rol, para afrontar los difíciles meses que se avecinan.
Un sutil mensaje de Lula a Milei en el teatro Colón
Musical y muy concurrida fue la celebración de un nuevo aniversario, el 202, de la independencia de Brasil. En el teatro Colón, el embajador Julio Bitelli recibió al jefe de gabinete, Guillermo Francos; al vicecanciller Leopoldo Sahores, y al secretario de Turismo, Deportes y Medio Ambiente, Daniel Scioli, entre otras personalidades.
Cuando le tocó dar su discurso, Bitelli (que ya fue embajador en Buenos Aires durante el kirchnerismo) apeló a su estilo diplomático para enviarle un mensaje por elevación al presidente Javier Milei, de ríspido vínculo con su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, desde el inicio mismo de su gestión.
“En los dos lados de la frontera, son muchos los que comprenden la verdadera importancia de esa relación. Y que la cuidan. Y me llena de orgullo ser uno de ellos, como lo son el ministro Francos y los cancilleres Mauro Vieira y Diana Mondino”, dijo Bitelli, sin nombrar a Milei. “En ese esfuerzo, las formas, los gestos y los símbolos son muy importantes”, agregó el diplomático, por si hacía falta aclaración.
Peronistas y radicales, contra la ludopatía
La batalla común contra la ludopatía infantil y juvenil, de notable crecimiento en el país, fue el vehículo necesario para una foto política trascendente.
Convocados por el intendente Mariano Cascallares, dirigentes y especialistas se dieron cita en el municipio de Almirante Brown para participar de la jornada “apostar no es un juego, ludopatía digital y salud mental”, en ese municipio bonaerense.
Entre los invitados estuvieron el presidente del Episcopado, monseñor Oscar Ojea; y los dirigentes radicales Pablo Domenichini (también rector de la Universidad Almirante Brown) y Facundo Manes, este último como neurocientífico y creador del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco).
Desde el municipio le restaron dimensión política a la reunión, y afirmaron que “no hubo rosca” ni intenciones hacia el futuro.
Pero la imagen de peronistas, radicales y altos miembros de la Iglesia, día antes de la embestida del papa Francisco contra la política social y de seguridad del Gobierno, no pasaron desapercibidos en el espacio opositor.
Todos menos uno en la celebración de Chile
La celebración de un nuevo aniversario de la independencia de Chile congregó el miércoles a una nutrida y más que variada concurrencia, que llegó a la residencia del embajador José Antonio Viera-Gallo.
Con sus presencias, los embajadores Marc Stanley (Estados Unidos) y Wang Wei (China) fueron la muestra palpable del éxito de la convocatoria, que también contó con dirigentes de la UCR, Pro y el socialismo, altos funcionarios del Gobierno y dela Cancillería.
Una ausencia llamó la atención: la del embajador de Israel, Eyal Sela, aunque no se trató de una decisión de Viera-Gallo: por orden del presidente Gabriel Boric, según reconocieron distintas fuentes, ningún diplomático israelí fue invitado a las celebraciones de Chile en ningún lugar del mundo, en repudio a lo que consideran un “genocidio” contra Palestina.
La decisión trajo consecuencias locales: a pesar de su estilo dialoguista y contemporizador, el embajador chileno no pudo convencer al titular de la DAIA, Jorge Knoblovits, que enterado del desaire a Sela decidió no concurrir. “No va él, no vamos nosotros”, habría dicho el titular de la entidad judía.
Rodríguez Saá se defiende de las críticas del Presidente
¿Se puede reivindicar el no pago de la deuda externa y a la vez elogiar a alguien que hace de ese pago casi un culto? El expresidente Adolfo Rodríguez Saá logró esa curiosa proeza en una respuesta, vía TikTok, que hizo a la acusación del presidente Javier Milei durante su presentación del Presupuesto 2025.
Horas después de ese discurso, en el que Milei recordó la asamblea de 2001, “cuando a casa llena y en medio de enorme algarabía”, Rodríguez Saá declaraba “el default de la Argentina”, el exgobernador de San Luis aclaró que él no declaró el default, “porque la Argentina estaba en default”, y que lo que él declaró fue “suspender el pago de la deuda externa”.
Enfático, el expresidente (estuvo por seis intensos días a cargo) le ofreció a Milei “analizar juntos otras medidas” que tomó no sólo en esa semana, sino además en sus 18 años como gobernador de San Luis. “Era una provincia dependiente del Estado y la transformé en industrial, libre y competitiva”, se autoelogió “el Adolfo”, que en diciembre dejó su banca en el Senado. “Los argentinos queremos verlo exitoso”, cerró el exgobernador, presente en la firma del Pacto de Mayo, en Tucumán.
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