Solo en Off: en silencio, dos gobernadores rechazaron al enviado de Cristina antes de apoyar el veto de Milei
Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil ayudaron al Presidente a pesar de las advertencias del kirchnerismo; Pichetto recomienda libros y Sanz celebra una derrota de Lousteau
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Señalados por el kirchnerismo y acusados de traidores por la mismísima Cristina Kirchner, los gobernadores Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil estuvieron en el ojo de la tormenta la última semana, luego de colaborar –votos en Diputados mediante– con el gobierno de Javier Milei a conseguir un nuevo “blindaje”, esta vez para sostener el veto presidencial a la ley de financiamiento universitario.
Sugestivamente, la reacción del tucumano Jaldo y el catamarqueño Jalil fue el silencio. “Acordaron no contestar públicamente. Cristina no es la fiscal de Estado o alguien que pueda reclamar fidelidad”, respondían desde ambas provincias norteñas, siempre con cuidado de no tener ningún micrófono cerca. Ambos gobernadores recordaban, memoriosos, el apoyo compartido al entonces expresidente Alberto Fernández cuando los ataques de La Cámpora y las cartas de Cristina Kirchner horadaban el poder del mandatario del Frente de Todos.
Uno de quienes intentó disuadir a Jaldo y Jalil, cuentan conocedores de la trama interna, fue el gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto, quien se llevó la negativa que preveía en un llamado de última hora. “Nosotros vamos a hacer lo mejor para nuestras provincias”, le contestó uno de los gobernadores apuntados, que colaboraron activamente para que el Gobierno lograra su objetivo: Jaldo aportó el voto directo de sus tres diputados, mientras Jalil acordó que la diputada Fernanda Ávila se ausentara del recinto a la hora de la sesión.
Jaldo, el primer gobernador que giró desde el peronismo hacia el apoyo a Milei, mira las encuestas que en su provincia sostienen al Presidente varios puntos por encima de su promedio nacional. Lo mismo pasa en Catamarca, donde el primer mandatario “tiene cincuenta por ciento de imagen positiva”. Las razones parecen ser suficientes, pero Jaldo y Jalil agregan una más: Cristina, aseguran, ya no alcanza para unificar a todo el peronismo, aún cuando tome las riendas del PJ. “Y menos para ganar”, rematan desde las dos provincias “rebeldes”, que a pesar de su cercanía a Balcarce 50, y como lo hizo Jalil en su visita al secretario de Interior, Lisandro Catalán, no dejan de reclamar una devolución de favores (económicos y de obra pública) que, desde la Casa Rosada, se demoran en llegar.
Cafiero y Solá, unidos sólo para la foto en un nuevo templo peronista
Admirados por la convocatoria estaban los asistentes al lanzamiento del Centro de Pensamiento Peronista “Juan Atilio Bramuglia”, en el Instituto Perón, el martes pasado. Y es que el diputado Eduardo Valdés –el reconocido “mediador” entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner en tiempos del gobierno del Frente de Todos– logró juntar en un mismo panel a los cuatro excancilleres vivos de las gestiones kirchneristas, unidos en la crítica al gobierno libertario y el homenaje al fundador del peronismo, en un nuevo aniversario de su nacimiento.
Uno a uno, y presentados por Valdés y Dolores Gandulfo, en el panel principal hablaron los excancilleres Rafael Bielsa, Jorge Taiana, Felipe Solá y Santiago Cafiero, estos dos últimos protagonistas de una ya mítica discusión telefónica, cuando el entonces canciller Solá se enteró, en un hotel de México, de que no continuaría en el cargo, y que su reemplazante sería… nada menos que Cafiero, el mismo que le estaba avisando la mala nueva.
Más de tres años después de aquel episodio, y sentados a prudente distancia, el vínculo entre ambos fue de frialdad diplomática. “No se dieron bolilla, pero tampoco lo contrario”, describió uno de los presentes, feliz por la convocatoria.
Sanz, feliz por los ganadores (y perdedores) de la UCR bonaerense
Hoy a cargo de un emprendimiento familiar de cabañas en su San Rafael, ciudad de la que fue intendente, el dirigente radical Ernesto Sanz festejó módica pero sostenidamente el resultado de las elecciones internas del domingo pasado de la UCR bonaerense, en la que Miguel Fernández (candidato del “sanzista” Maximiliano Abad) derrotó, en un resultado aún discutido por sus contrincantes, a Pablo Domenichini, hombre de Martín Lousteau y apoyado también, entre otros, por el diputado Facundo Manes.
“Por una vez, los buenos le ganaron a los malos”, se lo escuchó decir a Sanz, corrido casi de la actividad pública en lo formal, aunque sostenga un estrecho vínculo con quienes lo acompañaron en su camino, que incluyó la senaduría nacional, la presidencia del Comité Nacional de la UCR y la precandidatura a Presidente en la interna de Cambiemos de 2015.
Amante de las “causas justas y nobles”, y en las antípodas hoy del liderazgo de Lousteau, Sanz continúa con su decisión de darle más tiempo a su familia y no piensa en volver al ruedo. Eso sí: según cuentan los que hablaron con él, la alegría por el resultado bonaerense no se la saca nadie.
Pichetto confronta con Milei, pero también recomienda libros y escucha a Sabina
Muy elogiado por su elocuente y crítico discurso en la Cámara de Diputados durante el debate del veto presidencial a la ley de financiamiento educativo, el exsenador y hoy diputado Miguel Ángel Pichetto destina buena parte de su tiempo a otra de sus aficiones principales: la lectura. En la denominada sección “domingos de lectura”, inaugurada en su cuenta de la red social Instagram, el excandidato a vicepresidente realiza una crítica literaria al voluminoso libro Personalidad y Poder, escrito por el biógrafo de Adolf Hitler, el historiador británico Ian Kershaw.
“El libro tiene que ver con la política, es apasionante, con un abordaje psicológico de doce líderes mundiales”, remarca Pichetto, para quien el texto ayuda a “comprender lo difícil del arte de la política”. Mientras cerca suyo prometen nuevos capítulos de Pichetto en versión crítico literario, en su Instagram aparece otra curiosidad. Luego de su queja ante el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, por el ruido en el recinto cuando le tocaba hablar, aparece de fondo la canción “demasiado” ruido, del cantautor español Joaquín Sabina. Otro toque cultural con sello Pichetto.
El misterioso celular dorado de Santiago Caputo
Afecto a generar misterio sobre su figura y su innegable influencia en un amplio abanico de decisiones del Gobierno, que van desde la SIDE al ministerio de Salud o la Cancillería, el asesor todoterreno Santiago Caputo estuvo muy activo la semana pasada, en la previa y luego de la votación que dejó a salvo el veto del presidente Javier Milei a la ley del financiamiento educativo.
Pero a quienes se lo cruzaron por la Casa Rosada les llamó la atención la presencia de un segundo teléfono celular, con bordes y cubierta dorados, guardado en su bolsillo, y que alterna con otro más convencional, que lleva muchas veces en sus manos antes, durante y después de sus reuniones.
“El oscuro es el común, el dorado lo conocen pocos”, asegura uno de los habituales interlocutores del asesor presidencial, que el jueves llegó, con look informal, un par de minutos tarde, y luego de apagar el cigarrillo a la entrada, a la reunión de gabinete en la que Milei festejó que su veto a la ley que otorgaba más fondos a las universidades continuaría vigente.
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