Solo en Off: el tradicional “destino Pro” que La Cámpora eligió para vacacionar discretamente
Macri y una picada para “palomas”; Blejer se dedica a la música; los radicales se pelean por un libro polémico
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No se trató, por cierto, de un exótico y paradisíaco destino en el caribe mexicano que tantos dolores de cabeza le terminaran causando a Luana Volnovich y Martín Rodríguez, principales cabezas del PAMI y cuestionados desde hace días por esa decisión. Costa Esmeralda, el pequeño, flamante y coqueto balneario límite del Partido de la Costa, a escasos kilómetros de Pinamar, fue el destino elegido por varios dirigentes de La Cámpora, que decidieron veranear juntos, lejos del ruido político y mediático que provocaron las escapadas de otros miembros del Gobierno no solo a México, sino también a Cuba (el ministro de Hábitat, Jorge Ferraresi) o La Paloma, Uruguay (su par de Trabajo, Claudio Moroni).
Pobladores indiscretos de Costa Esmeralda aseguran haber visto días atrás a la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza; al senador porteño Mariano Recalde; al gerente de Relaciones Institucionales de YPF, Santiago Carreras; y al consultor y vicepreesidente de YPF, Santiago “Patucho” Alvarez, junto a sus familias, descansando en el mismo complejo de casas de verano.
Más allá de la devoción casi religiosa de los camporistas por el sigilo (al menos hasta la reciente explosión del caso Volnovich), lo cierto es que las vacaciones de los destacados miembros del camporismo no llamaron demasiado la atención, salvo por un detalle: Costa Esmeralda es, también, un destino elegido por exministros y funcionarios del gobierno de Cambiemos, tanto durante su estadía en el poder como en su regreso al llano. Un dato no menor: el promedio por el alquiler de una casa en ese lugar alcanza los U$S 5000 mensuales.
“Nadie dijo nada porque los macristas también paran ahí”, detalló un veraneante que conoce bien ambos mundos políticos y que también disfrutó de las amplias zonas de médanos y los bosques de pinos característicos de esa zona de la costa bonaerense, que desde hace un par de años tiene ocupación completa, en parte por habitués de Punta del Este que prefieren gastar en pesos. En el caso de los funcionarios, la idea en la mayoría de los casos fue la de evitar disidencias con la orden presidencial de no veranear en el Exterior, mandato desobedecido por otros miembros del gabinete.
Macri organizó una picada patagónica para varias “palomas” del macrismo
Activo y muy metido en el día a día de la política interna y nacional, Mauricio Macri convirtió, como todos los años, al club house del country Cumelén, de Villa La Angostura, en escenario de reuniones políticas de alto nivel. Dos días antes de recibir allí a Horacio Rodríguez Larreta, el expresidente jugó de local en el salón con una decena de referentes legislativos del Pro de distintas partes del país, varios de los cuales responden a referentes de las “palomas”, el grupo de moderados que hoy rivaliza en su intento por hegemonizar y ganar poder de cara a 2023.
Contentos por la picada patagónica que tenían enfrente, se sentaron junto a Macri la diputada Leticia Esteves de Neuquén (que ofició de coanfitriona); Alex Campbell, diputado por la provincia de Buenos Aires; Esteban Vitor, entrerriano y nuevo presidente del foro de legisladores provinciales; Martín Ardohain, Laura Trapaglia y Eduardo Pepa, de La Pampa; Juan Martín, por Río Negro; Carlos Pereyra, por San Luis; y Gustavo Cairo, por Mendoza.
En ese conglomerado sobresalían Campbell, que responde sin medias tintas a la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, y Vitor, hoy parte del armado del exministro del Interior Rogelio Frigerio, diputado nacional y ya lanzado como precandidato a gobernador de Entre Ríos. Luego de escuchar el panorama legislativo en cada distrito, y con tono reflexivo, Macri planteó un escenario sombrío para la economía en el corto plazo, recalcó la importancia de la unidad como requisito para volver al poder. “Lo importante es ganar, nos insistió en que no es tiempo de internas”, comentó un testigo del diálogo.
Blejer ve un futuro sombrío y se refugia en la música
Economista respetado, y a cargo del Banco Central durante la complicada presidencia de Eduardo Duhalde, Mario Blejer volvió al ruedo mediático en las últimas horas. Escéptico, el exfuncionario también de los bancos centrales de Inglaterra e Israel afirmó en una entrevista después de más de dos años de silencio que “si Argentina no presenta un plan económico, no habrá acuerdo”, aunque destacó que el FMI (dónde también trabajó) “es el más interesado en acordar, porque Argentina es su principal cliente”.
Más allá de sus opiniones sobre la problemática económica y el complicado futuro del país, Blejer sigue dedicando buena parte de sus energías a la composición musical con base en la liturgia judía. Hace pocas semanas, Blejer lanzó a través de la plataforma Spotify su cuarto disco, que adosa sus composiciones en distintos ritmos musicales (el tango es uno de los que más le gusta) a fragmentos del libro de oraciones judaico. Cerca del economista aseguran que la composición musical “le gusta tanto como la economía” y que componer es para el exasesor económico de Daniel Scioli un “bálsamo” en medio de la complicada coyuntura nacional.
La economía de Alfonsín, fuente de disputa entre radicales oficialistas y opositores
El libro “Diario de una temporada en el quinto piso”, de Juan Carlos Torre, es material de lectura obligada para muchos políticos en la temporada de verano. Leandro Santoro, de larga militancia en el radicalismo y hoy diputado nacional por el Frente de Todos, es uno de quienes se llevó la edición impresa, de más de 500 páginas, a su lugar de vacaciones.
Santoro, interesado en los detalles diarios de la política económica de Raúl Alfonsín, contados por uno de los miembros de su equipo económico, le contó a varios de sus amigos que disfruta del libro, ya que “le pega con todo a (Bernardo) Grispun y el ala política del gobierno de Alfonsín, que entendían poco de economía”. De más está decir que voces contrarias se escuchan entre algunos compañeros de Torre en el equipo económico de aquellos años. “El libro de Juan Carlos Torre es injusto con el radicalismo y con el propio Alfonsín, en parte porque tiene una visión de laboratorio que ignora las complejidades políticas de la época”, lo castigó en la revista Seúl Ricardo Campero, secretario de Comercio de Alfonsín y amigo de muchos radicales que hoy siguen dentro del radicalismo orgánico, dentro de Juntos por el Cambio.
La CGT, casi de vacaciones
Sin reuniones de consejo directivo previstas en el corto plazo, la CGT está virtualmente paralizada desde que comenzó el año. Hubo a principio de año apenas un encuentro con el ministro de Economía, Martín Guzmán, y empresarios para conocer en detalle los avances de la negociación de la deuda con el FMI y para tratar los temas urgentes de la coyuntura por el impacto de la variante Ómicron, que provocó ausentismo laboral y detuvo algunas cadenas de producción.
Lejos de una postura unificada, los primeros movimientos del año reflejaron una conducción cegetista desarticulada, con sus tres secretarios generales actuando cada uno por las suyas. Surgió así un tema que genera divisiones en la cúpula y que será tema de debate durante los próximos días. Se trata del alineamiento de la central obrera a la protesta contra la Corte Suprema que organiza un sector del kirchnerismo duro y del Gobierno para el 1 de febrero próximo.
Pablo Moyano, alineado con el sector kirchnerista, dijo que participará. También lo hará su padre, que cuestionó a los dirigentes sindicales que se mantienen al margen. El barrionuevista Carlos Acuña, en tanto, eludió una definición, pero es probable que no asista. Héctor Daer, el tercer secretario general, calló por ahora sobre la ofensiva contra el máximo tribunal de justicia.
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