Solo en Off: el misterio del busto presidencial olvidado en un rincón de la Rosada
Villarruel, saludos y bajo perfil en el Teatro Colón; Sonia Cavallo y otra sugestiva demora; Bergman, otra cara conocida en la agenda del Papa; Paula Bertol, la argentina “prohibida” por Ortega
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Todo fue algarabía y reencuentro el martes, en Casa Rosada, cuando el presidente Javier Milei encabezó la colocación de la imagen del expresidente Carlos Menem en un sitio privilegiado del Salón de los Bustos, en camino obligado hacia el despacho presidencial.
Entre funcionarios actuales, familiares del exmandatario y empleados de la casa, alguien se preguntó por el busto de María Estela Martínez de Perón, quien gobernó el país entre julio de 1974 y marzo de 1976, luego de la muerte de su esposo Juan Perón, y hasta que fue derrocada por el último gobierno de facto.
“Sé que lo hicieron, pero no sé dónde está”, contestaba esta semana, para salir del apuro, un antiguo colaborador de los gobiernos kirchneristas. Otros memoriosos habitués de Balcarce 50 recuerdan que, en 2007, Néstor Kirchner mandó a hacer el busto de “Isabel”, tarea que encargó al prestigioso escultor Enrique Savio. Una vez terminado aquel fino trabajo en mármol de Carrara, se sucedieron dos gobiernos de Cristina Kirchner, uno de Mauricio Macri y otro de Alberto Fernández, quienes postergaron la instalación del busto de la expresidenta, hoy con 93 años y residente en España.
“Cristina no quería porque era reconocer que Isabel fue la primera presidenta mujer”, comentó por lo bajo una fuente oficial sin ánimo de retomar viejas discusiones. Lo cierto es que, luego de que ni Macri ni Fernández demostraran interés por inaugurar el busco (hubo incluso un reclamo de la cúpula de la CGT, por carta, al expresidente para que lo hiciera), la idea fue desechada de plano por la administración Milei.
Olvidado durante años –incluso se cuenta que fue rescatado de un anticuario por un coleccionista y devuelto a la Casa Militar–, el busto de Isabel Perón estaría guardado, según susurran conocedores de Balcarce 50, en la denominada reserva del Museo de Casa Rosada.
Allí convive con la serie de obras donadas por presidentes del continente al kirchnerismo, y antiguos cuadros utilizados en gobiernos anteriores para engalanar las paredes de la casa.
Sin expresarse sobre su tormentoso paso por la Casa Rosada en las últimas cuatro décadas, la expresidenta conserva en silencio los secretos de su gestión, mientras su busto sigue sin ser inaugurado.
Villarruel, saludos y bajo perfil en el Teatro Colón
Sonriente, la vicepresidenta Victoria Villarruel llegó, en la noche del sábado, al teatro Colón. En ejercicio de la Presidencia por la gira de Javier Milei por Madrid, España, Villarruel disfrutó de la ópera Turandot, de Giacomo Puccini, muy esperada por los habitués al teatro que dirige el exjefe de gobierno porteño Jorge Telerman.
Según testigos, la vicepresidenta se sacó fotos con muchos asistentes que se acercaron al balcón a saludarla, pero esta vez no hubo aplausos ni vítores como en otras ocasiones.
Eso sí: a fin de evitar susceptibilidades, y atenta a los rumores que de modo periódico hablan de chispazos en el vínculo entre Presidente y vicepresidenta, Villarruel evitó utilizar el palco presidencial. De todos modos, se quedó hasta el final de la obra y aplaudió con ganas. Se la vio también conversar con el periodista Jorge Lanata, otro de los asistentes.
Sonia Cavallo y otra sugestiva demora
Luego de acalorados debates, idas y venidas, cinco embajadores políticos obtuvieron durante la semana pasada el último aval que necesitaban para poder ocupar cargos en los destinos que les fueron asignados.
Hablamos de cinco, y no de seis, porque aún resta el decreto presidencial que nomine a Sonia Cavallo como nueva representante argentina ante la OEA. Luego de la aprobación del pleno del Senado a los seis pliegos, Gerardo Werthein recibió el guiño de la Casa Rosada para hacerse cargo de la embajada en Washington. Lo siguieron, el martes pasado, Axel Wahnish (Israel) e Ian Sielecki (Francia), mientras que el miércoles fue el turno de Guillermo Nielsen (Paraguay) y Mariano Caucino (India).
¿Y Cavallo? “Ya está todo listo, falta el decreto presidencial”, se atajaron en la Cancillería. Nadie quiso responder si las críticas del exministro Domingo Felipe Cavallo a la gestión económica de Milei influyeron en el retraso del pliego de su hija, nacida en los Estados Unidos. Pero lo cierto es que quedó, en soledad, a la espera de la firma presidencial.
Bergman, otra cara conocida en la agenda del Papa
Mientras sigue en duda su demorada visita al país, planteada en principio para fines de este año, el papa Francisco se sigue dando el gusto de recibir a referentes de la política argentina. La última semana pasó por el Vaticano el gobernador peronista de Catamarca, Raúl Jalil, quien además de verse con el Santo Padre reiteró su apoyo a las leyes que el gobierno de Javier Milei impulsa en el Congreso.
Menos visible fue la llegada del rabino Sergio Bergman, quien alejado de sus tiempos de político, ministro y dirigente de Pro, se entrevistó con Francisco en su carácter de presidente de la Unión Mundial del Judaísmo Progresista, una rama liberal del judaísmo a la que el presidente Milei no parece darle espacio ni atención.
“En un mundo marcado por divisiones, este ejemplo de colaboración y entendimiento entre diferentes tradiciones religiosas nos inspira a seguir trabajando juntos por un mundo más justo y armonioso”, afirmaron desde la Fundación Judaica, creada por Bergman, que hoy vive entre Nueva York y Jerusalén, las sedes de la entidad. Sin contacto, aseguran, con el macrismo, hoy en tensión interna por el avance de Milei.
Paula Bertol, la argentina “prohibida” por Ortega
Mientras el polémico Daniel Ortega extiende su mandato sobre Nicaragua, un grupo de dirigentes de distintos países, reunidos en el colectivo de defensores de derechos humanos Nicaragua Nunca Más, se encontraron días atrás en Costa Rica para analizar la actualidad en el país gobernado por el sandinismo.
Una de las participantes del foro, encabezado por el periodista y escritor disidente Carlos Chamorro, fue Paula Bertol, dirigente de Pro que durante el gobierno de Cambiemos fue la representante argentina ante la OEA.
Claudia Paz y Paz, fiscal guatemalteca y exintegrante del GIEI; Ángela Buitrago, fiscal colombiana e integrante del grupo de expertos de la ONU sobre Derechos Humanos para Nicaragua (Ghren); y Alexandro Álvarez, jurista chileno y exmiembro de la OEA y del Ghren, fueron los otros participantes de la mesa, que analizó “las rutas de la justicia ante los crímenes de lesa humanidad en Nicaragua”.
¿Por qué no se reunieron en Nicaragua? “No nos dejan entrar, estamos en la lista negra”, comentó Bertol ante allegados, convencida de ser una más de las enemigas del cuestionado régimen de Ortega.
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