Skanska: confirman los procesamientos de dos exfuncionarios kirchenristas por recibir sobornos
Se trata de Fulvio Madaro, extitular del Enargas, y Daniel Cameron, exsecretario de energía; fue el primer escándalo de corrupción de la era kirchnerista
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La Cámara Federal confirmó el procesamiento de Daniel Cameron, exsecretario de Energía durante el kirchnerismo, y de Fulvio Madaro, quien presidió el Enargas cuando se pagaron sobornos por la obtención de contratos de construcción de gasoductos que realizó la empresa sueca Skanska.
Esta es la parte residual del expediente que tiene en sus manos el juez federal Sebastián Casanello y que investigó con el impulso del fiscal Carlos Stornelli. El resto del caso, con Julio de Vido y José López como principales acusados y otras 29 personas, ya está elevado a juicio oral y público en el tribunal oral federal N° 4. Allí están procesados los ejecutivos de Skanska.
La secretaría de Energía y el Enargas intervinieron en los contratos por lo que se confirmó el procesamietno del exfuncionario como coautores de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública y cohecho pasivo; es decir, recibir coimas. Se confirmó el embargo de $401.426.783 a cada uno.
Este fallo de la Sala I de la Cámara Federal fue dictado por los jueces Leopoldo Bruglia, Mariano Llorens y Pablo Bertuzzi. Los magistrados escribieron: “Se advierte la existencia de un acuerdo espurio para la adjudicación de las obras a cambio de dinero, el cual abarcaba la modalidad para llevar adelante los pagos ilícitos. Con esa finalidad se habría montado un sofisticado aparato de generación de facturas, libramiento de cheques, endosos, depósitos y liquidación en efectivo, destinado a ocultar y garantizar la entrega del dinero a los funcionarios públicos”.
Los camaristas confirmaron así los procesamientos de Cameron, Madaro, Alicia Isabel, Federico Oscar, Horacio Héctor Tosi y Néstor Osvaldo Díaz. Y revocaron los procesamientos y dictaron la falta de mérito de Hugo Daniel Muñoz, Osvaldo Pitrau, Pablo Ferrero, Jorge García y Daniel Zinna.
Con respeco a Cameron y a Madaro, los jueces dijeron que “las actuaciones administrativas muestran que los encartados tuvieron una injerencia decisiva en la elección de los procesos de contratación, la selección de ofertas y la adjudicación de las obras, incluida la aprobación y justificación de los incrementos de costos”.
En los concursos se detectaron mayores costos por cerca de 20 millones de dólares entre el presupuesto inicial y lo finalmente aprobado, dijeron los jueces. Se pasó de licitación pública a concurso privados de precios. Esa situación implicó acuerdos entre las empresas que terminaron en sobreprecios –consentidos por los funcionarios-por unos 185 millones de pesos al valor de entonces. Además las coimas a los funcionarios se calcularon en 14 millones de pesos.
La confesión de los sobornos
Una de las pruebas clave es una grabación en la que un ejecutivo de Skanska, Javier Azcárate, confiesa ante un auditor de la empresa los pagos de sobornos. Las grabación indica que desde Skanska se efectuaban pagos ilícitos con la finalidad de asegurar la adjudicación de las obras. Las contrataciones ya estaban “arregladas” y que en realidad no había competencia con otros oferentes. “El mercado éste es así y el negocio éste es así en la Argentina, ahora en más es así, por lo menos en esta etapa va a ser siempre así y somos prolijos y lo hacemos bien, o no laburamos”, señaló.
Asimismo, Azcarate reconoció la salid de dinero de Skanksa mediante pagos simulados con facturas falsas por servicios no realizados y que estaban destinado al pago de funcionarios del Enargas y Nación Fideicomisos. El ejecutivo explica asi la adjudicación de las obra: “Fue un 5% de todos los contratos, divididos en un 3% a Enargas y un 2% a Nación Fideicomisos, más los costos de la operación”. Dijo “las líneas están arregladas, hay que poner el 7,5 % más los costos que te salen”, y agregó: “Y ya sabíamos de antes de hacer la propuesta que la íbamos a ganar y que son 100 millones de dólares”.
Los jueces, asimismo, validaron la grabación de esa confesión: “La grabación procedente de la auditoría interna de Skanska, teniendo en cuenta la resolución adoptada por el superior, no hay razones para excluirla como prueba, ni restarle fuerza convictiva”.
La causa lleva décadas y es el primer caso de corrupción del kirchnerismo. Estuvo a punto de naufragar, a pesar de la prueba tan explícita, cuando pasó por el juzgado del fallecido juez Norberto Oyarbide, hasta que el impulso fiscal y la tarea del juzgado de Casanello permitieron elevar el caso a juicio y ahora completar la instrucción de lo que quedaba de este expediente.
La investigación se inició en 2005. En 2011, un peritaje de la Corte Suprema, descartó que haya habido “sobreprecios” y los acusados fueron sobreseídos. En 2016, luego de que fuera incluida la grabación clave, el caso fue reabierto. El 3 de noviembre de 2017, Casanello procesó por cohecho a directivos y exdirectivos de varias empresas, incluida Skanska, y por cohecho y administración fraudulenta a exfuncionarios públicos. Esa parte fue a juicio y ahora se confirmó el procesamiento del resto de los procesados.