Situación incómoda: la Fragata Libertad llegó a Chile, pero la tripulación no pudo descender por el Covid-19
Las medidas restrictivas por la pandemia impidieron realizar un homenaje conjunto a San Martín; el episodio tuvo lugar en medio de la tensión diplomática entre los gobiernos de Fernández y Piñera
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En medio de la tensión diplomática que envuelve a los gobiernos de Alberto Fernández y Sebastián Piñera, la Fragata Libertad llegó hoy al puerto de Valparaíso, principal centro neurálgico de la Armada chilena, pero la tripulación no pudo descender y permanecerá en la embarcación hasta el viernes, cuando retomará el rumbo hacia Perú.
“Es solo una escala logística”, informaron a LA NACION fuentes de la Armada Argentina, al asegurar que por las restricciones del Covid-19 no puede subir, ni bajar nadie de la Fragata”, pero que esas medidas fueron impuestas hace más de un mes, antes de que el buque escuela zarpara de Buenos Aires. Ante una consulta de este diario, la Armada desestimó roces con la Marina chilena, en el contexto del conflicto político y diplomático planteado entre los gobiernos de ambos países.
De todos modos, el Ministerio de Defensa, que conduce el excanciller Jorge Taiana, confirmó a LA NACION que por las medidas sanitarias vigentes en Chile se debieron suspender un acto en el que se iba a colocar una ofrenda floral en homenaje al Libertador José de San Martín y dos almuerzos organizados por la embajada argentina a bordo de la Fragata. “El buque fue recibido por autoridades de la Armada de chile y hubo intercambio de presentes”, informó una vocera del ministro Taiana. Explicó que solos dos o tres miembros de la comitiva argentina iban a participar del homenaje al Libertador.
Otras fuentes indicaban que el Ministerio de Salud de Chile acentuó las medidas sanitarias preventivas en los últimos días, luego de la tensión diplomática entre ambos gobiernos, tras el rechazo que suscitó en la Argentina el decreto del presidente Piñera, que amplió la plataforma continental de su país en los mares australes. La nueva demarcación se superpone con la delimitación territorial argentina.
El viaje de la Fragata
Con más de 80 tripulantes a bordo (un número reducido respecto de otras travesías), la Fragata Libertad inició el 49° viaje de instrucción de sus guardiamarinas el 31 de julio, el último día de la gestión del anterior ministro de Defensa, Agustín Rossi. En ese momento se informó que, a raíz de la pandemia, este año el viaje es más acotado. Lejos de dar la vuelta al mundo, el recorrido prevé la llegada a cuatro puertos de tres países: Valparaíso y Punta Arenas, en Chile, El Callao, en Perú, y Montevideo, en Uruguay.
Se insistió en que toda la tripulación embarcada ya tiene aplicadas las dos dosis de las vacunas contra el Covid-19 y que se prevén protocolos de estricto cumplimiento. Se fijó el objetivo de que los marinos no rompieran la burbuja en todo el trayecto, aunque se prevén actividades en Lima. Fuentes de la Armada explicaron que el buque quedó aislado diez días antes de la zarpada y se llevaron equipos de testeo con PCR.
El itinerario de la Fragata, cuyo comandante es el capitán de navío Osvaldo Raúl Chiñi, prevé para el lunes el arribo al puerto de El Callao, en Perú, donde la delegación argentina participará de los actos orgaizados por la Armada local con motivo del bicentenario del Perú.
El recorrido del buque escuela argentino por el país vecino se da también luego de la queja del gobierno de Chile por la Directiva de Política de Defensa Nacional transmitida por el presidente Fernández a las Fuerzas Armadas, que contempla el Estrecho de Magallanes como “un espacio compartido”, cuando el país trasandino lo reclama como propio.
Pese a que inicialmente el gobierno argentino, a través de la embajada en Chile, pidió disculpas por el error y se comprometió a revisarlo, fuentes castrenses hicieron saber a LA NACION que no está en el ánimo de la Casa Rosada corregir la redacción de la Directiva de Política de Defensa Nacional.
La Fragata Libertad vivió su experiencia más traumática en octubre de 2012, durante la presidencia de Cristina Kirchner, cuando fue retenida en el puerto de Tema, en Ghana durante 72 días, hasta enero de 2013, a raíz de un reclamo judicial presentado por bonistas. Durante ese período, toda la tripulación debía permanecer a bordo y, entre otras restricciones, la embarcación no podía cargar combustible. A partir de ese escándalo, los recorridos de cada viaje de instrucción en las sucesivas promociones de guardiamarinas fueron revisados detenidamente para evitar recalar en países que podrían retenerla y pedir embargos.
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