Gustavo Marangoni: “Hay que evitar enamorarse del conflicto”
El presidente del Banco Provincia dice que las discusiones se pueden administrar de otra manera; le responde al campo y promete continuidad en la política de derechos humanos
La entrevista tuvo lugar en el consultorio del terapeuta, en Palermo, CABA.
-Se dice que Daniel a usted lo escucha mucho. ¿Marangoni es el intelectual del sciolismo?
-Hay muchos que piensan en el equipo de Daniel. A mí también me gusta hacerlo y soy amigo del pensamiento biodegradable. Intento reflexionar sobre lo que vamos ejecutando día a día.
-¿Dijo "biodegradable"?
-Sí, porque a mí me parece que el pensamiento biodegradable es lo contrario al pensamiento ideológico. El pensamiento biodegradable es un pensamiento que tiene la posibilidad de reciclarse, de autodepurarse, de ser empático con el medio ambiente. Y el pensamiento más rígido, que está dispuesto a sacrificar la realidad, está agotado en el ámbito político. Los valores no murieron, pero las grandes ideologías del siglo XX están agotadas.
-¿Hoy falta flexibilidad para abordar, por ejemplo, los problemas económicos?
-Que las convicciones sean firmes me parece indispensable. Pero que la instrumentación de esas convicciones sea flexible también me parece fundamental porque sino puede darse aquello que decía Nietzsche: que las convicciones terminan siendo enemigas de la verdad.
-¿Se está refiriendo al equipo económico actual?
-A mí me gusta siempre pensar en función de mí mismo. Yo no quiero ser rígido, yo no quiero pensar que encontré la respuesta a todos los problemas y entonces a partir de ahora me tiro en el diván y ya no reflexiono más. La primera virtud del pensamiento es pensar contra uno mismo.
-Los kirchneristas más fervientes plantean algo así: "Cierto estrés social, cierta polarización y tensión, son irremediables si vos querés tocar intereses". ¿Usted qué opina?
-Siempre puede haber tensiones en la sociedad. Yo creo que lo que uno tiene que evitar es enamorarse del conflicto por el conflicto mismo.
-¿Podría haber ocurrido eso en los últimos años, que el conflicto haya sido un fin en sí mismo y no un medio?
-En 200 años de historia pasó y creo que también pudo haber pasado en otras circunstancias recientes, en discusiones que se podrían haber administrado de otra manera de los distintos lados desde los cuales se encaró.
-¿Es cierto que usted tiene en su biblioteca todo lo que escribió Sarmiento?
-Lo admiro mucho. Era un personaje muy contradictorio, pero también de una extraordinaria capacidad intelectual, y también de la sana condición de contradecirse si consideraba que era importante hacerlo. Habló de civilización o de barbarie, o le dijo a Mitre que no ahorre sangre de gauchos para pacificar el país. Pero también llevó adelante el sistema más progresista de educación que se conozca en América Latina.
-Le pregunto por Sarmiento por una cuestión ideológica. Sabrá que no fue el prócer más mimado por el gobierno en esta última década.
-A mí no me gusta que nadie me dicte a quiénes hay que leer y a quiénes no. Yo tengo mi libertad individual de poder juzgar qué personas contribuyen a mi formación política-intelectual. Creo que el revisionismo en su momento cumplió una etapa y hoy no hay necesidad de abrevar en esas aguas.
-Lo voy a complicar. ¿Qué piensa de Roca?
-Esa generación construyó la República Argentina. Mirá qué paradoja: la República Argentina se construyó desde el Estado. Y en teoría, quienes conducían ese Estado eran nomenclativamente liberales. El sistema educativo lo terminó de consolidar Roca y declaró entre otras leyes muy revolucionarias para la época la ley de Educación Civil, de Matrimonio Civil, y además la ley de Capitalización, que fueron una herramienta de progreso para eso. ¿Por qué lo voy a descartar de plano?
-La objeción clásica es la Campaña del Desierto...
-Mirá, uno puede hacer observaciones respecto de la Campaña del Desierto, pero yo creo que a la vez todos somos defensores de la extensión de las fronteras de nuestro país. Y eso tuvo mucho que ver con cosas que sucedieron en los 60 y 70 del siglo XIX.
-Usted reivindica figuras que venían siendo denostadas...
-¿Alguien podría descartar la influencia no solo del Perón presidente sino del Perón pensador? ¿O de Leopoldo Lugones, o de Roberto Arlt? Cuando Perón nacionalizó los ferrocarriles les puso Mitre, Roca, Sarmiento, además de San Martín y Belgrano. Eso es inapelable.
-¿Está planteando desmontar la visión binaria de buenos y malos?
-Plantear que acá están los buenos y que acá están los malos, y que de acuerdo al momento histórico que vos vivís los que eran buenos son malos y los que eran malos son buenos, es una forma de empobrecernos en nuestra capacidad de comprensión de la realidad.
-¿Cree que Carta Abierta seguirá si Scioli es presidente?
-Yo puedo tener enfoques diferentes, diferencias y hasta en algún momento pude haber sacado una Carta Abierta contra Carta Abierta. Pero yo no soy amigo de ningún stalinismo que diga "esto no puede seguir porque ahora la versión oficial es otra".
-¿Sería oficialista Carta Abierta con Scioli?
-Ojalá que lo hagan desde un punto de vista reflexivo y crítico. Yo creo que lo peor que hay para cualquier experiencia de gobierno es tener cortesanos y alcahuetes.
-Si Scioli es presidente habrá un Ministerio de Derechos Humanos. ¿Tendrá el mismo abordaje que hace el gobierno actual de los DDHH o tendrá nuevos enfoques?
-El concepto de DDHH va mucho más allá del capítulo triste de nuestra historia, sobre el que nos vimos obligados a reparar y a trabajar.
-Me refiero a que estuvo focalizado en los 70.
-Eso está encaminado porque están en muchos casos con condena firme o en el ámbito de la Justicia y ahí no hay que interferir en nada. Pero después hay otro universo enorme de temas. Tenemos que preocuparnos por los derechos humanos del presente.
-¿Cómo es eso?
-Hay que cuidar los derechos de los ciudadanos que pueden ser lesionados por el Estado de hoy, no solamente por el del pasado.
-¿Por ejemplo?
-Si hay alguna fuerza de seguridad que no respeta los derechos constitucionales, el Estado tiene que actuar porque técnicamente ahí el que viola los derechos humanos es el Estado. Entonces qué mejor que darle jerarquía ministerial.
-Economía. ¿Habrá que hacer ajustes de las tarifas de servicios públicos?
-La palabra ajuste… Vos sabés que las palabras son muy importantes. A mí me gusta hablar del concepto de equidad: que cada uno pague de acuerdo a lo que puede y a lo que debe hacer. Los sectores que tienen capacidad contributiva y consumidora, tienen que pagar lo que es justo.
-¿Hay subsidios que estén mal dados hoy?
-No conozco en detalle, pero cuando alguien recibe un beneficio permanentemente, vos tenés que estar reviendo si siguen las condiciones originales en que vos le diste ese beneficio.
-¿Qué nivel de influencia tendría Kicillof en materia económica en un gobierno de Scioli?
-El que tenga como diputado nacional en las comisiones que participe y en el rol que le dé el bloque oficialista.
-Se lo pregunto porque hace un tiempo él había dicho que "planteamos un modelo a largo plazo y pensamos seguir haciendo más de lo mismo".
-Y él dijo también que iba a asumir su rol como diputado nacional, así que una cosa no es incompatible con la otra.
-¿Usted cree que hay atraso cambiario?
-Hay sectores que con este tipo de cambio exportan, hay otros que pueden estar más estresados, pero cuando algunos plantean el tema del atraso cambiario, que además, qué curioso, siempre es un debate que surge fuertemente en los años eleccionarios, lo que hay que plantear es cuáles son todos los elementos que hacen a la competitividad. Yo estoy seguro que hay sectores que si les mejorás el transporte, les mejorás el acceso al crédito, les mejorás la calidad de la mano de obra que tiene, le vas a estar resolviendo buena parte de la competitividad.
-¿Está en los planes un billete de 500?
-Sigo pensando que para facilitar la vida cotidiana de la gente y la operatoria de los bancos es necesario un billete de mayor denominación. De 200 y 500 creo que ayudaría muchísimo.
-Inauguró La Rural y Scioli no fue. ¿Por qué?
-Convengamos que este año no necesariamente recibió una tarjeta conceptuosa de invitación.
-¿Qué recibió?
-Las declaraciones que decía el propio presidente de La Rural. Yo no invitaría a nadie a mi casa insultándolo. Pero al margen de eso, nuestro compromiso es con el complejo agroalimentario que sin dudas es el más competitivo y...
-Espere. ¿A qué se refiere con que lo invitaron insultándolo?
-Yo se lo dije a Luis [Etchevehere]: A nosotros no nos van a arrancar las propuestas en términos de condiciones como si fuese un acta de capitulación. No es esa la forma con la que nos queremos conducir.
-¿Por qué sería un acta de capitulación?
-Si a vos te dicen "tenés que traer tal cosa, tenés que venir y lo tenés que presentar de esta manera". Nosotros lo presentamos, lo dialogamos y lo instrumentamos de la manera que nos parece correcta, y no de una manera prepotente. Si a un referente determinado no le gusta o no le convence, tiene todo el derecho del mundo a votar a otro.
-¿Ustedes lo sintieron de manera prepotente?
-Si a vos te acusan de fascista, ¿cómo lo sentirías? A mí me agravia. Lo dijo Etchevehere hace cuatro o cinco días. Pero no importa porque yo no voy a dejar de hablar con él ni con otro. Nosotros vamos a tender puentes siempre.
-¿Cómo lo caracterizaría a Etchevehere?
-Me parece que ha endurecido su posición de una manera que no tiene matices y que en bloque rechaza todo, y eso no es bueno. Se necesitan dirigentes que tengan otro estado anímico.
-¿Qué estado anímico tiene?
-Me parece que está enojado.
-Circula la idea de que Scioli podría reunir a ciertos peronistas hoy díscolos con el kirchnerismo. ¿Esto es así?
-Yo te puedo hablar por mí: Yo creo que siempre la unión de todos los peronistas es algo deseable.
-¿A quiénes le gustaría tener de vuelta en el redil?
-A todos
-¿Y a Massa?
-A todos. Sin nombre y apellido, a todos. Yo no quiero ponerles nombres específicos porque algunos de ellos podrían decir "¿Por qué me decís a mí dónde yo tengo que estar?". Entonces yo digo: la puerta de la casa del peronismo tiene que estar abierta a todos. Y después, adentro, tener los mecanismos de la democracia para resolver las diferencias.
-Por ejemplo, Schiaretti en Córdoba...
-Lo considero un gobernador valioso y un político muy respetable. Yo creo que hay cosas que son muy saludables de esperar: la unión del peronismo y la unión del movimiento obrero.
-La última es sobre usted. ¿Dónde le gustaría estar si llegaran a la presidencia?
-Yo tuve muchas responsabilidades a lo largo de estos años. Siendo fiel al apellido Marangoni, fui un número 5 en el equipo que ocupó distintos lugares. Daniel dirá si es y dónde.
-Dejamos acá.
Historia clínica
Nombre: Gustavo Marangoni
Edad: 49.
Ocupación: presidente del Banco Provincia.
Observaciones: Reflexivo, lúcido. Vale la pena escuchar dónde se ubica ideológicamente porque es muy cercano a Scioli.
lanacionar