Sin sanciones, ni cambios profundos, el Gobierno busca cerrar el capítulo de la custodia de Cristina
El Ejecutivo solo removió a cinco policías federales, aunque a nivel judicial el desempeño de los custodios de la vicepresidenta sigue bajo la lupa; Aníbal Fernández, firme en el cargo
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El Gobierno busca dejar atrás los cuestionamientos a los custodios de la vicepresidenta Cristina Kirchner, sin sanciones, ni cambios profundos. No es la única definición oficial: a casi una semana del atentado, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, sigue firme en su cargo. El funcionario puso a disposición su renuncia, lo que fue rechazado por el presidente Alberto Fernández. “En ningún momento se consideró eso”, sintetizaron en Balcarce 50 con vehemencia.
“Aníbal está fuera de discusión y Cristina sostiene su custodia. Listo”, agregaron ante LA NACION fuentes al tanto de la posición de la vicepresidenta.
De esta manera, el capítulo que comprende a la custodia de la vicepresidenta parece cerrarse por decisión política del Gobierno tras el desplazamiento de cinco oficiales de la Policía Federal que se produjo ayer y la incorporación de 20 efectivos adicionales, para reforzar el dispositivo en torno a Cristina Kirchner.
La ampliación del cuerpo de custodia de la vicepresidenta prevé la posibilidad de que se vuelva a intentar otro ataque en su contra. “No podemos dormirnos”, sintetizó una fuente del Ejecutivo. La preocupación es compartida en las distintas terminales del oficialismo, donde creen que ataques de las características del que sufrió la exmandataria son “factibles de repetición”.
En el Gobierno no hay intención de sancionar a los efectivos que intervinieron esa noche y a nivel político el apoyo al titular de Seguridad, es “total”, según explican en Gobierno. “De ningún modo”, respondió un importante funcionario de Casa Rosada ante la consulta de este diario sobre si el presidente había considerado, en algún momento de la semana, la renuncia de Aníbal Fernández.
“El apoyo es total. Aníbal siempre respondió bien y no tiene responsabilidad en el accionar directo de lo que sucedió esa noche”, completaron con contundencia. Despejaron así el malestar que el viernes reinó entre parte de los pares del ministro, el día después del atentado. Para varios funcionarios el accionar de la Custodia dejó al descubierto falencias que incluso despertaron preocupación por los cuidados que los alcanzan a ellos mismos con sus respectivas custodias.
“No hubo reproches”, repiten en la cartera de Fernández sobre lo que fueron las posturas de presidente y vice en las horas posteriores al ataque. “Esa noche habló con Alberto y con Cristina”, detallaban, en un punto que fue ratificado por ambas terminales del oficialismo, donde iban por más y ampliaban que el equipo de Fernández también se mantuvo en diálogo con el de Kirchner.
“Esa noche había cinco (custodios) en posición de dado alrededor de ella, que es lo correcto”, resumió una de las fuentes consultadas sobre el accionar de los policías. “Cristina defiende su custodia”, aseguran con contundencia. “No quiere cambios, está bien con la gente que está”, repiten.
Según coinciden fuentes al tanto de los movimientos internos de la Policía, la vicepresidenta prefiere mantenerse con gente de confianza y de hecho, entre quienes se sumaron a su custodia en las últimas horas hay efectivos que ya integraron el grupo que vela por su integridad.
A nivel institucional, el Gobierno sigue con atención qué dirá la Justicia federal sobre el comportamiento de los funcionarios policiales involucrados en la custodia de la exmandataria, que en la noche del ataque estaban de guardia. “Claramente hay personas que demostraron ser más aptas que otras”, deslizaron fuentes de Seguridad. La misma cartera admite que tras los sucesos hubo reuniones entre Fernández y altos mandos de la Policía para “mejorar los procedimientos, que eso es algo que siempre se hace después de un atentado”.
Por otro lado, en el oficialismo sostenían desde el último viernes que el principal apoyo de Cristina Kirchner a su custodia sucedió en la tarde de ese día, cuando la funcionaria salió de su casa, en Juncal y Uruguay, con rumbo desconocido, acompañada de Diego Carbone, el comisario que encabeza su custodia desde hace más de una década y que no estaba en funciones al momento del ataque. “Cristina no va a entregar a nadie y menos a Diego (Carbone)”, decían en Gobierno este fin de semana. “Ella defiende su custodia”, insistían.
Los desplazamientos que sí se concretaron ayer tuvieron que ver con que los agentes de la PFA que fueron relevados “no tuvieron el nivel que a lo mejor uno espera que se tenga y es el momento para tomar esa decisión”, según informaron fuentes del Ejecutivo.
La investigación judicial
En paralelo, el rol de los custodios de la vicepresidenta, que pertenecen a la Policía Federal, es “otra línea abierta de investigación”, dijo a LA NACION una fuente de la causa judicial que investiga el atentado. Como informó este medio esta semana, el fiscal Carlos Rívolo pidió medidas para hacer una revisión de las llamadas entrantes y salientes de todos los custodios de la vicepresidenta.
Los investigadores no solo quieren saber si hubo alguna negligencia en el cuidado de Cristina Kirchner; también, descartar que algún agente haya tenido un rol activo en el atentado. Hasta ahora, dicen en los tribunales, no hay ninguna prueba concreta que haga pensar que fue así.
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