El oficialismo pretende retomar el debate “cuanto antes”, pero los bloques opositores advierten que se rompieron los puentes

El Gobierno concluyó esta tarde una seguidilla de traspiés parlamentarios que iniciaron desde que se presentó el proyecto de ley ómnibus de Javier Milei. Sin los votos para aprobar en particular los puntos más relevantes de la iniciativa, como las facultades delegadas para el Ejecutivo o el paquete de privatizaciones, el oficialismo anticipó que buscará retomar la discusión “esta misma semana”.

“Vamos a tratar de retomar el debate esta semana. La idea es poder ponernos a trabajar cuanto antes”, indicó el jefe del bloque de La Libertad Avanza (LLA) en la Cámara de Diputados, Oscar Zago, inmediatamente después de salir del recinto. Visiblemente ofuscado, el legislador culpó a quienes “no cumplieron con el compromiso asumido” antes del desenlace de la sesión.

Después de más de 30 horas de debate y de la aprobación en general del proyecto de “Ley de Bases”, el Gobierno vuelve a foja cero la discusión, acorde con lo que estipula el reglamento de la Cámara baja. Lo determina el artículo 155 del cuerpo, en el que se detalla que si un proyecto sancionado en general, o en general y parcialmente en particular, vuelve a comisión, “se le someterá al trámite ordinario como si no hubiese recibido sanción alguna”.

No obstante, el Presidente ya anticipó que continuará con su programa de gobierno “con o sin el apoyo de la dirigencia política que destruyó nuestro país”. Lo hizo desde Israel, en el primer tramo de la gira que en unos días lo llevará también a Roma, Italia, para reunirse con el Papa Francisco.

Si bien los legisladores de la oposición dialoguista se mostraron conformes con la decisión de devolver el proyecto a comisión y hasta sugirieron al oficialismo lubricar el diálogo para evitar sumar rechazos en su articulado, las idas y vueltas con los libertarios profundizaron el desgaste y erosionaron los puentes tendidos.

“Al oficialismo le pedimos que tenga alguna cuota de flexibilidad, les encanta seguir perdiendo”, azuzó el diputado Miguel Pichetto a la bancada oficialista en plena sesión. Luego les recomendó: “Traten de ver cómo receptar algunas propuestas y ganar. No hay que perder, hay que ganar”.

En el sector más intransigente del radicalismo esperaban que este revés haya dejado un aprendizaje al Gobierno. “Confiamos que se replanteen las negociaciones. El que avisa no traiciona”, consideraron. Tanto la UCR como Hacemos e Innovación Federal detallaron al Gobierno sus objeciones en el texto de la norma. “Se hizo un punteo contando adhesiones que no existían”, analizaban esta tarde en el compendio de diputados dialoguistas, quienes subrayaron que el Ejecutivo “se confió en el resultado de la votación en general”. “Hay escenarios que son dinámicos. Llegaron a recinto sin tener los votos”, señalaron.

Según pudo saber LA NACION, el revés en el capítulo sobre Reforma del Estado, uno de los ejes más importantes que tiene la iniciativa, tuvo que ver con una actitud del Gobierno. Un día antes de discutir en particular la iniciativa, el Ejecutivo dispuso la intervención de todos los medios públicos por un año y escenificó un panorama sombrío en la oposición dialoguista, quienes decidieron recortar las prerrogativas al Presidente.

Por eso, a instancias de estas bancadas, numerosos incisos fueron rechazados y el Gobierno no pudo mantener en pie la facultad que pretendía arrogarse el Gobierno para suprimir facultades superpuestas; privatizar total o parcialmente empresas y sociedades del Estado; e intervenir entes y compañías del sector público nacional.

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