Sin “filtro”, Macri ya juega con la carta de gran elector en la interna de Pro y Bullrich prepara la ambulancia para sus “viudos”
Tras anunciar su renunciamiento, el expresidente ratificó que podría explicitar su apoyo a Patricia Bullrich, Horacio Larreta o María Eugenia Vidal y redobló la presión por la sucesión en la Ciudad
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Faltaban pocos minutos para que Mauricio Macri irrumpiera en el Goldencenter de Parque Norte cuando Eugenio Burzaco se topó con Néstor Grindetti. “Qué shock. ¿No?”, susurró el flamante ministro de Justicia y Seguridad de Horacio Rodríguez Larreta en el ingreso del salón principal. “Y eso que todos lo veíamos venir”, devolvió el intendente de Lanús y uno de los aliados de Patricia Bullrich en Buenos Aires.
Rodrigo De Loredo y Fernando de Andreis comentaban pormenores del renunciamiento del fundador de Pro en el armado nacional. A escasos metros de ellos, Mario Negri se jactaba de haber anticipado hace meses la jugada. “Esperemos que ahora no caiga en la tentación de meterse en el barro; ya empezó”, deslizaba un referente de Juntos por el Cambio cerca de la recepción. El lunes, a las 20.35, Macri reaparecía en público en la cena anual de la Fundación Libertad tras anunciar su retirada en un video de YouTube. Se bajó de la camioneta y apuró el paso, escoltado por Juliana Awada hasta la puerta del lugar. “No soy [Ariel, imitador] Tarico”, bromeó ante los periodistas. Apenas se vio con Cayetana Álvarez de Toledo, sacó el celular del bolsillo y buscó un chat. Le comentó algo a la diputada española; llamó a ese contacto y le puso el teléfono al oído. ¿Era su primo Ángelo Calcaterra? De inmediato, Silvana Giudici, extitular del Enacom y colaboradora de Bullrich, lo abordó para ensalzarlo: “Qué momento. Cada día te respeto más. Esto agranda tu liderazgo”, le dijo.
Rodeado de su custodios y el equipo que filma su documental, Macri sonreía ante esas muestras de gratitud. Sus exfuncionarios comentaban que lo notaban liviano, como si se hubiera sacado peso de encima. Quienes lo frecuentan lo notan “sin la mochila” de tener que ser candidato. Dicen que se cansó de que le pidieran que se anote en la carrera y que le llevaran encuestas y focus group para convencerlo.
Sin la carga de la definición, Macri vuelve a transitar un cambio de piel. Él dice que está “sin filtro” y que dirá sin reparos lo que piensa. Expondrá las recetas del sector más liberal de Pro. En su círculo de confianza especulan que desde ahora exhibirá una versión más descarnada a la hora de opinar sobre la fisonomía del proyecto de JxC para reemplazar al kirchnerismo en el poder. Y advierten que está dispuesto a usar la carta del “gran elector”.
Macri renunció a volver a disputar la Presidencia para “abrir paso a otros”, pero está claro que no imagina un retiro de la política ni en ceder el liderazgo. De hecho, el expresidente encabezó el martes por la tarde una reunión con intendentes y referentes de Pro en Buenos Aires, quienes reclaman a la conducción partidaria reglas de juego claras para evitar que la interna entre Bullrich y Larreta ponga en riesgo el control de sus distritos. En las entrevistas que concedió desde que “ratificó” su decisión de no ser candidato en los próximos comicios, Macri dejó en claro que está dispuesto a manifestar su preferencia por uno de los postulantes a presidente de Pro antes de las PASO del 13 de agosto. Esa será su nueva botonera para conservar su capacidad de influencia durante la campaña y evitar que sus herederos busquen correrlo de la escena.
“Si pienso que hay una persona que para este momento es la más adecuada, no puedo no decirles mi opinión”, dijo Macri ayer en diálogo con Cadena 3, de Córdoba. Es una advertencia para Larreta y Bullrich, quienes competirán desde ahora por seducir a los votantes fieles del creador de Pro que están descontentos con su retirada. Y volvió a anotar a María Eugenia Vidal para la batalla presidencial.
Macri también le marcó la cancha a Larreta en la Ciudad, su principal foco de atención. Es la casa matriz de su partido y caja política de Pro. Es más: dijo que el jefe de porteño se va a “jugar” por su primo, Jorge, como sucesor. ¿Un recordatorio? Larreta mantiene por ahora a Fernán Quirós y Soledad Acuña. El sábado, Macri se vio con Daniel Angelici, quien intentó persuadirlo para que acepte la elección “concurrente” -con la boleta única de papel- para que Martín Lousteau compita en igualdad de condiciones. Es decir, que no sufra el efecto arrastre de un candidato presidencial de la UCR poco taquillero. “La verdad es que no sabemos qué va a hacer Mauricio”, admiten en la mesa chica del alcalde. Aspiran a “converger” y llegar a un acuerdo en la Ciudad. Esa parece ser la principal carta de negociación de Larreta. Asocian las tensiones a la ruptura de la lógica jefe-empleado entre Macri y Larreta, que se inició en 2021.
Para Bullrich y los suyos, la decisión de Macri de no competir era un secreto a voces. Es más: la titular de Pro había deslizado a sus leales que el expresidente confirmaría su renunciamiento en una entrevista en LN+. Necesitaba escucharlo para que se le fuera el “temor” íntimo de que Macri se podía subir al ring. Ahora, la titular de Pro y sus colaboradores escuchan con atención el “juego de palabras” del expresidente sobre su futuro rol. Él dice que será “ecuánime”, no “imparcial”. En el entorno de la exministra de Seguridad lo interpretan como una señal de que podría explicitar su preferencia por ella. Saben que Macri maniobró con sigilo y de forma subterránea para equilibrar la pulseada con Larreta y que mandó a varios de sus laderos a nutrir los equipos de Bullrich. A la exministra no le gusta el mote de heredera ni que su proyecto quede subordinado a Macri. Los macristas de paladar negro que la rodean le recuerdan que fue el expresidente quien la ungió como titular de Pro. “Ni Patricia ni Horacio tienen crédito a favor con él”, dice un miembro histórico de Pro.
En la cena de la Fundación Libertad, Bullrich jugó de local con Macri como una suerte de homenajeado. La titular de Pro exhibió su buena sintonía con el fundador del partido -se sacó varias fotos- ante la incomodidad del larretismo por los discursos que condenaban la visión antigrieta o eran reivindicatorios a la figura de Macri y su gesto de renunciamiento. “No entiendo por qué tanta novedad y asombro. Ya se sabía”, evaluaron cerca del jefe porteño, quien permaneció pocos minutos en el lugar y se retiró antes de que hablara Macri. Alfredo Cornejo ocupó su lugar en la mesa principal. Bullrich y Larreta no cruzaron palabras. Simulaban jugar a las escondidas.
“Esto es como 2021: primero se corre Macri y ahora se baja Patricia”, bromeó uno de sus emisarios en la cena de la Fundación Libertad, que se convirtió en una meca para los dirigentes opositores que promueven las ideas de centro derecha. “Este es un homenaje a Mauricio, no jodamos”, se envalentonaba un exfuncionario de Cambiemos. “¿Qué grandeza? Mauricio se bajó porque se comieron una paliza en 2019″, le replicó uno de los dirigentes díscolos de Pro. A un costado, Emilio Monzó y Rogelio Frigerio evaluaran el escenario opositor: “Esto no ordena”, comentaron cerca del grupo. En JxC hay quienes están convencidos de que se acelerará la espiral de conflicto entre Bullrich y Larreta y que Macri perderá poder de influencia de manera progresiva, sobre todo, a medida que se acerque la noche de las primarias.
En los pasillos del Goldencenter se respiraba un clima de alivio y euforia, aunque había quienes no ocultaban su pesar y nostalgia. Era una catarsis de emociones en Pro. “No te bajaste, te elevaste”, le dijo a Macri uno de sus íntimos. En la cena de la Fundación Libertad, laderos de Bullrich enumeraban los fieles de Macri que quedaron huérfanos ante la retirada del expresidente. Los llamaron “los viudos y viudas de Mauricio”.
Es más, en el comando de campaña de Bullrich ya hablan de dejar pasar “los días de duelo” para activar la “ambulancia” y recoger los heridos por la decisión de Macri de no competir. Ya se había acercado Laura Alonso. Y por estas horas ponen la mira en Cristian Ritondo, aspirante a gobernador y alfil de Vidal.
Así como Macri envió a Luciano Laspina, Hernán Lombardi, Federico Angelini y Humberto Schiavoni a sumarse a los equipos de Bullrich, aguardan que ahora se muevan otras fichas. Confiado en que él maneja el “portaaviones” de Pro, es decir, la Ciudad, Larreta cree que la mayoría o muchos de ellos irán hacia su lado.
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