Sin el aval de Moyano, la CGT abre una etapa dialoguista con el Gobierno
El jefe camionero ni sus hijos participaron del plenario sindical en el que se oficializó la tregua con el Gobierno para avanzar en una agenda común, que incluye una reforma laboral
Sin el aval de los Moyano, la CGT oficializó hoy en un plenario sindical la reapertura de una etapa dialoguista con el Gobierno para avanzar en las negociaciones de una agenda común, que incluye una reforma laboral por sectores, benefecios para las obras sociales y frenar la caída del empleo y la apertura de las importaciones.
Hubo advertencias a la Casa Rosada sobre los alcances que podría tener la reforma laboral, aunque la mayoría de los gremialistas rechazó activar hoy un plan de lucha. Ni siquiera el bancario Sergio Palazzo, que lidera a uno de los sectores más díscolos, avaló la idea de impulsar un paro o una protesta, que fue la postura original por la que se había conovocado al comité central confederal el 22 de agosto pasado, durante un acto en la Plaza de Mayo.
Por primera vez, el triunvirato de mando de la CGT dio un paso firme para acercarse a la unidad plena al sumar a dos sectores disidentes que hasta ahora se mantenían alejados. Reincorporó a los casi 40 gremios que se anidan bajo las siglas del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), que encabeza el taxista Omar Viviani, y también la decena de sindicatos que se nuclean en la Corriente Federal, que tiene como referente a Palazzo.
Sin embargo, esos números todavía no se reflejan del todo en los hechos: participaron ayer del plenario en el teatro Empire 95 sindicatos sobre un total de 213 confederados. La reconstrucción gremial esconde un objetivo común: exhibir cierta cohesión para negociar con el Gobierno y los empresarios los alcances de una eventual reforma laboral, entre otras cuestiones. “Vamos a poner un límite y no permitiremos que avances sobre nuestros derechos”, avisó Héctor Daer, uno de los integrantes de la cúpula.
El regreso a la CGT de la tropa de Viviani y de Palazzo es parte de un proceso que podría terminar en una conducción única en 2018, no antes. Es decir, ser barajará de nuevo, y se elegiría a un solo secretario general en lugar de tres. “El liderazgo es la unidad”, repetían ayer los dirigentes en un tono conciliador.
“Vamos a empezar a participar de las reuniones periódicas. La unidad debe ser con todos los sectores, con Moyano y también con las 62 Organizaciones Peronistas”, planteó Sergio Sassia (Unión Ferroviaria), uno de los referentes del MASA.
La ausencia del clan Moyano abrió especulaciones sobre el futuro de Pablo y Facundo en la central obrera. Pablo Moyano se diferenció en las últimas semanas de sus pares cegetistas al rechazar el acercamiento que hubo con el Gobierno. De hecho, envió mensajes políticos al fotografiarse con dirigentes kirchneristas, como Jorge Capitanich.
Facundo respaldará a Pablo y actuará en tándem. En la hoja de ruta de los hijos del jefe camionero, está previstola construcción de una corriente similar al legendario Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), que Hugo Moyano lideró en los años de Carlos Menem presidente. Sería un frente con sesgo opositor que incluiría a gremios, organizaciones sociales y entidades empresarias afectadas por las políticas de la gestión de Macri.