Sin definirse, Scioli apuesta a salir ileso de la tormenta
Apeló al silencio tras el cacerolazo; en su entorno creen que la gente no lo puso como blanco de las críticas y que tomar posición sólo conlleva riesgos
"Hablar, muchas veces, no suma. Pero puede sumar mucho quedarse callado", sentenció el legislador sciolista con pasado de funcionario provincial. Intentaba explicar el silencio que adoptó su jefe, Daniel Scioli, después del multitudinario cacerolazo del 8-N. Pero, sobre todo, marcaba el contraste entre esa actitud y el modo en que la Presidenta desacreditó los reclamos, un día después de la movilización.
Convencido de que la protesta del jueves por la noche estuvo dirigida unívocamente contra la Casa Rosada, el gobernador bonaerense apostó a una de las fórmulas que mejor resultado suele darle ante cada encerrona política: el silencio.
Ese mutismo contrastó con el diagnóstico que el propio Scioli había hecho tras la protesta del 13 de septiembre. "Hay que escuchar con mucho respeto y humildad a la gente", dijo en aquella oportunidad, diferenciándose de la lluvia de críticas que los funcionarios de la Casa Rosada descargaron sobre los caceroleros.
El 8-N, en cambio, el gobernador se limitó a repudiar la agresión sufrida en la Plaza de Mayo por el periodista del canal C5N Néstor Dib. Pero nada dijo de la protesta.
Las fuentes consultadas por LA NACION se mostraron confiadas en que el mutismo de su jefe no afectará su imagen. Ni siquiera el hecho de que estuvo sentado junto a la Presidenta un día después de la protesta, mientras Cristina Kirchner criticaba a los manifestantes.
"Hace 9 años que Daniel está sentado junto a Néstor y Cristina Kirchner. Se nos pega lo bueno y lo malo", relativizó un diputado, más que optimista sobre la imagen de su jefe, incluso entre los caceroleros: "Saben lo que Scioli piensa sobre las agresiones, la propiedad privada o el rumbo de la economía".
"El 8-N hubo una enorme protesta contra el gobierno nacional", subrayó un hombre de consulta permanente del gobernador, que el jueves recorrió la plaza Moreno, el epicentro del cacerolazo en La Plata. Buscaba críticas al gobernador entre los manifestantes y sus carteles. Se retiró satisfecho del lugar.
"Una de las demandas más fuertes fue por la inseguridad, y la gente no personaliza en Scioli ese reclamo, porque todos los días lo ven ocupado en el tema, que no lo esquiva", interpretó otro legislador sciolista.
Para no dejar dudas sobre la estrategia detrás del silencio, insistió: "Daniel está buscando no meterse en quilombos que no son propios. Si habla, queda pegado a un reclamo que no lo tiene como destinatario. Con más de 60 puntos de imagen positiva, hay mucho más para perder de lo que podría ganar".
El hombre que recorrió la plaza el jueves extendió esa interpretación al resto del arco oficialista. "¿Te fijaste que son muchos los que callan? ¿Te diste cuenta de que son los intendentes y gobernadores, los mismos que tienen los votos?", preguntó, para arriesgar: "Lo único que habla a los gritos es el silencio de Scioli y Massa [Sergio, intendente de Tigre]".
En la tropa sciolista, sólo dos senadores de La Juan Domingo se animaron a comentar el 8-N, vía Twitter. María Azucena Ehcosor (esposa del intendente de Hurlingham, Luis Acuña) se mostró "totalmente de acuerdo" con la protesta y calificó de "idiota" a la movilera enviada por el programa 6,7,8 a la Plaza de Mayo.
El quilmeño Alberto De Fazio, por su parte, prefirió mirar para adelante. "El desafío es que muchos de estos que hoy protestan nos voten en 2013 y 2015", escribió. Un deseo que no pocos comparten en La Plata.
Dos protestas, dos reacciones
Cómo respondió Scioli ante los cacerolazos
- Después del 13-S
Apareció en medio del silencio del kirchnerismo y dijo: "Hay que escuchar con mucho respeto y humildad a la gente". Dejó trascender que se había sentido impactado por la movilización espontánea de aquel día - Después del 8-N
El día del cacerolazo compartió un acto oficial con la Presidenta. Y luego optó por el silencio. En su entorno dicen que piensa lo mismo que antes, pero esta vez prefirió la cautela
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