“Siento vergüenza”. Fabiola Yañez busca retomar la ofensiva con chats en los que Fernández aceptaría su culpa
Después de dos semanas donde la ofensiva judicial estuvo en manos del expresidente, su defensa asegura que aportará nuevos mensajes, testigos propios y una insólita confesión: que su celular fue intervenido en forma externa
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En las últimas semanas, el impulso inicial de aporte de pruebas por parte de Fabiola Yañez pareció disiparse mientras que Alberto Fernández aprovechó para contraatacar. Además de las demandas que presentó contra la ex primera dama, la defensa del expresidente en los últimos días acercó fichas médicas, cuadernos y, por ahora, tres testigos que negarían el relato de su exmujer. La querella todavía no pidió que nadie vaya a declarar. Quienes lo hicieron hasta ahora negaron haber visto o sabido de episodios de violencia física, pero confirmaron hechos descriptos por Yañez, como el hematoma en el ojo y la toxicidad de la relación.
Los abogados que conducen la causa para la ex primera dama dicen estar conformes con la marcha y la dirección en la que está yendo la causa. Consideran que, por ahora, los testigos aportaron prueba irrefutable de los nueve hechos que buscan probar. Los que rodean a Fernández, por su parte, creen que nada de lo aportado hasta el momento deja plasmado de manera contundente el nexo causal entre los golpes denunciados y las imágenes del ojo y del brazo.
Esta disimilitud entre las interpretaciones se repite en los testimonios. El último, el del médico presidencial Federico Saavedra, generó reacciones contrapuestas. Mientras que el entorno de Fabiola cree que fue demoledor, debido a que quedó descartada la hipótesis de la defensa sobre que el ojo morado se debía a un tratamiento estético, el de Fernández hizo hincapié en la revelación del titular de la UMP sobre que ese día se reunieron para discutir los consentimientos informados para el tratamiento de fertilidad. Creen que la predisposición de Yañez a avanzar con el embarazo muestra que no hubo tales golpes días antes.
Cada parte está jugando cartas con cuentagotas. Expresan contar con pruebas definitivas, pero nadie muestra su mano completa aún, lo que queda reflejado en que Fernández dice contar con siete testigos (que pasaron por una escribanía a contar su visión de los hechos), pero solo aportó tres por ahora y, en el caso de Fabiola, en que detuvo el envío de otras fotos o conversaciones con el expresidente y que todavía no ofreció testigos. Quieren ver que aporta el otro.
Sin embargo, cerca de Yañez expresan tener más material decisivo. Contaron a LA NACION que el teléfono de la ex primera dama contiene chats con Fernández en los que el expresidente habría aceptado la culpa por haberle pegado a Fabiola. “Siento vergüenza”, diría uno de esos mensajes. Apuntan a que son abundantes, y que reflejarían la violencia y las amenazas coactivas ejercidas por Fernández. Ese celular, que sólo tendría conversaciones desde 2022 a la fecha, es el que será inspeccionado por la Justicia. Todavía está en trámite el proceso de peritaje en España, por lo que esperarán a que esos intercambios aparezcan cuando lo revisen las autoridades judiciales.
Consultadas las fuentes respecto de por qué solo hay conversaciones desde 2022, explicaron que se debe a que tanto Fabiola como Alberto habrían sufrido una intervención externa clandestina de sus teléfonos. Pareciera ser que a ambas partes les desaparecieron chats previos a ese año. Si bien los abogados de Fabiola lo niegan, LA NACION dio a conocer que Fabiola declaró en la Justicia haber extraviado uno de los teléfonos que utilizó durante la gestión (no el que entregará a la causa ahora). Por otra parte, en el entorno de Yañez expresaron preocupación por sospechas de que estarían tratando de acceder a su teléfono a través de malwares, phising y troyanos, entre otros mecanismos.
Además de estos chats, que se encontrarán por la fuerza de la causa cuando se abra el celular, Yañez cuenta con cuatro testimonios: su madre, su hermana (ambas en España), una testigo reservada y otra mujer. Esperarán a evaluar si presentan a las testigos que faltan después de que declare Florencia Aguirre, la esteticista, y Federico Alem, otro médico de la UMP. Ambos lo harán el martes que viene.
El jueves será el turno de Sofía Pacchi, la examiga de Fabiola y uno de los testimonios que más controversiales podrían resultar debido a su cercanía con el expresidente, que quedó plasmada incluso en un chat al que tuvo acceso LA NACION, en el que ella le expresó su simpatía por “no poder creer” que su mujer le haya enviado las fotos de las lastimaduras a María Cantero, la exsecretaria de Alberto Fernández. “Vos y yo sabemos la verdad, que eso no pasó”, le dijo a Fernández.
En paralelo a la causa penal, empieza a tramitar el reclamo por alimentos para la manutención de Francisco, el hijo de dos años que comparten. Las partes deberán ir a una mediación obligatoria, cuya fecha todavía no está establecida, pero los abogados de Fabiola pedirán provisorios por 7000 euros. El monto que se establezca deberá ser transferido obligatoriamente, si no quiere caer en incumplimiento de los deberes de asistencia familiar. Según Yañez, el expresidente no colaboró monetariamente en agosto ni en lo que va de septiembre.
La cifra de 7000 euros es la que considera el equipo de Fabiola la cifra necesaria para sostener la vida del niño, de ella y de su madre, quien cuidará de él cuando ella vuelva a trabajar, en Madrid. Sostienen que fue Fernández el que eligió el destino para su exmujer, por lo que tiene que proveer los medios necesarios para asegurar alquiler, expensas, jardín de infantes y salud, entre otros conceptos, en España.
Un dato importante. El único ingreso formal que tiene el expresidente hoy por hoy es su jubilación de privilegio, por unos $10 millones aproximadamente. El monto que reclama Fabiola, convertido a euro blue, son justamente $10 millones, la totalidad de lo que percibe mensualmente en blanco.