Sergio Massa ya trabaja en un paquete de leyes para la transición
Al igual que Alberto Fernández y Mauricio Macri, el futuro presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, aliado clave del flamante presidente electo, pretende iniciar en los próximos días el camino de la transición parlamentaria con Emilio Monzó, presidente del cuerpo. Massa no quiere esperar al 10 de diciembre para motorizar las leyes que necesitará el futuro gobierno: su propósito es arrancar cuanto antes con el debate de un paquete de iniciativas que ya acordó con Fernández el fin de semana pasado.
Entre esas iniciativas figuran la creación del Consejo Económico y Social, una de las propuestas centrales de Fernández durante su campaña electoral. Según trascendió de los primeros bosquejos, ese acuerdo propondría una amplia convocatoria a los principales actores de la sociedad y del poder económico en torno de problemas hoy candentes, como los precios y salarios, las tarifas, las tasas de interés y la presión tributaria.
Fernández pretende cristalizar esta convocatoria por medio de una ley, al igual que la creación del Consejo de Seguridad; este organismo, que reemplazaría el actual Ministerio de Seguridad, congregaría a las distintas fuerzas (Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria) y estaría comandado por una conducción política integrada por representantes de la oposición y liderada por un funcionario designado por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado.
En el temario que sugerirá Massa figura también la discusión sobre el reperfilamiento de la deuda externa, una pieza clave para reacomodar la economía según Fernández. Según trascendió, el Frente de Todos no presentará un proyecto propio, sino que la discusión rondará en torno de la iniciativa que presentó el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, el mes pasado. Lo que sí esperará hasta después del 10 de diciembre será el proyecto de presupuesto 2020, anticiparon en el peronismo; la iniciativa que presentó el oficialismo el mes pasado prevé una inflación anual del 34% y un crecimiento del 1% para el año próximo, previsiones que el futuro equipo económico modificaría.
"En los próximos días voy a reunirme con Emilio [Monzó] para acordar una agenda común y acelerar estos temas", señaló Massa.
El líder del Frente Renovador y diputado electo por Buenos Aires confía en que Monzó, un dirigente crítico del macrismo duro y, además, su amigo, le dará una mano en la tarea de reunir los votos necesarios que allanen la sanción de estas iniciativas. Sucede que los legisladores del kirchnerismo y del peronismo que responden a Fernández no alcanzan la mayoría en el cuerpo, por lo que Massa requerirá del aporte opositor.
Desilusión y bronca
Esta búsqueda de consensos deberá ser un ejercicio obligado para Massa cuando asuma como presidente de la Cámara. En efecto, pese al triunfo contundente de Fernández a nivel nacional, el Frente de Todos no tendrá mayoría en el cuerpo, sino que, contra todos sus pronósticos, se mantendrá como segunda minoría con 109 diputados propios, todavía lejos del número mágico de 129 legisladores que marcan la mayoría.
Si bien lo más probable es que Massa encuentre en los bloques provinciales y fuerzas menores los votos necesarios, lo cierto es que en el peronismo imaginaban que el futuro oficialismo contaría con un caudal mayor de diputados. A Massa lo sorprendió la súbita escalada electoral de Juntos para el Cambio, que, gracias a su triunfo en los distritos más populosos, engrosará su bloque con 119 integrantes y mantendrá la primera minoría de la cámara.
"Sergio no vio venir que la ola macrista iba a trepar al 40% de los votos y que la distancia que había sacado el Frente de Todos en las primarias iba a acortarse tanto. No lo previó: por eso se sintió con bronca la noche de la elección y se lo vio con gesto serio sobre el escenario cuando todos festejaban el triunfo de Alberto", deslizó un hombre de su entorno.
Algunos creyeron ver detrás de aquel fastidio de Massa cierta incomodidad suya por verse rodeado del kirchnerismo más fanático, exacerbado por los discursos de Axel Kicillof, el gobernador electo de Buenos Aires, y de la expresidenta Cristina Kirchner.
Massa niega, tajante, que haya fisuras con el kirchnerismo.
"No nos van a dividir aquellos que pretenden señalar gestos de supuesta discordia entre nosotros, porque no es así", enfatiza el tigrense, quien se jacta de su buena relación con Máximo Kirchner y Eduardo "Wado" de Pedro, los exponentes del kirchnerismo vernáculo. No obstante, él y los suyos no dejan de reivindicar su pertenencia a otro espacio, el Frente Renovador. Un espacio distinto del kirchnerismo, aclaran.
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