Ante la CGT, Sergio Massa prometió “no esconderse” frente a los problemas y defendió a los subsidios como “salario indirecto”
Fue recibido junto a Agustín Rossi en la sede Azopardo de la central obrera, que organiza un acto de apoyo para el 8 de agosto; ayer fue el turno de Juan Grabois, en la sede de la Uocra
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Con promesas, sin anuncios y algún reconocimiento a la dura situación que atraviesa el país, Sergio Massa se presentó este miércoles en la CGT. Fue en la primera aparición como candidato en la histórica sede de Azopardo, junto a Agustín Rossi, su compañero de fórmula. Ambos ingresaron al salón Felipe Vallese tras haber estado con la cúpula en pleno, en la sala Saúl Ubaldini, en el cuarto piso, donde juran que solo hubo un saludo entre el binomio y los popes del sindicalismo. En su paso por el icónico edificio de la central obrera, Massa dejó un mensaje ambiguo al sobrevolar un tema sensible para el sector sindical, las obras sociales, al hablar de “articulación” en lugar de integración.
También reconoció la caída del salario real, aunque defendió a los subsidios que paga el Estado como un aporte indirecto al bolsillo de los trabajadores y prometió “no esconderse de los problemas”, una frase que muchos interpretaron dirigida al presidente Alberto Fernández.
Massa y Rossi fueron recibidos por los representantes del Consejo Directivo y de todos los gremios confederados, luego de atravesar un amplio despliegue callejero de militantes y banderas. Ese fue el primer contraste con la recepción -mucho más austera y en la sede de la Uocra- que tuvo ayer su rival en las PASO presidenciales de Unión por la Patria, Juan Grabois, que llegó junto a su compañera de fórmula, Paula Abal Medina.
El despliegue, prometen, ser maximizado el próximo 8 de agosto, cuando Massa participe de un acto junto a la CGT al filo de la veda electoral. Ese encuentro sí movilizaría una mayor cantidad de afiliados y se daría en el Direct TV Arena de Malvinas Argentinas. Eso será, aseguran, la demostración pública del trabajo que llaman a hacer en las bases para inclinar el voto en favor de la fórmula Massa-Rossi, pese a que no logran explicar cómo creen que el hoy ministro de Economía mejorará los índices de inflación que sacuden al país y que no lograron ser revertidos en el año de gestión que lleva al frente del Palacio de Hacienda.
“Con un 100 % de inflación es muy difícil una campaña”, admitió un experimentado hombre del sindicalismo al final del encuentro, aunque al mismo tiempo se esperanzaba con que en los próximos días se llegue a un acuerdo con el FMI. Ese eventual acuerdo fue señalado como un posible punto de inflexión para que Massa pueda profundizar sus promesas de campaña. “Sin acordar eso es imposible que prometa nada”, se sinceró otro hombre de la central obrera. Admitió que los sindicalistas ven la candidatura de Massa como “competitiva”, pero que la dura derrota del oficialismo en Santa Fe hizo temer por el resultado de las PASO del 13 de agosto.
El acto empezó 45 minutos después de lo previsto, cuando comenzaron a entrar figuras de peso al auditorio Felipe Vallese. José Luis Lingieri (Obras Sanitarias), Carlos Acuña (peones de estaciones de servicio), Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN), Armando Cavalieri (Comercio) y Héctor Daer (Sanidad) hicieron punta. Poco después ingresó por uno de los laterales el ministro del Interior y jefe de campaña de Unión por la Patria, Eduardo “Wado” de Pedro. A su lado, sentado en la primera fila, se ubicó Hugo Moyano. En el escenario ya estaba su hijo mayor, Pablo Moyano. Fue la antesala para la llegada de Massa y Rossi.
Las banderas de “Sindicato del Seguro”, “Sutep” y la propia CGT colgaban de los costados del salón, que se mostraba colmado, sin desbordar. Daer fue el primero en tomar la palabra y dio paso a Rossi. “Vienen por los derechos de los trabajadores”, advirtió el jefe de Gabinete, en referencia a la oposición, a la que le apuntó desde el primer minuto. “La derecha te quita derechos”, añadió, en referencia a Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.
Tras el breve discurso de Rossi fue el turno de Massa, que mantuvo las críticas a la oposición, a la que identificó con “mirar hacia atrás”, hacia un pasado donde incluyó la suba del impuesto a las ganancias o la intervención de organizaciones sindicales, como ocurrió durante el gobierno de Cambiemos, pero también “el recorte a los jubilados”, pese a que los ingresos reales de jubilados y pensionados cayeron desde 2019.
”Para atrás está el intento de quitar derechos, de subir el impuesto a las ganancias, como pasó entre 2015 y 2019, para atrás está el recorte a los jubilados, para atrás está el intento de intervención de organizaciones sindicales, para atrás está también la política de ir recortando indemnizaciones y los beneficios de las vacaciones”, alertó Massa.
“Porque atrás hay un concepto: que el trabajo es un costo laboral. Para nosotros, que entendemos el trabajo como instrumento de movilidad social de la Argentina, el trabajo es el motor más importante de crecimiento de nuestra sociedad”, arengó el candidato.
Luego pareció intentar un mea culpa por el gobierno del Frente de Todos y habló a los “compañeros molestos y decepcionados” por la “falta de determinación” del Gobierno en “algunos temas”. Pareció una crítica a Alberto Fernández, aunque Massa enumeró las mismas explicaciones que suele emplear el Presidente: la pandemia, la guerra y la sequía.
Desilusión y defensa de los subsidios
“Sabemos que hay compañeros nuestros desilusionados o a lo mejor decepcionados, porque en estos años, o por la pandemia o por la guerra o la sequía o porque nos faltó determinación en algunos temas, algunos compañeros pueden sentir la desilusión de que si bien creció 33 meses consecutivos el ingreso al trabajo, los salarios no se recuperaron como se tenían que haber recuperado”, dijo Massa.
La propuesta de Massa ante esa caída de los salarios reales no se salió del manual kirchnerista: “Tomarnos de la mano, defender en la puja distributiva el rol del salario en la distribución del ingreso, poner al Estado como equilibrador de las relaciones sociales y empujar para recuperar ingreso en la Argentina, peleando contra la inflación pero también mejorando el salario”, señaló.
“El salario no es ganancia, es remuneración”, continuó Massa, tomando una bandera de los sindicatos y la izquierda, para prometer que continuará reduciendo la cantidad de trabajadores que pagan el impuesto si llega a la Presidencia.
Pero más sorpresiva fue otra bandera que el tigrense incorporó a su repertorio: la defensa del subsidio como un “salario indirecto” y no como un costo para el Estado.
“Para nosotros, en la discusión del rol del Estado, está claro qué representa la inversión pública, por ejemplo, en subsidios. Para algunos representa gasto, para nosotros representa salario indirecto. No es lo mismo que un trabajador pague $70 el boleto de colectivo a que lo pague $600. No es lo mismo que pague $3000 o $4000 la boleta de luz, a que la tenga que pagar $12.000″, afirmó.
“Obviamente, de esos sistemas tenemos que despejar las injusticias. Pero también tenemos que defender la idea de que el Estado pone salario indirecto para mejorar el salario indirecto para mejorar el ingreso de nuestros trabajadores”, agregó. “Nuestra responsabilidad es la de defender esos mecanismos de salario indirecto, equilibrando las cuentas públicas, pero garantizando que no sea sobre la espalda de los trabajadores y jubilados que recaiga el peso, como pasó hace cuatro años”, completó.
Luego de señalar los desafíos que plantean las nuevas tecnologías en el mundo del trabajo, Massa pidió el apoyo de la CGT. “Venimos a convocarlos. Somos conscientes del presente de dificultades y asumimos las responsabilidades y desafíos sin miedo: nunca me van a ver cuando haya un problema que resolver, metido abajo de la mesa. Siempre me van a ver poniendo la cara, tendiendo la mesa de diálogo y buscando la solución”, arengó el tigrense, para pedirle a los gremios que se transformen en “militantes de la boleta” de Unión por la Patria en las fábricas, oficinas y comercios.
Luego de presentarse como “el presidente de los trabajadores”, Massa cerró con la idea inicial: “Para atrás está el dolor y para adelante, la prosperidad y el progreso”.
Massa también del tema de las obras sociales, en el que habló de “articulación” y no “integración”, lo que llamó la atención de algunos de los presentes, que recordaron la reforma prometida por el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, y la propia Cristina Kirchner.
El segundo acto
El de hoy fue el primero de dos actos de respaldo a la fórmula presidencial encabezada por Massa. El segundo, según indicaron voceros gremiales, será el próximo 8 de agosto, en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas. Ambos encuentros fueron confirmados la semana pasada por Daer, tras un encuentro de mesa chica de la central obrera.
Daer, quien comparte la conducción de la CGT con Acuña y Pablo Moyano (Camioneros), aseguró que la segunda de esas demostraciones de apoyo a una de las fórmulas oficialistas, cinco días antes de las PASO, tendrá lugar en el estadio DirecTV Arena de la localidad bonaerense de Tortuguitas, donde el mes pasado tuvo lugar el plenario del Frente Renovador en encabezado por Massa.
La decisión de recibir y apoyar a Massa fue formalizada el martes pasado, cuando en la sede de UPCN se reunieron más de 50 gremios.
Ayer, Grabois mantuvo una reunión con varios de los principales dirigentes de la CGT en la sede porteña de la Uocra. Según pudo saber LA NACION, el encuentro entre el líder del Frente Patria Grande y sindicalistas, entre los que se encontraron el anfitrión Gerardo Martínez (Construcción) y Daer, duró más de dos horas y giró en torno a distintos temas que trascienden la coyuntura electoral.
“Es fundamental poner la fuerza de todo el movimiento nacional para frenar los planteos inhumanos y garantizar un programa donde la recomposición de los salarios, la eliminación de la inflación, la redistribución de la riqueza, la vivienda, la salud y la educación sean la prioridad”, planteó Grabois a través de un comunicado una vez finalizado el cónclave, del que también formó parte su compañera de fórmula, Paula Abal Medina.
En ese sentido, el referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), ahora devenido en político, destacó las “coincidencias” con los popes gremiales y agradeció a los representantes de la CGT por “el respeto” con el que lo recibieron. Entre los otros tópicos que se tocaron, de acuerdo a lo que pudo saber este diario, también estuvieron la situación del movimiento obrero y relación entre la denominada “economía popular” (trabajadores informales) y el sector de los trabajadores registrados.
Además de Martínez y Daer, también se hicieron presentes en la sede porteña de la Uocra el titular de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri; el líder de UPCN, Andrés Rodríguez; su par del sindicato Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmidt; de Alimentación, Rodolfo Daer; entre otros.
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