Sergio Massa mide menos que los candidatos locales y hay preocupación entre los intendentes
Están alertados por los sondeos que encargan en sus distritos, donde ven que Massa crece pero no despega; casi todos miden más que la fórmula presidencial; hacen campañas focalizadas en lo local
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Quedan tres semanas hasta las PASO y varios intendentes del conurbano que van por su reelección están preocupados. Sergio Massa mide, en prácticamente todos los sondeos que los jefes comunales encargan, sensiblemente menos que el potencial electoral que ellos tienen como candidatos locales. Muchos esperaban un despegue del ministro de Economía que por ahora no se verifica de forma potente. Por eso temen que el efecto arrastre no les permita revalidar en sus comarcas, sobre todo si se instala un clima adverso entre las primarias de agosto y las generales de octubre.
“Hoy la boleta de arriba es un lastre. Hay que ver si los intendentes somos una boya marina que se mantiene a flote o una boya de pesca que se sumerge en el agua”, ilustró un intendente de la primera sección electoral. Ese jefe comunal prácticamente escondió el logo de Unión por la Patria en sus spots de campaña. “Hay que buscarlo como en los libros de Dónde está Wally”, ironizó.
Un consultor que hace habitualmente trabajos en la provincia de Buenos Aires dijo a LA NACION: “Hay casos de intendentes que tienen un potencial electoral del 55% pero que con el arrastre nacional quedan en 30%. Massa está creciendo, retiene el voto de Cristina y un poco más, pero hoy ronda los 25% en la provincia. Es un crecimiento lento, como si la carrera fuera a las generales de octubre y no fuera decisiva en tres semanas”.
Campaña vecinalista
Con este panorama, varios intendentes (sobre todo en la primera sección electoral) están lanzados a una campaña prácticamente vecinalista, que pone el acento en los logros locales. Para las PASO, ninguno llega a plantear una solución extrema como el reparto de la boleta cortada, solo con su cara. Pero sí hacen piezas publicitarias sin alusiones a la cuestión nacional, y se cuidan en el mano a mano con los votantes. “Si los vecinos nos dicen que no llegan a fin de mes, les decimos que tienen razón, no les podemos decir otra cosa”, acotan en otro municipio de esa sección. La última encuesta que recibieron allí -a escala local- arroja que Massa está en torno a los 30 puntos y Juan Grabois cerca del 5%.
En la tercera sección electoral, principal proveedora de votos del peronismo y donde se espera la mejor performance de la fórmula de Unión por la Patria, son más cautos a la hora de desentenderse de Massa o de Axel Kicillof. Intendentes como Jorge Ferraresi (Avellaneda) o Fernando Espinoza (La Matanza), difícilmente hagan una campaña despegados de las figuras de los tramos superiores de la boleta. “La clave de esta elección es cómo los intendentes fidelizamos el voto peronista”, dice un jefe comunal de esa sección a LA NACION. Todos los “barones” del conurbano coinciden que está es una elección donde se empujará “de abajo hacia arriba”.
Tanto en el búnker de Unión por la Patria como en los comandos municipales temen que haya un fenómeno de ausentismo del votante peronista. “La situación nacional nos tira para abajo por el peronista disgustado que directamente se queda en su casa y no va a votar”, comentan cerca de otro intendente de la tercera.
El cálculo, a partir de una serie histórica, que hacen en el peronismo bonaerense es que si en La Matanza no se llega al 55%, difícilmente se gane la provincia de Buenos Aires, y, por lo tanto, la elección nacional quedaría seriamente comprometida. En un municipio de la tercera sección electoral, una encuesta encargada la semana pasada por un intendente a una consultora de primera línea arrojó 36 puntos para Massa a nivel local, mientras que el jefe comunal tiene un 60% de aprobación. “Todos pensamos que Massa iba a tener un despegue pero todavía no lo vemos. Está creciendo, pero es lento”, dijo el intendente de ese distrito a LA NACION.
En el caso de Kicillof, algunos intendentes lo ubican por encima de Massa y otros por debajo, siempre alrededor de los 30 puntos. “Vemos una preocupación por el tema de la inseguridad que no encuentra respuestas en la gestión provincial”, dice un intendente de la tercera.
A ese panorama se suma además que en muchos municipios importantes se están jugando encarnizadas internas dentro del peronismo. Días atrás Espinoza le habría hecho saber a Massa que si se sacaba una foto con su adversaria, la dirigente del Movimiento Evita, Patricia Cubría, él haría las inauguraciones de las obras nacionales sin el candidato presidencial. “El día después de las PASO la parte que pierda no va a movilizar ni llamar a votar y eso es conflictivo para las generales en este contexto de escasez”, opinó una fuente del peronismo bonaerense. Y agregó: “Las internas, si son muy duras, hoy son un problema”.
Un intendente advirtió: “Ahora no vamos a hacer una campaña en contra de la fórmula nacional. Lo que vamos a hacer es una campaña local y pedirles a los vecinos que voten la boleta completa. Después de las PASO, empieza otro partido”.
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